Prólogo.

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30 de Junio, 2017.

-¡Miriam! Corre, ven.- me llamaba mi primo desde el salón.- y trae las palomitas, ¡que va a empezar!

-¡Ya voy!.- contesté alargando la 'o'.

Llené el bowl con las palomitas recién salidas del microondas y me dirigí hacía el salón. Una vez allí me senté a su lado y le acerqué el bowl para que cogiera palomitas. Dani, mi primo, ya tenía la tele preparada en el momento en el que yo me adentré en el salón, y miraba con ansias a los jugadores que iban enfocando mientras sonaba el himno nacional de cada país.

-¿Quien crees que va a ganar?.- le pregunto mientras cojo un puñado de palomitas.

-España, obviamente.- me contesta sin apartar la vista de la televisión.- ¡Va!.- pega un salto del sofá al ver el balón que acaba de lanzar el número 8 a portería, demasiado alto.- Venga Saúl, tío, ¿me estás vacilando?.- comentaba disgustado.

Yo solo podía reírme ante tal situación, quiero decir, no todos los días tienes a tu primo de doce años en tu casa sufriendo por la final de la Europa sub-21, mientras tu no tienes ni idea de fútbol.

El sufrimiento y la desesperación iban en aumento después del gol de Weiser en el minuto 40, a favor de Alemania, claramente.

Poco después acabó la primera parte, por lo que me levanté para hacer algunas palomitas más e ir al baño. Justo cuando llegué al salón empezaba la segunda parte. El gol de los alemanes nos había dejado un poco tocados y se notaba en el equipo, y mucho, lo que provocó, entre otros, una tarjeta amarilla, la segunda para el equipo español.

-¿Quién es ese?.- señalé a el número 11, que vacilaba a un alemán con el balón antes de pasárselo a su compañero.

-¿Quién? ¿El 11?

-Si.- contesté

-¡Buah! Es Marco Asensio.- me dijo con emoción.- Acaba de fichar por el Madrid, bueno, en realidad eso fue ya en 2016, es igual, es un crack, es uno de mis favoritos, va a ser un grande.- me explicaba con admiración, mientras yo no le quitaba ojo a la televisión.

El partido avanzaba y cada vez estaba más clara la derrota española ante el equipo alemán. Hubo ciertos momentos que pudieron haber cambiado el rumbo del partido, como una falta de Meyer a favor de España, que acabo siendo un disparo fallido por parte de Asensio, pero todo se quedó en un simple pudo. Después de los tres minutos extra, el árbitro pitó fin de partido. Y así acabó la aventura de La Rojita en la Eurocopa sub-21. Subcampeones, bueno, eso no está nada mal, ¿o si?.

-¡Venga! Anímate un poco, ser subcampeones no está nada mal.- le decía a mi primo, quien estaba bastante afectado tras el resultado.

- Es que tu no lo entiendes Miriam, tu no tienes ni idea de fútbol, no sabes lo que es.- suspiró.- podíamos haber sido los campeones.

- A veces los mejores no tienen por que ser los campeones.- le decía mientras intentaba animarlo de alguna forma.- vamos, te compro un helado. Además, aún no me dijiste quien es esa chica que te gusta, que aquí los pajaritos no callan.- y vi como le salía una sonrisa tonta.

Después de eso salimos de casa y nos dirigimos a la tienda de chucherías por el paseo marítimo, nueve meses y medio en Madrid y ya me había olvidado del olor del mar, desde luego, sienta bien volver a casa.

Besa la verdad | Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora