Tres: Una mala persona.

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Las clases continuaron con normalidad, a pesar de mi dolor de cuerpo y cabeza.

Prefiero no hablar con nadie de lo sucedido, el simple hecho de pensar en ello me dan ganas de llorar.

En la salida, intento no toparme con nadie, no quiero otra golpiza. En el autobús, me siento hasta atrás, intentando que nadie me vea, no quiero recibir más burlas.

Llego a casa, suspiro y me levanto para bajar del autobús. Me planto frente a la puerta de mi casa, pienso un momento que es lo que haré o diré si alguien me pregunta el porqué de mi estado de animo.

"Creo que me hice espectativas muy altas respecto al primer día"

Saco las llaves de mi bolsillo trasero del pantalón, las incrustó en la chapa, doy la vuelta a esta para finalmente abrir con cuidado de no hacer ruido. Entró y me doy la vuelta empujando la puerta tan lento como puedo, aún no se logra escuchar mi presencia hasta cerrar por completo y luego...

¡Click!

- ¿Quien es? - pregunta mi hermana Kenia desde la cocina.

Dejo salir todo el aire que estaba conteniendo y contesto.

-¡Soy yo! - anuncio

- ¿Como te fue en tu primer día?

Suspiro - ¡Normal!

Subo a mi cuarto y dejo mi mochila, salgo, voy al baño y me miró en el espejo.

- ¿Quieres comer? - grita desde abajo. Lo pienso un segundo, no tengo apetito, estoy apunto de contestar cuando ella agrega - ¡Anda, no quiero comer sola!

- ¡Está bien! - giro los ojos.

Antes de salir, me miró una vez más en el espejo, mis ojos están llorosos, suspiro y los cierro con fuerza, cuando los abro ya tienen un aspecto normal.

Estoy bien.

Bajo las escaleras y veo que no está en el comedor, voy a la cocina y está en la barra comiendo sopa mientras mira su celular.

- ¡Ah! ¿Además de que me obligas a comer contigo, no eres ni para servir me? - le pregunto en broma y con un tono de despecho en mi voz.

- Perdoname, es que debo apurarme para ir a la escuela - me mira y deja su celular, mueve su plato de sopa y luego pasa al guisado.

- No te preocupes, estaba jugando.

Aveces se me olvida que Kenia tiene otras cosas que hacer de su vida y que su trabajo no es sólo ser mi hermana, aunque me encantaría que estuviera todo el tiempo conmigo.

Desde qué Kenia entró a la universidad ( o sea hace un par de semanas) casi no la veo, ella va a la escuela en la tarde y yo en la mañana. Cuando me despierto para ir a la escuela ella está dormida, y cuando ella vuelve de la escuela yo estoy dormida. Solo la veo en las tardes cómo ahora. Máximo dos horas al día.

Mientras ella está con su celular y comiendo yo estoy hundida en mis pensamientos. ¿Como les voy a decir? Dejo de meditarlo tanto y lo suelto antes de arrepentirme.

- Oye K - trato de llamar su atención.

- Mandé - contesta ella sin dejar de mirar su celular y metiendo un poco de ensalada en su boca.

- ¿Puedo contarte algo y me juras que no vas a decir nada? - al parecer eso sí que llama su atención porque deja su celular en la barra y me mira.

Termina de masticar y mueve su plato a una orilla para recargar sus brazos y suspira.

- ¿Que tan malo es? - frunce el ceño

- Pues malo, lo que se dice malo, no es - trato de bromear con ella, sonriendo nerviosa.

Maldita Sociedad. (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora