CAPÍTULO 2

7K 351 55
                                    

Capítulo 2:

Casa misteriosamente silenciosa.

ΠΠΠ

E V E L Y N

La cafetería se hundió en un aire pesado, se sentía como si todos se hubieran sumergidos en su propia burbuja de tristeza, yo le eche una mirada al abuelo, al parecer él pareció percatarse de mi acto, dejó el dinero en la mesa y me hizo una señal para que lo siguiera fuera de ahí.

—¿qué paso ahí adentro? —demande mientras nos dirigíamos a la camioneta.

—cómo te iba diciendo desde hace un tiempo ha habido varias desapariciones y la mayoría que han encontrado pues... no están vivas lastimosamente y eso ha hecho que las personas de aquí bueno... en fin, no tienes nada de qué preocuparte por que no dejare que te pase nada a mi cuidado. —sé que trata de que no me preocupe, pero puedo notar en su mirada que hay algo más, aunque de inmediato descarté la idea y seguí de tema.

—¿exactamente... cuántas personas han desaparecido?

—eso no importa ahora—se rascó la nuca incómodo, sabía que se iba a negar a decir más— apurémonos, ya quiero llegar rápido a casa.

—¿iremos a casa de la abuela? —la abuela murió joven, nunca la conocí y supongo que la extraña, aunque no se le note.

—no, ya no vivo ahí. La renté hace un año a una chica de ciudad como tú. —dijo, aceleró el paso al ver la camioneta roja muy lujosa—vaya, debiste traer algo que no llamara tanto la atención.

—era lo menos exagerado que tenían en la cochera. —dije con una mueca de desagrado concordando con él.

Nos montamos en la camioneta y arranqué fuera de allí, hablamos mucho en el camino, él me pregunto sobre mamá y como se encontraba tras lo sucedido, yo respondía a todo-casi todo-. Media hora más tarde ya estábamos en la casa del lago en donde ahora el abuelo vive. El paisaje es muy bonito, un lago cristalino y más allá ese espeso bosque hermoso.

—lo sé, es muy bonito—dijo el abuelo detrás de mí mientras me ayudaba a descargar mis maletas. —y lo mejor es que no hay nadie que estorbe.

Tenía razón, esta era la única casa en esta parte del pueblo, las demás quedaban a un costado del lago.

—¿aún se puede nadar aquí? —pregunté acercándome a la orilla, me hizo recordar los viejos tiempos que había decidido mantener en lo profundo de mi mente.

—¡No!—me sobresalto al escuchar su elevado tono de voz. —Estamos en época de pesca y hay muchas trampas por ahí, este pueblo se caracteriza por sus peces gordos, así que los pescadores crearon unas trampas especialmente para ellos. —dijo mientras metía algunas cosas a la casa.

—¿es en serio?, yo nunca he escuchado que echen trampas para peces en un lago que se ve muy profundo. —me di la vuelta para entrar a la casa olvidando lo anterior.

—bueno, eso debe ser porque somos un pueblo único. —habló ahora más calmado.

La verdad es que la casa era muy bonita recubierta por completo de madera, también tiene dos plantas y dos hermosos ventanales a los costados de la puerta, tenía un hermoso porche acompañado de unas hermosas plantas que lo decoraban, también había un canario colgado en la esquina del techo, a un costado de la puerta colgado había una lámpara extraña. Justamente en ese momento iba pasando una polilla, vi todo en cámara lenta porque esta se posó en la lámpara y literalmente explotó provocándome que diera un salto de la impresión gracias al sonido que produjo, el abuelo llegó a mi posición mirándome confundido, pero a la vez burlón.

CARNIFEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora