Prólogo.

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En un lugar lejano y recóndito, donde había menos de cien seres cohabitando en un mismo sector. Aislados de todos como de la luz que pocas veces lograba tocar aquel mundo contrario al reinó de la tierra —que siempre permanecía con vida—. Yacía un hombre postrado sobre sus rodillas, que descansaban en el suelo húmedo a las afueras de la ciudadela, con los brazos alzados por cadenas que lo mantenían preso, inmóvil ante el ser, dueño del todo de esa misma dimensión. De su rostro que se mantenía cabizbajo, se deslizaban finas hileras color vino que bajaban de heridas en sus mejillas, frente y labio inferior. Su belleza como la de una piedra preciosa tan difícil de hallar, se encontraba corrompida desde el inicio hasta el fin. Sus piernas al igual que sus brazos, temblaban ante la tensión constante de sus músculos y por la ardua batalla que había hecho anteriormente en un intento de escape, que fallo de manera penosa destruyendo su interior más que cualquier otra cosa que lo había tratado antes.
—Pensar que terminarías así —dijo una voz grave desde las sombras—. Débil y vencido.
Que dio paso al sonido acuoso de unos zapatos atravesando los charcos hasta quedar frente al joven que mantenía su mirada en el suelo donde veía el reflejo de aquel ser, que aún teniendo la similitud a un humano, sabía que no era más que una ilusión de su verdadera naturaleza que aborrecía.
—Sin embargo no luchaste, te diste por vencido en el momento que ella tocó este reino —continuo el hombre que con una leve inclinación hacia adelante, sujeto la cabeza del joven para alzar su mentón—. ¿Temías por ella, Jason?
No hubo respuestas más que un cerrar de ojos por parte de él, que sin deseos ni esperanza se mantenía en silenció con la mente fija en una única salida, un plan donde podría salir victorioso, o por lo menos una parte de lo que más amaba no sería dañada ni tocada por aquel grotesco lugar, que sin dudas él había cometido el error de que fuera vista. Y por esa razón su determinación era más grande, porque debía enmendar su propia acción fatídica que hizo sin verlo ni pensarlo. Sin embargo una parte de su interior luchaba por su inocencia que aún cuando fue él quien cometió todo eso, no sabía, no entendía, ni mucho menos conocía el futuro donde los llevaría.

Locura infinita. ★Jason the toymaker★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora