One shot: LuNa.
"Dormilona".
A Nami ya se le hacía costumbre que Luffy se durmiera en sus piernas cuando estaba cansado, pero hoy como raro caso, fue al revés.
Cómo había contado ella, se quedó hasta tarde estudiando para un examen de la universidad, que la había dejado sin energía.
El no iba a la universidad, ni pensaba ir a una así que no entendía que tan difícil puede ser. Pero el solo ver cómo estaba de agotada ella, era una cosa que no le daban ganas de hacer.
Era viernes, y ella terminaba su horario más temprano, por lo cuál la fue a recoger para ir al Baratie donde sus demás amigos los esperaban, pero ella había insistido en descansar un poco en una plaza cercana al lugar antes de ir.
- En este momento, podríamos estar comiendo la deliciosa comida de Sanji. - Le hablo Luffy al cuerpo dormido de Nami.
- ¡No sé porque vas a la universidad si vas a terminar así de cansada!
<<¡Porque después de estudiar, podré ganar dinero limpiamente!>>
Seguramente le diría.
Luffy miro la cara de Nami. Tenía los labios entre cerrados con un toque de pintalabios rosado. El siempre le ha dicho que sus labios son demasiado rosados para ocupar más.
- Aparte de gruñona, dormilona. - Murmuró.
Y la seguía mirando. No le podía quitar la mirada de encima.
Luffy tragó saliva, mientras se sacaba el sombrero. No le gustaba lo que estaba por hacer.
Porque estaba mal.
Muy mal.
Y ese era su pensamiento.
"Está mal.
Está mal.
Está mal".
Se repetía una y otra vez mientras acercaba su cara a la de la mujer.
Puso una mano en la mejilla, mientras le rozaba los labios.
Si, la posición podía ser incómoda, pero ni las piernas entumecidas podían ser un impedimento ahora.
Luffy cerró los ojos mientras se atrevía a mover sus labios sobre los de Nami.
La sentía tan delicada.
Demasiado.
Nami se removió, sobresaltando a Luffy.
<<¡Que no se despierte, que no se despierte!>>
Cuando se separó y vio que seguía dormida, se puso el sombrero, mientras mordía su labio inferior. Le ardían tanto las mejillas como las orejas.
- Maldita dormilona. - Murmuró, pensando que si se hubiera despertado le correspondería.
Y ahora le quedaba la duda, si se hubiera despertado, ¿Le hubiera seguido o le hubiera pegado?
¡Maldita Nami! ¡Maldita dormilona! ¡Maldita universidad causante de todo lo demás!
[389 palabras]
