siete

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Sentí un peso encima mío, abrí mis ojos y lo vi al subnormal de Neo.

—Para tarado, no se puede ni dormir en ésta casa. — me tapé hasta la cabeza.

—Levantate a hacerme de comer Azu, dale gila. — pidió parandose en la cama y pisándome la cabeza.

—Sali de acá asqueroso de mierda. — reí.

—Tengo hambre. — se quejó.

—Chupate una pija grande. — reí, el puso cara de orto.

—¿Vamos a mc?. —

—Que paja. —

—No querés hacerme de comer y tampoco querés acompañarme a mc, ¿querés que muera de hambre?. — bufó, reí y me levanté.

Después de cambiarnos, bajamos y estaban los pibes y ¿Lola? ¿que mierda hace ésta acá?

—¿Que carajo hace la garrapata acá?. —le pregunté susurrando a Neo.

—¿¡La conoces!?. — preguntó de la misma forma, asentí. — Es la novia, ex, juguetito, no se que mierda del gordo. —

—¿Alejo?. — pregunté.

—No, el Duki. —

zorra.

—Ahh. — musité.

Entramos al living, ella estaba de espaldas y los chicos nos vieron.

—¿Cómo se levantaron los más lindos de la house?. — preguntó riendo Tomás, sonreí.

—Uy Neito te conseguiste un perrito nuevo. — habló Lola acercándose a nosotros.

Mi primo estaba por hablar pero me adelanté y la agarré del cuello, ella puso sus manos en mi brazo.

Mauro se levantó y la alejó de mí rápidamente.

—¿Estás loca? ¡sos una bestia!. — lloriqueó.

—Ya me conoces, no me busques por que me vas a encontrar, garrapata. — hablé con bronca.

Tomás se tentó seguido de Alejo y Neo, Mauro los miró mal.

—¿Y ustedes de dónde se conocen?. — preguntó riendo Alejo.

—No nos conocemos. — soltó ella, yo reí.

—Ay, no me digas que a la nena le da vergüenza contar. — reí pasandome las manos por la cara.

—Cállate nena. — chilló.

—¿Qué?. —intenté acercarme a ella pero Neo me agarró. —

—Nos conocemos de vista, nada más. — mintió, que hija de puta.

—Última oportunidad para decir la verdad o la digo yo. — reí, ella se tensó.

—¿Pueden parar?. —preguntó Mauro.

—Esa es la verdad Azul. —

—No, la verdad es que la mamá de ésta garrapata es la zorrita temporal de mi viejo. — sonreí.

—Mi mamá no es ninguna zorrita, pedazo de hueca. — habló enojada.

—Ay Lolita, tu mamá está con mi papá por la guita, contales a los chicos cómo vas a pedirle plata para comprarte ropita. — confesé, ella abrió los ojos.

—¡Sos una mentirosa!. —

Los chicos miraban atentos la situación, Lola estaba alteradisima y yo, acá batiendome un dolca.

—Hay cámaras en casa. Ya fue Lola, me aburriste. — rodé los ojos.

—Igual está bien, eu. — habló Neo, todos lo miramos. — Yo también me aprovecharía de un papi postizo que es traficante y que se limpia el orto con billetes de quinientos. — acotó.

Todos nos reimos, menos los noviecitos.

Lola se fue corriendo y Mauro habló enojado.

—¿Era necesario?. — bufó.

—No es mi culpa que se haya levantando con la tanga cruzada.—

Mauro rodó los ojos y siguió a la garrapata.

—¡Boluda son hermanitas!. — jodió Tomás.

—Antes de ser hermanita de ésa, me pego un tiro en la cajeta. — reímos.

Duki

—¿Por qué la hiciste pasar esa vergüenza Azul? Sos una mierda flaca. — dije enojado.

Estaba hablando con ella en la habitación de Neo.

—Gracias, me lo dicen seguido. — sonrió. — Soy una mierda, me junto con mierdas y me importa una mierda lo que me digas. — volvió a sonreír.

Y ésa sonrisa no es real, es de "me chupa un huevo lo que me digas y vos también"

—Sos una inmadura de mierda. — solté.

—¿A si?. — habló sorprendida, o eso creo.

—Si, sólo querías lastimarla por que estaba conmigo ¡estabas celosa!. —

—Si, casi me ahorco por que te vi con Lolita. — dijo sarcástica.

—Te tengo a mis pies, Azul. —

Ella se acercó a mi, me miró a los ojos y me besó.

La levanté y la acosté suavemente en la cama sin dejar de besarla, seguiamos besandonos hasta que cambiamos de posición.

Empezó a moverse en circulos encima de mi pija y sentía que iba a explotar, dejó varios besos humedos en mi cuello y volvió a atacar mis labios.

Se separó de mi, me miró y sonrió mordiendose el labio inferior.

—¿Quién tiene a sus pies a quién, Lombardito?. — susurró en mis labios y se bajó de mi.

—¿QUÉ HACES?. — pregunté alterado.

—No me dan ganas de garchar con alguien tan imbécil cómo vos, perdón. — sonrió y salió de la habitación.

—¡AZUL!. — la llamé varias veces pero nunca vino.

Que hija de puta, para que calentó la pava si no iba a tomar el mate.

Ahora voy a hacer la famosa Vladimir, una paja y a dormir.

❌❌❌
hola, voten. adiós

mafiosa ; dukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora