— ¿Este es tu coche?— Digo señalando el AudiQ5 que hay aparcado al lado del hueco que había dejado el coche del queridísimo novio de mi mejor amiga.
— Si señorita — me responde Marco a la vez que me abre la puerta para que entre.
Wow, pues vaya coche, señorito. Pienso para mi misma. Una vez me subo al coche Marco cierra la puerta del copiloto y se dispone a subir el. Mientras yo me limito a inspeccionar el coche. Realmente tiene todo lo que soñé yo en un coche algún día. Claro que para llegar a tener tal cochazo primero: 1. Tenía que sacarme el carnet, lo cuál no veía posible a corto (ni largo) plazo y; 2.necesitaba la pasta que valía ese coche, algo que tampoco tendré en muchos, muchos años. Vale, que me desvió del tema.
El coche se movía por las calles de la urbanización privada conducido por Marco, quien estaba muy concentrado en la carretera. A su vez, yo estaba muy concentrada en el, más de lo que me gustaría, estaba prácticamente embobada, ¿cómo puede ser alguien tan guapo? Creo que es algo que ni la ciencia puede explicar.
— ¿Cómo decidiste que querías venirte a Madrid — me pregunto —. Quiero decir, la mayoría de la gente prefiere seguir cerca de casa...
— Ya... — le interrumpí —. Fue complicado... pasaron muchas cosas durante ese año, y irme lejos de allí, bueno, era algo que sentía que necesitaba. Empezar de cero.
— Y, ¿valió la pena?
— Bueno, podríamos decir que funcionó — le miré y sonreí —. Si.
A medida que avanzábamos el verde y los árboles se iban transformando en edificios y estructuras dignas de ciudad.
— ¿Te gusta Madrid? — curiosee.
— ¿A ti te gusta? — elevó una ceja.
— ¡Oye! Yo pregunté antes — contesté haciendo una mueca.
— Pero, ¿te gusta? — insistió.
— Si, me gusta.
— A mi también me gusta.
En un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en uno de los muy comunes atascos del centro de Madrid. Y más rápidamente aún, Marco estaba girando a la derecha como yo le había dicho.
— Vale, ahora giras a la izquierda en la siguiente calle, y... — alargué la 'y' mientras el coche avanzaba —. Ya estamos, es este portal.
Marco apartó el coche a una plaza de aparcamiento para que pudiese bajar sin atascar el resto de la calle.
— Muchísimas gracias por traerme, enserio — le agradecí — No tenías por qué hacerlo.
— No te preocupes, fui yo quien se ofreció — me recordó.
— Si... esto... — titubee — Me lo he pasado muy bien hoy.
'Me lo he pasado muy bien hoy' ¿Enserio, Miriam? ¿No se te ocurre nada mejor que decir? Mi li hi pisidi miy biin hiy, que tonta. La verdad, era bastante raro, ¿bajaba ya del coche? ¿le invitaba a subir? ¿como cojones, con perdón, me despido?
— Yo también me lo he pasado muy bien — seguro que no gracias a mi, pensé —. Y esa tarta que trajiste esta, buenísima.
— Jolín, gracias, que bien que os gustase — sonreí —. Cuando quieras te hago una.
— Ya te llamaré entonces — me guiño un ojo, y yo reí. Genial, solo me quiere por las tartas, pensé.
— Cuando quieras... bueno, no te enredo más, ya nos veremos.
Abrí la puerta para bajar del coche cuando Marco tiró de mi, estando yo aún un poco descolocada, me agarró de la cara y me plantó un beso en la mejilla.
Madre mía, madre mía, MADRE MIA. Si ya de por sí tengo las mejillas sonrosadas, me hubiese gustado verme en ese momento desde otra perspectiva. Miriam Pérez aka Miriam Tomate.
— Ya nos veremos, Miriam. — me dijo con una sonrisa muy, MUY, seductora.
— Hasta otro día Marco. — Y esta vez si, bajé del coche y cerré la puerta a mi espalda.
Mientras introducía la llave en el portal no pude evitar dirigirle una mirada, la cual fue rápidamente devuelta. Una vez me adentré en el portal Marco arrancó y su coche desapareció por las calles de Madrid, seguido de mi mirada, tan inocente, tan ilusa...
Y entonces lo supe. Nunca se iría de mi mente.
Creo que parte de mi lo supo desde la primera vez que le vi, aunque evitase pensar en el. Sabía que las posibilidades de que algo así acabase sucediendo eran nulas, algo así como una entre un billón, pero a toda contracorriente, y a pesar de todos los intentos para evitar pensarlo, mi cabeza procuró de que la idea de que algo podía llegar a suceder no abandonase nunca mi mente.
Estaba perdida.
***
¡Hola! ¿Qué tal va todo? Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que publiqué algo que me debería dar hasta vergüenza. Antes de nada, espero que estéis todos y todas bien, en estos momentos que estamos atravesando. No salgáis de casa porfi 🥺
También me gustaría dar las gracias a todxs los que me seguís leyendo (¡hemos superado las 2000 lecturas! Y me hace mucha ilusión) a pesar de estar tragada por la Tierra, y pediros perdón por desaparecer y reaparecer al año siguiente, porque soy lo peor, pero no pasa nada, el primer paso es aceptarlo.
Y nada, aquí os dejo un nuevo (por fin) capitulo que espero que os guste, sabéis que le podéis dar fav si os gusta jiji y me dejáis feliz como una perdiz. ¿Tenéis parte favorita? ¿Que creéis que puede pasar después? Dejadmelo en los comentarios y al igual os doy una pista jeje.
Y bueno, no me enredo más, quedaos en casa y cuidaros mucho. 💓
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Besa la verdad | Marco Asensio
FanficNunca se iría de mi mente. Creo que parte de mi lo supo desde la primera vez que le vi, aunque evitase pensar en el. Sabía que las posibilidades de que algo así acabase sucediendo eran nulas, algo así como menos de una entre un billón, pero a toda c...