PARTE 4: La Extrañaba

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Extrañaba a Evangeline, cada vez que se peleaban Ella no sabía si se iban a reconciliar o solo serían compañeras de escuela. La espera era interminable.

Le partía el alma verla entrar al aula escolar y no poder contarle cómo se lastimó su hermano (Ela no soportaba al hermano de su amiga, Gerardo, ¿por qué? Otra pregunta sin respuesta), no poder hablarle de la estupidez que le había ocurrido (Cortarse la piel del dedo con la tapita del Yogur, la verdad, muy estúpido) y no poder hacerla sonreír, todo por culpa suya. Ella se oscureció más al distanciarse de ella.

Sabía que algo pasaba entre Ela y Jimmy; en la forma en la que sus ojos se cruzaban, cómo se abrazaban y cómo Ela tocaba a Jimmy.

***.-.***

Luego de esta pelea, pensó en Ela todo el tiempo. Cuando dormía, no podía dejar de imaginar todo lo que podrían estar haciendo juntas. Cuando se bañaba, o se miraba al espejo, pensaba qué decirle para pedirle perdón. Cuando iba por la calle y miraba a la gente, deseaba que fueran Evangeline para poder mirarla a través de sus ojos, ¿cómo eran? No podía olvidarse, la veía todos los días.

Pensaba en Ela, especialmente, cuando escuchaba música: Calamaro, Vicentico, Aerosmith, todas sus baladas hacían que se acordara de Ela.

Esas canciones hacían que Ella muriera de ganas por besarla. ¿Qué le estaba pasando?, Evangeline era su amiga, ¿cómo podría estar enamorada de ella?

No tenía agallas para ir a pedirle perdón, no era como su madre y eso la hacía sentir mal, hasta que un día, al comienzo del recreo escolar, vio un grupo de gente alrededor del asiento en el que usualmente se sentaba Evangeline cuando intentó acercarse para ver qué pasaba vio que Ela estaba llorando y todos le preguntaban por qué a lo que ella les respondía:

-Se enojó conmigo y ya no me habla, no me quiere más – Decía entre sollozos y trabalenguas.

-¿¡Quien?!- Decía la multitud desesperadamente, luego de procesar y entender lo que Evangeline trataba de decirles.

-Fue *******, por mi culpa ya no me quiere- Ella no podía creer lo que estaba oyendo, todo lo que decía era mentira no era la culpa de Ela, era suya e iba a remediarlo porque no soportaba oír esa bella y suave voz quebrantada y eso hizo.

***.-.***

Luego del recreo tuvieron hora libre, faltó la profesora de Inglés, como siempre, Ella detestaba esa profesora ya que no sabía enseñar.

Evangeline la miraba con Anhelo, como si al verla solo estuviera admirando una imagen en movimiento. Ella se dirigió a Ela con la mirada y desde lo lejos tomó aire y se levantó como si fuera una película.

(Por favor, leer esta parte escuchando la canción de la película “Carrozas De Fuego”, así es más épico). Ella se levantó abriendo sus brazos como si fuera el monumento en honor a Jesús en Brasil y entre todo el barullo le gritó:

-¡Evangeline!- Y esta levantó la mirada de su hoja, mientras dibujaba algún garabato.

-¡Nena!, ¿qué te pasa?, ¡vení! – y Evangelina se levantó rápidamente sin entender lo que sucedía así que decidió seguirle el juego e imitó su postura.

-Chan charararaaaraaan, Chararararaaaan… - Estaba imitando el tema de esa película que nadie conocía pero todos la cantaban, por fin Ela comprendió y ambas empezaron a correr lentamente hasta llegar a abrazarse. Fue un momento muy estúpido en el que toda la clase miró pero ellas solían hacer esa clase de idioteces así que nadie se sorprendió, todos siguieron insultándose y pegándose, como es usual en esta década.

-Pp.…Pero pensé que estabas enojada por lo que pasó – Pronunció Ela sin creer lo que estaba sucediendo.

-¡Pero no boluda!, ¡¿Cómo me voy a enojar por tal estupidez?! – En realidad estaba furiosa, no era una estupidez, había sido un tema serio en el que intervino la madre de Ela pero no quiso pensar en eso porque iba a terminar mucho peor.- Vení dale, vamos al patio con las chicas, no pasa nada.

-Bueno, ¿me perdonas? – Le preguntó Evangeline junto con algunas lágrimas de felicidad que quedaban en su suave piel, tenía el color de las hojas de un libro luego de muchos años de no ser leído.

-No pasa nada Ela, no es tu culpa, vos sabes que soy una idiota a la que a veces se le cortan los cables – La verdad es que lo sabía todo el mundo por eso poca gente se animaba a enfrentarse con ella.

Salieron del salón de 1º Año en busca de las chicas pero cuando empezaron a bajar las escaleras, por las cuales Ela había caído a los cinco años, una manada de infradotados subía corriendo y casi se lleva por delante a las chicas. Lo que sucedía es que ya había terminado el recreo de contraturno y los profesores estaban obligando a los alumnos a subir. En esa escuela no había alarmas que indicaran el final del recreo, tenían algo más caro: Profesores.

Regresando al aula Evangeline le preguntó a Ella si quería sentarse al lado suyo y con media sonrisa le respondió que sí. No podría haber terminado mejor el día…

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