Deseo, angustia, felicidad, y algo mas...

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Inmersa y pérdida en sus pensamientos, Abigail fue caminando a la escuela sin notar que los minutos iban pasando de manera rápida, y que solo faltaban diez para que cerraran la puerta de su salón. Siendo el sonido dulce, fuerte y un poco armonioso de la campana, el que la sacara del lejano mundo donde estaba sumida. Corrió de inmediato al interior de la arquitectura pasando el patio, pasillos y subiendo escaleras. Abigail no estaba prestando atención a su camino, no podía. s
Si llegaba tarde nuevamente, llamarían a sus padres y esa sería una noticia que no deseaba que supieran, mucho menos al día siguiente del cumpleaños de su madre. Sin embargo la suerte no estaba de su lado desde que tuvo ese sueño, o quizás la culpa la tenía ella por desesperarse tanto en llegar a un salón donde el maestro aún no estaba, y por seguir divagando en sus pensamiento sin fijarse en el camino. Por supuesto, no fue con la pared o una puerta con la que chocó, sino con alguien y, por el duro golpe que se dio en el rostro, distinguió que era alto, además de tener un cuerpo atlético.
Abigail retrocedió dos pasos antes de sentir como el peso de su mochila se hacía más gravido, causando que se balanceara hacia atrás donde hubiera caído de golpe, sino fuera por él joven con quién choco, que la cogió con una rapidez que la asombro. Aquel contacto físico basto para que su cuerpo temblara y los latidos de su corazón se multiplicaran golpeando con fuerza su pecho, lo que la atemorizó además de ruborizarla. No entendía del todo porque reaccionaba de esa manera, pero no quería que quién la sujetaba firmemente entre sus brazos, se diera cuenta de lo que había causado en ella. Lo que no fue tan tranquilizador cuando alzo su rostro para ver a su “salvador” de una dura caída, porque se encontró con una intensa mirada cuyos ojos de color miel, lanzaban pequeños destellos de un verde oscuro, y no solo eso. En la expresión que llevaba su salvador —quién por su cabello caoba y su hermoso rostro, supo que era Jason—, se podía ver algo más como; deseo, angustia, felicidad.
Abigail no lograba descifrar exactamente lo que era y tampoco tuvo oportunidad para intentarlo, ya que él había ocultado de inmediato aquel descuido cambiándolo por una expresión más neutra, además de alzarse junto con ella para así poder soltarla y alejarla.
El calor, las vibraciones y el nerviosismo que antes la envolvían, ahora se desvanecían rápidamente pasando a un frío junto con una soledad que la lastimaban, y por más extraño que fuera, ya anhelaba aquella sensación, como si tratara de algo suyo y la hubiesen arrebatado de ello.

Locura infinita. ★Jason the toymaker★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora