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Todavía no podía creer que besé a Jennie. Osea, no me quedaba en la cabeza y tampoco sabía que hacer cuando la vuelva a ver en la habitación, de seguro se está burlando de mi en estos momentos.
En el trayecto de el bar hacia casa me estuvieron preguntando donde estuve y por que tenia la cara roja, con lo que yo contesto que solo fui a tomar aire fresco y casualmente me encontré a una chica que "coqueteo" conmigo. No le dieron tantas vueltas a eso y dejaron de preguntar, pero Rosé estaba algo inquieta y eso me extrañaba bastante.
Cuando llegamos lo primero que hice fue saludar a Jin y a Rosé e irme a mi habitación como si fuera flash. La cerré para que nadie de esos dos entre y me volteé, pudiendo observar la figura que tanto anhelo ver.
- Hola princesa -Dejo una revista que tomó de mi biblioteca y palmeó su regazo para que me siente con ella en la orilla de la cama. Obviamente que fui y me senté en su regazo porque... no hay explicaciones-
Pareciamos una pareja muy melosa, lástima que no lo seamos y Jennie no me vea de esa manera como yo lo hago. Pero no querría arruinar nuestra amistad con tan inútil cosa, debería guardarlo y nunca dar a luz ese sentimiento.
- Hola Jen -Pasé un mechón que tapaba su rostro por sobre su oreja y me sonrió- Eres muy bonita, ¿no te lo han dicho?
- Puede que si pero luego me los comí -Ambas soltamos una carcajada- ¿Estás cansada?
- Un poco, pero mañana no hay clases en la universidad asi que no me preocupo por eso.
- ¿Y entonces vas a dormir?
- Supongo que sí, a menos que tú no quieras.
- Eso tiene doble sentido -Mordió su labios y apretó mi trasero, lo cual solté un pequeño grito, maldita pervertida...-
- ¡Jennie! -Le di un manotazo en el hombro y solto una pequeña risita- Me vuelves a tocar el trasero y te dejo sin descendencia.
- Era broma linda. Ahora vamos a dormir.
Me levanté de su regazo y agarré mi pijama para ponermelo. Obviamente que le dije a Jennie que se volteara porque no queria que me viera en ropa interior. Una vez cambiada me dirigí a la cama y con las sábanas me tape pero en cuanto Jennie estaba algo inquieta, por lo que la observé y no estaba transformada en lobo.
- ¿Que pasa Jen?
- Yo... eh... ¿p-puedo dormir contigo? -Preguntó bajito y un poco sonrojada. Negué mentalmente ante la actitud de niña que tiene cuando es un gran lobo que no le teme a nada- Es que me da cosita preguntarte porque te ves tan tranquila y no quiero molestarte.
- Claro que puedes Jen.
Me abrí espacio para que ella pueda entrar, junto con las sábanas. En un abrir y cerrar de ojos ya la tenía a espaldas mio abrazandome por atrás. Sentia su respiración rozar mi nuca y su parte baja rozandome el culo. Mi rostro ardía y no sabía que hacer en este instante.
