One shot: Usopp x Kaya.
"Por ellos".Recomendación: Escuchar la canción de multimedia par una mejor lectura.
— Usopp, está bien. Tendremos a los tres. No te preocupes. — Decía más que jadeante; cansada, agitada y agotada. Lo había repetido muchas veces intentado calmarlo, pero la verdad lo hacía para calmarme a mí.
Dado a que íbamos a tener trillizos, la recomendación de los doctores fue que lo mejor era asistir a cesárea.
Eso y que mi cuerpo al ser de nacimiento débil, posiblemente no soportaría el parto natural, a decir verdad tampoco había muchas esperanzas de que soportará la cesárea.
— Está bien, todo está bien. — Decía Usopp mientras besaba mi mano, con los ojos llenos de lágrimas.
Reí un poco.
— Oigan, ¿es normal que sangre tanto? — Escuche decir asustado a mi marido, Usopp. — ¿No es normal, no?
— Un poco normal, si. — Se escucho decir en la habitación. Supongo que al doctor.
Vi a Usopp fruncir las cejas. — ¿Qué pasa? — Le escuché preguntar.
— La verdad hay un latido del bebé que me preocupa, su vida este en riesgo. Salvarlo significaría arriesgar la suya. — Me asuste lo que eso podía significar.
Como madre, lo único que podía hacer es dejarle cosas a mis hijos.
— Haga lo que tenga que hacer, doctor.
— Eso pondría su vida en peligro, ¿Está dispues...
— No le pregunté eso a una madre. Ya le dije. — Si tengo algo que dejarles, y si es necesario, sería mi vida.
— Kaya, hey. Eso significa... — Sentí a mi marido tembloroso. Más bien sus manos, que hacían un intento de sostener las mías.
— Shh, tranquilo. Ellos estarán bien. — De repente, lágrimas empezaron a caer de mis ojos. Me dolía el pecho, quería verlos.
Verlos crecer, correr por la casa, ir a su primer día de escuela. Quería tanto.
— Pero Kaya, yo también quiero tú estés bien — Usopp había comenzado a acariciar mi frente, mientras se arrodillaba para quedar cara a cara, ya que estaba recostada.
— Ninjin, Piiman y Tamanegi. — Dije recordándole el nombre de nuestros hijos. — Vamos, papá. Diga los nombres de su hijo.
— Ninjin... Piiman y, y...— Usopp no podía continuar por qué su boca le temblaba, igual como su cuerpo. Sus lágrimas eran más abundantes que las mías.
El resto de la sala había dejado de tener importancia, excepto por nuestras manos entrelazadas.
— y Tamanegi. — Termine de decir por el.
— ¿Que te parece que Luffy y Nami sean los padrinos? — La voz de Usopp estaba vacilante.
— Estaría... Genial. — Empezaba a sentirme cansada.