Capítulo 3: Frases

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Me desperté con el sonido de gente corriendo por el pasillo. Eché un vistazo a mí alrededor, pero Maddie no estaba en la habitación. Pestañeé sorprendida, esperando a que el sueño se disipe. Me pareció extraño que Maddie no me hubiese despertado, pero supuse que había salido solo por un momento.

Tomé una ducha a pesar de la falta de cortina, tratando de no mojar el piso del baño en el proceso. Estuve alrededor de diez minutos tratando de regular el agua, pero me rendí y terminé bañándome con agua demasiado caliente. De todas formas, me sentí de mejor humor bajo el agua y tomé unos minutos para relajarme.

Luego de secarme el cabello y cambiarme miré la hora: eran las nueve de la noche y Maddie seguía sin aparecer.

Pensé en buscarla en la habitación de Ethan antes de intentar en el bar de la universidad, así que me dirigí hacia su habitación. Recordaba que había dicho que era la 302, al final del pasillo de la nuestra.

Cuando llegué me encontré con la puerta entreabierta. 

―¿Ethan? ―inquirí observando el cuarto a través del espacio que dejaba entrever la puerta.

Llamé de nuevo y no hubo ninguna respuesta. Abrí la puerta con cuidado, pero desde donde estaba parada podía ver que no había nadie allí. Me pareció extraño que hubiera dejado la puerta entreabierta, la universidad tenía mucha seguridad, pero cualquiera podría haber entrado en su habitación.

Estaba a punto de irme cuando escuché el sonido del agua corriendo. ¿Se estaba bañando y había dejado la puerta abierta? Toqué la puerta del baño que también estaba semi abierta, pero no contestó. Lo llamé de nuevo, esta vez en voz más alta, pero no obtuve respuesta. Me preocupé un poco y dudé si entrar o no. Me estaba entrometiendo, pero toda la situación me parecía extraña. Cuando abrí la puerta del todo, largué el aire que estaba conteniendo, el baño también estaba vacío. Era mucho más pequeño que el nuestro con solo una bañadera y un lavabo.

Fruncí el ceño, este chico era muy descuidado. ¿Cómo pudo haber dejado la puerta de la habitación y del baño abiertas y el agua corriendo? Seguro se había ido a algún lugar cerca y volvería rápido, pero debía tener más precaución.

Yo era un poco obsesiva con cuidar el agua y el medio ambiente, así que entré al baño y me quedé mirando la cortina negra con envidia. No era justo que él tuviera cortina y nosotras no, agarré un extremo de la cortina y... 

- ¡Mierda! –grité de repente cuando algo me empujó provocando que me cayera dentro de la bañera llena de agua y espuma. Mi corazón empezó a latir con fuerza, no solo por el susto y lo abrupta que fue la caída sino por el motivo, alguien había corrido la cortina con fuerza, arrastrándome con él hacia la bañera. ¡Casi me parto la cabeza si no fuera porque el chico me agarró antes de que impactara contra el mármol! Ojalá yo tuviera esos reflejos tan rápidos.

- ¡Por Dios! ¡Estás desnudo!  -exclamé horrorizada al darme cuenta que había un cuerpo desnudo debajo mío.

- ¡Perdón por no bañarme con ropa! –replicó una voz familiar, me di la vuelta y me quedé helada. Jax me estaba mirando con los ojos desorbitados y con el pelo lleno de shampoo cayéndole por los costados del rostro, tenía una mano en mi cadera y la otra seguía en mi cabeza, la cortina –que se había caído con nosotros- nos envolvía torpemente

-  ¿Emma? No tengo problema en ser una especie de ángel guardián para ti, pero me gustaría que fuera en otras condiciones.

- Oh por Dios, oh por Dios –quité la cortina de encima mío y me paré. ¡Mala idea! Ahora Jax estaba totalmente al desnudo en frente de mi- ¡Perdón!  -cerré los ojos de inmediato y lo tape con la cortina- ¡Lo siento! No quise... yo...

Nuestros DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora