Fourteenth

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Limpié mis lágrimas y me senté de nuevo, todo aquello me estaba rompiendo pero tenía que ser fuerte, YoonGi tan solo se fortalecía si me veía así, si no podía ser fuerte al menos lo aparentaría. No quería dejarme pisar así que con toda mi fuerza de voluntad sequé mis lágrimas y logré pensar en algo bonito... lo maravilloso que sería todo cuando YoonGi dejara el colegio, por ejemplo.

Me quedé mirando realmente abobado hacia la puerta esperando a que el mayor entrara nuevamente... Mientras tanto observé la decoración minimalista de aquel lugar, era realmente precioso, lo cual me hacía preguntarme si había sido YoonGi el que eligió como decorarlo.

Parecía algo hecho por una persona calmada, alegre... ya sabes... alguien que fuera todo lo contrario al rubio. Reí solo a causa de mis pensamientos y en cuanto paré la puerta se abrió dejándome ver al susodicho rubio.

-De que te reías?- Habló serio mientras se acercaba con clara intención de sentarse.

-Solo pensaba...

-En que?- Al fin se sentó y comenzó a abrir el botiquín mientras esbozaba una pequeña sonrisa.

-Bueno.- Realmente me daba vergüenza decir alguna tontería. -Está habitación es preciosa.- Aparté la mirada y me dediqué a jugar con mis deditos.

-Y eso te hacía tanta gracia?- Acercó su mano a mi cara sujetando delicadamente mi mentón para que volviera a mirarle. Mis ojos conectaron con los suyos mientras mis mejillas se encendían en un leve tono rojizo.

-No... me preguntaba si la ha decorado usted.- YoonGi agarró un algodón mojado en alcohol y lo acercó hacia mi mejilla.

-Mh? De echo fue Hoseok.- Se me escapó una pequeña risa, sabía que no había sido el... -Sigo sin entender la risa.- Frunció el ceño. Después de unos segundos el mayor suavizó la expresión. -Creo que ya lo entiendo. Yo también tengo buen gusto, solo que no me apetecía estar decorando algo tan simple como una habitación para follar...- Rió mientras el algodón entraba en contacto con mi herida.

-Aah!- Chillé, escocía demasiado.

-Ssh...- Pronunció sin quitar la mirada del pus que salía de la herida. Algunas gotas de sudor caían por su frente, si que hacía calor... aquello lo hacía ver realmente sexy.

Continuó dando leves toquecitos por la herida, de vez en cuando renovando el algodoncito, hasta que al fin se separó de mi.

-Listo. Puedes largarte.- Se levantó y a paso lento y confiado salió a su despacho dejando la puerta abierta. Parpadeé algo confundido, aquello había sido rápido.

Con algo de pesadez decidí que hacerle caso era lo mejor que podía hacer y simplemente me levanté y abandoné la habitación, tal y como él había hecho.

-Muchas gracias por todo, Hyung.- Hice una reverencia sin acercarme demasiado a donde él estaba, pero fue extremadamente inútil, puesto que fue él quien se acercó a mí hasta el punto de acorralarme contra la pared.

-Se que follo bien, pero te ves realmente ridículo dando las gracias por eso.- Susurró acercando su rostro al mío. -Ridículo e irresistible...- Rozó levemente nuestros labios haciendo que la tripa me doliera de los nervios, analicé su mirada indescifrable, ya me estaba empezando a calentar...

Aquel dolor de tripa se transformó en algo más cuando por fin unió nuestros labios en otro de sus imposibles besos, se transformó en algo como millones de mariposas aleteando dentro de mi. Cerré los ojos y traté de seguirlo... su mano derecha se movió desde la pared hasta acariciar mi mejilla. Volvía a estar en el cielo y se sentía maravilloso... pero claro que eso no podía durar, puesto que la puerta sonó separándonos por el desesperante susto.

• Buma • - Yoonmin +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora