Capítulo 8

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Estaba por decirle algo más pero justo entra Sampaoli a llevárselos para el segundo tiempo, pelado te odio.

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Minuto 94'. El sonido del silbato se escuchó en todo el estadio, dando por finalizado el partido. No podía creerlo, volví a mirar la pantalla. Francia 4 - 3 Argentina. Me encontraba tan shockeada que ni siquiera podía llorar. Miré a los jugadores y algunos estaban llorando o si no, estaban muy desilusionados.

A pesar de las consecuencias que podía traer, me chupó un huevo todo y salí de mi lugar para abrazar a Marquitos, quien seguro estaba odiándose en ese momento. En aquel abrazo le dije palabras reconfortantes a la vez que le acariciaba la espalda mientras él mantenía su cabeza en mi hombro.

Busqué con mi mirada a Dybala, quien estaba mirándome con los ojos llorosos. Verlo así me partió el corazón así que me disculpé con Marcos y fui a abrazar a mi novio. Nuestro encuentro fue muy reconfortante, repetí las acciones que había hecho con Marcos mientras los acompañaba al vestuario.

El lugar se encontraba totalmente en silencio, algunos se abrazaban pero la mayoría tenía la mirada centrada en el piso. Iba a darles algunas palabras de confianza pero se me ocurrió una mejor idea. Comprarles chocolate, ¿Alguien puede resistirse al chocolate? Bueno, yo no. Decidida, fui en busca de alguna máquina expendedora y de pedo encontré una llena de chocolates de alguna marca rusa.

Lo poco que aprendí de Rusia es que te rompen el orto con los precios del chocolate, me alcanzaba para un sólo chocolate. Ahí fue cuando recordé que había dejado más plata en el micro, entonces opté por ir a buscarlo. En el recorrido, me encontré con varios jugadores del equipo ganador y uno de ellos era Mbappé, quien me dijo (en inglés) que quería hablarme sobre algo.

- Me di cuenta que sos una de las fotógrafas de la selección, ¿No?.- Me dijo manteniendo el idioma de antes.- Bueno, eras. Ahora ya no tenés más partidos.

Tiene razón. No había caído en todo este tiempo que era mi última vez acá, todo este tiempo pasó volando chabón. Miré a Mbappé quien tenía una sonrisa en su rostro, lo estaba disfrutando el hijo de puta.

- Tengo una propuesta para hacerte.- Hace una pausa y me mira a los ojos haciéndome sonrojar, ¿Qué me pasa?- Uno de nuestros fotógrafos está en grave estado y vos podés reemplazarlo, ¿Qué te parece?

- ¿Qué me parece?-Le pregunto incrédula.- Me parece una traición hacia mi raza. - digo y el ríe.

Retomo mi paso hacia el micro para comprar esos chocolates del orto pero Mbappé me detiene. A pesar de lo que le dije, era una oportunidad fantástica. Me pagaban por sacarle fotos a los bombones franceses, ¿Qué mas pedir?

- Por favor, Alessia.- Dijo lentamENTE SEÑOR JESÚS LLEVEME AL INFIERNO PORQUE YO YA PEQUÉ ahre. Pero por Dios, la manera en que dice mi nombre hace que quiera comérmelo.- Además, es lo menos que puedo hacer por lo del ojo.

Su mano pasó sobre mi ojo, haciendo que mantenga el sonrojo que tenía desde hace unos minutos. Me separé de él rápidamente. No entendía que mierda me pasaba, ¿Estaba a punto de enfermarme o algo?

- Bueno, está bien.- Acepté sin remordimientos. Bueno, con un poco.

No sé como hizo, pero su sonrisa se ensanchó aún más al oír mis palabras. Me dijo que iba a hablar con Deschamps sobre el tema y que lo iba a tratar de convencer, justo como hizo conmigo. Intercambiamos números y me despedí de él para ir de una vez a buscar la plata.

[...]

- ¿Así que te quedas de vacaciones?- Me interroga Rojo.

Nos encontrábamos una vez más en el hotel, pero esta vez empacando las cosas. No podía decirle la verdad a Marquitos así que le metí la mejor excusa que pude. Mbappé me contactó al día siguiente de nuestra charla para decirme que me aceptaron y que me consiguió una habitación para mí sola, alto orto tengo vieron.

-Si, conseguí un hotel a un precio aceptable así que decidí quedarme para sacar algunas fotos.- Le contesté con el mejor tono posible, era muy difícil mentirle a este chabón.- Voy a extrañar tus mates tarado.

- Yo voy a extrañar tu cara fea.- Me dice y luego sale corriendo de la habitación mientras se ríe en un intento de esquivar mi patada.

[...]

Decidí acompañar a los chicos al aeropuerto y en todo el trayecto Dybala no me soltó, estaba más cariñoso de lo normal. Y con razón, no nos íbamos a ver por unas cuantas semanas.

- Te voy a extrañar bebé.- Me dice Dybala mientras me besa por última vez.

Nos damos un fuerte abrazo y voy a saludar a los demás hasta que se escuchó por los parlantes la llegada de su avión. Mientras se retiran extiendo mi brazo y agito mi mano para despedirlos por última vez. Sin darme cuenta, el avión ya había desaparecido.

10 MINUTOS {• Kylian Mbappe •}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora