Capítulo VII

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-- El Tiempo exige Tiempo --

Tres.

Tres días han pasado desde que zarpamos de la isla donde decidí empezar con una nueva meta y con un gran objetivo, Zoro.

Todo en busca de felicidad para el futuro próximo y lejano, con el que pasaría el resto de mis días, en sus brazos, a su cuidado. Sueño que se me había sido arrebatado al tener que huir constantemente del Gobierno mundial, pero hoy gracias a mis amigos, gracias a él puedo permitirme soñar de nuevo.

Mi obstáculo principal es el mismísimo Roronoa Zoro, ¿el problema?, el problema es que no está enamorado, no le atraigo físicamente y muchos menos emocionalmente estoy en la zona de 'amistad' en la que no le importa cómo me vista o arregle, él solo ve un cambio, si estoy lastimada o no, al menos eso es lo que me deja ver, pues reconozco que sabe ocultar cosas como un profesional.

Aun así, me ha halagado 2 veces en 2 días a conciencia, aunque solamente podrían haber sido burlas hacía mi persona. ¿Cómo averiguar realmente lo que piensa? solo el tiempo mismo podrá decírmelo en la cara mediante dolorosas palabras o bien cuidadas y bonitas, que podrían cambiar el rumbo de mi plan maestro.

Lo malo es que el tiempo exige tiempo, un enorme sacrificio a mí razonar, llevo silenciada más de 2 años y en este momento lo necesito, necesito que nos expresemos mutuamente para nuestros únicos oídos, sentir la presencia del otro, demostrarnos todos los días de nuestras vidas todo lo que podemos ofrecernos, este es mi mayor deseo.

Forzar la situación es lo que llevo realizando al contar con pocos recursos, cuando al tiempo me refiero, no forzar demasiado dicha situación es lo que llevo cuidando pues no quiero que se asuste por mis notorias acciones, creyéndome una desesperada a sus ojos, aunque lo esté no le daré esa pista.

Mis acciones a la que pocas veces reaccionaba, al ser muy serio y cerrado ver estas reacciones me llenan de satisfacción, verlo ligeramente sonrojado o levantar sus cejas en admiración, como un halago mudo de su parte, estos son mi pan de cada día, no llevo comiendo en varios días además de que no son suficiente, siempre me dejan más hambrienta. Mi única opción es aguardar impaciente al tiempo, para que esta pueda dejarme probar algún gran banquete.

Algunos aperitivos siempre serán bien recibidos, como el contacto físico, los momentos a solas que lo pasamos juntos, los cuidados desinteresados que me brinda, las conversaciones sin sentido alguno, miradas y su cercanía.

El mismísimo hombre me ha otorgado un plato exquisito, al ofrecerme pasar más tiempo, haciendo lo que a él más le gustaba, desde ese día comer pan estaba en el pasado, he visto una mejoría, ahora pruebo platos enteros y algunas veces los acompaño con dulces aperitivos.

Pero como todos, nadie se contenta con lo que tiene y como estoy en ese enorme grupo deseo probar el banquete que el tiempo me ha prometido y repetirlo todos los días hasta quedar como una obesa sin movimiento. Pero el tiempo exige nada más que tiempo, precioso tiempo que se gasta segundo a segundo.

Afortunadamente hoy el plato podría aumentar, talvez solo sea un bocado más, un aperitivo extra o talvez otro plato ¿cuáles son mis razones, para testificar mi aumento de porción?

Las palabras de mi objetivo, son mis razones, al principio me había dicho que aumentaría nuestra actividad al pasar a la siguiente semana, es decir este día.

En últimos días siento el plato con aperitivos diarios, lo que apoya mis razones, hoy realmente comería sus platos, pues anteriormente los probaba diciendo que debo acostumbrarme al sabor. Hoy sentiría el verdadero sabor del plato que lleva ofreciéndome, con el aperitivo en sus manos, listo en caso de no llenar mi estómago.

Conquistandote [Zorobin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora