Genji siempre pensó que si alguna vez contraia la enfermedad, su reacción inmediata iba a ser de pánico. Que iba a reaccionar mal e iba a decir algo así como: '¡No puedo morir!', mientras corría en círculos como una gallina sin cabeza.
Pero estaba llevando la noticia sorprendentemente bien, considerando todo lo que implicaba.También siempre creyó que iba a ser una sorpresa, pero en realidad no estaba muy sorprendido, el Hanahaki era casi una regla en su familia.
Y además, ya de sobra debió haber visto que el no veía a Jesse como sólo un amigo, se volvió muy especial para él. Pero cuando se dio cuenta no se sorprendió, Jesse era muy carismático y simpático, coqueteaba mucho con varias personas y nunca eran personas como él. Siempre eran hermosas, altas, con piel perfecta, cabello perfecto.El definitivamente no era ni parecido a esas personas. No era alto, su cabello era muy desordenado y no le daba cuidados particulares, y su piel... la poca que le quedaba estaba llena de cicatrices y era exageradamente pálida. Quizá su anterior ser hubiera tenido alguna oportunidad, pero ahora no tenía ninguna.
Pasó mucho tiempo pensando en eso, aunque acostado en su cama no podía hacer muchas cosas más. Sólo estaba ahí, mirando al techo, con el suéter de Jesse puesto y abrazando el pequeño peluche de pachimari que le había regalado el vaquero.
No era una excelente manera de ocupar su tiempo libre, pero era lo único que tenía ganas de hacer por el momento.Hey, no podían culparlo. Hace solamente días se había enterado de que tenía Hanahaki y ahora debía manejar eso con sus inestables emociones. Era normal que no quisiera hacer nada y sólo tratar de empezar a comprender la situación en la que estaba.
Soltó un ligero quejido y se sentó en su cama para luego toser suavemente en su mano, atrapando los pequeños pétalos rojos que habían salido de su boca. No siempre que tenía que toser soltaba pétalos, pero comenzaba a sentir cuando lo hacían. No sabía si eso era normal, seguramente tendría que ver a un médico por eso... aunque si sus conocimientos sobre el hanahaki eran correctos, ni de chiste iría al doctor.
No quería que ni le mencionaran la idea de tener que quitarse los pétalos y con ellos sus sentimientos, no la soportaba. No quería volverse aún más un monstruo de lo que ya era, no quería que le quitaran la pequeña parte de su vida que aún lo hacía sentirse como una persona normal.
Eso sí le sorprendió, el contraer la enfermedad, de cierta manera. Pensaba que por todos los cambios que sufrió su cuerpo, no podía sufrir de ciertas cosas. Varias partes de su cuerpo, partes internas, eran metálicas o eran asistidas por algún tipo de máquina. Llegó a pensar que ya no era un humano, pero las flores creciendo en sus pulmones le decían lo contrario. Sí, eventualmente lo iban a matar pero lo hacían muy feliz hasta que eso pasara. Nuevamente, Jesse alegraba su vida.
También otra cosa que había considerado y que descartó 2 segundos después, era el decirle a Jesse.
Después de su accidente comenzó a detestar una cosa más que nada, bueno dos, a Hanzo y dar lástima. Podía ver las miradas de las personas cuando veían su cuerpo y lo odiaba. Y sabía que le si le decía a Jesse que tenía Hanahaki y era por él, sabía que el vaquero era capaz de 'corresponderle' sólo por lástima. Y definitivamente no quería que Jesse sintiera lástima por él, en especial cuando era una de las pocas personas que lo veían como un ser humano normal.Quería que su relación se mantuviera lo más normal posible, en especial ahora que se estaban volviendo más cercanos.
Realmente disfrutaba de las ligeras bromas que a veces realizaba Jesse y disfrutaba mucho sus ahora más normales conversaciones. Era lindo volver a hablar con alguien normalmente, sin que lo vieran raro por su cuerpo y sin que le sacaran temas raros.Así que evitaría a toda costa que Jesse se enterara de lo que le estaba pasando, por ahora sería fácil y ya vería como ocultarlo cuando la enfermedad estuviera más avanzada.
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Lo que me hace sentir humano
FanfictionGenji perdió todo lo que creía que estaba seguro en su vida; su hermano, su hogar, su vida, su cuerpo. Le costaba mucho aceptar que él ahora era esa mezcla horrible de metal y lo que habían podido rescatar de su antiguo ser. Ya no se sentía como él...