"El arte no es lo que ves, sino lo que haces que otros vean."
―Edgar Degas.
De repente parecía que la temperatura había subido a cincuenta grados.
Estúpido calentamiento global.
Dios, ¿realmente le estaba echando la culpa al calentamiento global cuando la verdadera culpa la tenían mis hormonas? O tal vez la culpa era de Ethan por hacer comentarios inapropiados y ponerme en esta situación, o tal vez de Jax por haber eliminado los pocos centímetros que nos separaban y hacer que nuestras piernas estuvieran pegadas.
―¿Sobre el cerebro de Ethan? ―pregunté, tratando de disipar el ambiente tenso.
No lo logré.
―No, sobre nosotros acostándonos.
―Este...
―Pienso que es una mala idea ―murmuró.
La decepción me golpeó y sentí un nudo en el estómago. Apreciaba su sinceridad. Prefería que me dijera la verdad antes de que me mintiera. Pero, por lo menos podría disimular un poco su falta de interés. Esperé a que agregara algo más pero no lo hizo.
Eso te pasa por esperar algo que no mereces, Emma.
―Lo entiendo ―atiné a decir.
―No, no lo entiendes ―respondió, con la mirada fija en mis labios―. Por tu cara de decepción creerás que es porque no tengo interés en ti.
Alcé las cejas.
―¿Y no es por eso?
―No, es porque estoy muy interesado en ti.
Fruncí el ceño sin entender.
―¿Y eso cómo tiene lógica?
―¿Quieres que sea directo? ―Asentí con la cabeza― Me encantaría follarte, Emma, pero la verdad es que no quiero entablar ninguna relación amorosa.
―¡Pero follar no significa enamorarse! ―protesté. No podía creer que Jax fuera uno de esos chicos que pensaba que una se podía enamorar solo por tener sexo. Era decepcionante―. Y si tienes miedo de que yo me enamore por pasar una noche contigo, déjame decirte que estás muy equivocado...
―Tengo miedo de que yo no te pueda sacar de mi puta cabeza luego de estar contigo. Ya se me está haciendo jodidamente difícil y solo nos besamos una vez.
Me quedé en silencio procesando sus palabras. Solo se escuchaban nuestras respiraciones agitadas. Sonreí casi sin quererlo.
―Y si sonríes así ―prosiguió―. Será imposible no querer más.
Lo miré. Algo destelló en su mirada y el verde de sus ojos se tornó más oscuro.
Me armé de valor. Me armé de valor porque nunca lo hacía realmente. Porque siempre pensaba en frases como "haz lo que tengas miedo de hacer", y todos esos dichos motivacionales, pero, la mayoría de las veces, si tenía la posibilidad de evitar todo lo que me causara incomodidad, lo hacía. Tenía una lucha constante entre la persona que quería ser y la que era.
Me armé de valor y me incliné para besarlo, pero lo hice tan rápido que lo empujé hacia atrás, chocando con el cabezal de la cama. Al principio Jax se tensó y lo tomé como señal para alejarme, pero, antes de que pudiera hacerlo, él me agarró por la cintura para acercarme más hacia él. Sentí un alivio en el pecho y coloqué mis rodillas a ambos lados de sus caderas para acomodarme sobre él. Sus manos pasaron de mi cintura, hacia mi cuello, apretándomelo suavemente. Comenzó a besarme lentamente, sus pulgares acariciaban mi cuello y yo sentí que mi corazón iba a salirse de mi pecho.
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Nuestros Demonios
RomanceSe dice que todos buscamos a alguien cuyos demonios se entiendan con los nuestros, sin importar la historia que hay detrás de ellos. Se dice que es difícil separarse de alguien cuando sus almas se conectan y Emma Denovan está por descubrirlo.