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Aunque seguía teniendo miedo por él y por Byul, sabía que Taekwoon no iba a cambiar su forma de pensar. Creí que había amenazado a Youngsoo con destruir su matrimonio por un simple e infantil capricho de celos. Pero era algo más. No había escuchado la parte de la historia, no había escuchado que no sólo seguía mintiendo y destruyendo mi imagen a pesar de los años, sino que me había tildado de alguna forma de pervertido y pedófilo usando a Byul como si fuera una posible víctima mía.
Sabiendo eso, me sentí impresionado por el autocontrol que Taekwoon había optado mantener en esa situación. Todo esto me lo dijo una vez que Byul quiso ir al baño y realmente entendía su punto y entendía sus razones para defenderme. Pero aún así, por mis razones de querer protegerlos a ambos, le pedí que no vuelva a hacerlo.
- Lo haré. No sólo por ti, no quiero que Byul vuelva a experimentar algo así. No se lo merece.- dice tomando mis manos para tocarlas y jugar con ellas.- Pero no vuelvas a decirme que te sientes defraudado de mí. No puedo soportarlo.
- Está bien. No estoy defraudado de ti y no lo estaré nunca si te comportas bien.- digo acariciando su cabello como si fuera una cachorro.
- Eso no es muy reconfortante.- expresa sonriéndome, sabiendo que solo bromeaba.- Ven, quiero abrazarte.
- Eres realmente como un cachorro.- le digo acercándome a su lado para que pueda abrazarme de lado, apoyando su cabeza en mi hombro y sus manos en mi espalda y abdomen.- ¿No te duelen las costillas?.- pregunto apoyando mi cabeza sobre la suya mientras acaricio su brazo.
- Me duelen terriblemente, pero por ti... puedo soportar todos los golpes y el dolor del mundo.- expresa levantando la mirada, haciendo que nuestros rostros estén demasiado cerca. Nuestra respiración agitada, nuestros labios que se acercan más y más, todo a una distancia de pocos centímetros.
- Eres muy empalagoso.- le digo riéndome en su cara, arruinando totalmente sus ganas de besarme los labios.
- ¿En serio?.- pregunta desilusionado al verme reírse en su cara, dejándome de abrazar.
- Me prometí no ceder nunca ante la tentación y tú amigo... eres muy tentador. Si te beso, no podré soltarte, no podré detenerme y Byul en cualquier momento aparecerá. No quiero que Byul se entere así.
- Aaghhhh... ¿Por qué no mejor me matas y me sacas de este sufrimiento?.- dice retorciéndose y quejándose como un niño pequeño en la cama.- Auchh me duele todo. Qué injusto... recibo mil golpes y ni un beso.
- Deja de quejarte.- digo golpeándolo con una almohada.- Al menos estoy correspondiendo tus sentimientos.
- ¿Lo estás?.- pregunta con ojos ilusionados y me muerdo el labios mientras le sonrió para intentar soportar su ternura.
