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Al día siguiente, siendo sábado, tenía que dar unas lecciones en privado a mi alumna Hana. Estuve todo el mediodía ocupado y totalmente enfocado en ayudarle por las competencias que se aproximaban. Estaba un poco frustrado porque Hana no mejoraba; y la presión de su madre, una ex competidora de patinaje recaía sobre mis hombros.
Hana es la alumna más destacada que tenía y la más importante por ser la única competidora. La mayoría de mis alumnos eran niños y niñas porque me gustaba enseñar patinaje de una manera más artística. Pero mi alumna de los sábados tenía que aprender el patinaje de la manera más competitiva, por ello yo tenía que tomar una postura más rigurosa. No más distracciones.
- ¡Hana!, ¿Cuántas veces debo repetirte que aterrices con el filo opuesto?.- pregunto cansado de verla caer una o otra vez en pleno salto Flip.- ¿Y es muy difícil mantener la cabeza recta?.
- ¡Lo intento!, pero estoy cansada.- reclama suspirando.
- ¡Yo estoy cansado!, la práctica termina en 30 minutos, y no seré yo el que le diga a tu madre que aún no estás preparada para competir, sino tú.
- No estás cansado Profe, estás amargado, y yo sé porqué.- dice negándose a practicar.
- A ver sabionda, ¿Por qué?.
- Por la misma razón del porqué sigues mirando la puerta, esperando que tu príncipe de los guantes rojos aparezca.
- Que graciosa.- expreso irónicamente.- No estoy mirando la puerta por él, sino porque tengo miedo de que tu madre aparezca y te vea holgazaneando.
- Si claro, te creo y todo. ¿Cómo se llama?.- pregunta entusiasmada, totalmente distraída.
- Se llama "No te importa y sigue con la práctica".- respondo irritado.
- Es un nombre muy largo para un chico tan hermoso, ¿No crees?. ¿Ya lo has besado?.
- Bueno Hana, creo que hasta aquí llegó la práctica de hoy. Vístete y espera afuera a tu madre.- intentó no tocar este tema con ella, ya que fue un error decirle quién era yo realmente.
- Necesitas relajarte más...- expresa orgullosa por haber hecho que detenga la práctica.- Te conozco desde que tengo 12 años, y antes no eras tan amargado como ahora. Necesitas dejar la soltería.
- Lo que yo necesité... no es de tu incumbencia.- la miro seriamente mientras la veo sonreír más y más.
- Entonces... ¿Jamás te vas a dar una oportunidad con él?, ¿Ni siquiera una mínima oportunidad?.
- ¡No!, ni una mínima. ¡Ahora ve a cambiarte!.
- Que lástima...- expresa como lamentándolo, mientras me guiña un ojo sospechosamente.- Bueno Profe, nos vemos el próximo sábado, y ti también te espero ver.- sus últimas palabras no fueron exactamente para mí, y allí me dí cuenta de que le hablaba a alguien que estaba detrás de mí. Cuando volteó la mirada para ver como Hana se aleja, me encuentro con Taekwoon quien inoportunamente se dedicó a aparecer en el momento menos indicado.
