1.

1.4K 119 8
                                    

     —Se los vuelvo a repetir: sólo hay una habitación disponible —dice Sung Jong al par de muchachos frente a él con un tono serio, casi llegando a la frustración.
     —¡Yo soy primo de Myung Soo! —se queja el de pequeños ojos y cabello castaño.
     —¡Pero yo llegué primero! —replica el rubio de bonita nariz.
     Y de nuevo comienzan a discutir. Tienen más de media hora tratando de convencer a Sung Jong para que le rente el cuarto a alguno de los dos. Y todo por la culpa de su hermano mayor Sung Yeol, quien ya había contactado a uno de ellos, mientras que su novio Myung Soo le había prometido la habitación al otro.
     —Siento mucho este mal entendido, de verdad —menciona el menor, acongojado.
     —Sung Jong, eres el novio de Myung Soo —le recuerda el castaño, y de nueva cuenta Lee se siente comprometido con él—, casi somos familia, ¿no sería lo más lógico que me lo rentaras a mí y no a él?
     El menor entreabre los labios con duda, poniéndose aún más ansioso, aunque el semblante molesto del otro muchacho hace que lo piense un poco más.
     —Creo que eso es muy injusto para mí, Sung Jong —comenta el de cabello dorado mientras se cruza de brazos—. Acabo de llegar desde Taiwán y no tengo a donde ir. Me comuniqué con tu hermano desde hace varios días para que me rentara el cuarto y, ¿ahora tengo que quedarme en la calle porque este muchacho es el primo de tu novio?
     —B-bueno... —balbucea Lee al tiempo que el otro joven frunce más el ceño.
     —¡Llegué antes que él y vengo de otro país! ¡No deberías pensarlo tanto!
     —Sung Jong —toma la palabra el mayor de todos, y luego lleva sus manos hasta su rostro para cubrirlo—, ¿acaso sabes el gran esfuerzo que están haciendo mis padres para pagarme la universidad? —Solloza, y Sung Jong se muerde el labio inferior con pena—. Me han pagado el viaje desde Busan y las mensualidades por todo el resto del año. No puedo decirles que regresaré porque no tengo un lugar donde dormir.
     El rubio rueda los ojos con fastidio y desinterés al tiempo que la frustración se clava más en el pecho de Sung Jong. Sólo queda una habitación libre en esa casa y no puede decidirse por alguno de los dos. Se lleva las manos a la cabeza y pasa sus delgados dedos entre sus cabellos mientras intenta pensar en una solución. Pero nada parece ponerle remedio al conflicto más que...
     —¡Les propongo compartirla! —grita de pronto, captando la total atención de los otros dos que continúan discutiendo entre sí.
     —¡¿Qué?! —inquieren al unísono, y Sung Jong les regala una de sus muchas lindas sonrisas.
     —Que ambos pueden ocupar la habitación. Es bastante espaciosa —explica con un tinte de emoción en su voz; aunque los otros no dan muestra de quedar satisfechos—. Sung Kyu, entiendo tu situación y también la tuya, Woo Hyun, y por eso pienso que es la mejor forma de solucionarlo.
     Sung Jong los observa a ambos tratando de convencerlos con sus enormes y brillantes ojos. Los muchachos frente a él suspiran y comparten una fugaz mirada, asintiendo casi al mismo tiempo después de pensarlo durante varios segundos.
     —Está bien —dice primero Woo Hyun—. sí para Sung Kyu no hay problema, para mí tampoco.
     —Estoy de acuerdo —responde Sung Kyu antes de suspirar con resignación.
     Entonces los dos se dan la mano, sellando con un ligero apretón su acuerdo.
     Toman sus respectivas maletas y siguen a Lee por las escaleras hasta el último piso, conduciéndolos a la habitación más grande de la casa al final del pasillo.
     —Pueden acomodarse ahora —dice Sung Jong antes de abrir la entrada—. Más tarde los llamaré para cenar.
     Entonces los muchachos abren los ojos con sorpresa cuando notan que sólo hay una cama en el interior.
     —¡Ah! Olvidé decirles que compartirán la cama hasta que podamos conseguir otra, pero, eso no les causará problemas, ¿verdad?
     Y los muchachos parpadean varias veces antes de que Sung Jong cierre la puerta a su espalda. Ambos suspiran en silencio y Sung Kyu da un par de pasos al centro del cuarto.
     —Es obvio que al mayor le toca la cama, ¿no es así? —habla Kim primero, acercándose con pasos lentos al mullido mueble cubierto con un grueso edredón amarillo.
     Pero su nuevo compañero de habitación arruga el entrecejo cuando el otro pronuncia aquella frase y avanza con rapidez, tomándolo del brazo para detenerlo.
     —¿Disculpa? —cuestiona, con un tono entre enfadado y burlón.
     Woo Hyun deja ir entonces el brazo de Sung Kyu y éste lo mira, incrédulo.
     —Soy el mayor, y como tal, debes guardarme respeto —aclara, dándole un vistazo rápido al cuarto—. Tengo el derecho de escoger primero.
     Nam deja escapar una suave risa y se cruza de brazos.
     —Tal vez lo seas, pero no quiero dormir en el suelo. Así que tendremos que resolver esto de una forma civilizada; como los adultos que somos.
     Sung Kyu arruga el entrecejo, pero no duda en asentir a la propuesta de Woo Hyun, sin imaginarse a lo que el muchacho se refiere.

20 minutos después...

     —¡Este juego es estúpido! —reclama Kim.
     —¿Por qué? —Y Woo Hyun se deja caer en la cama, suspirando sonoramente—. ¿Porque perdiste?
     Nam suelta una divertida risa y el otro bufa por lo bajo, cruzándose de brazos al tiempo que un gracioso puchero se forma en sus labios.
     —De haber sabido que sería así, no hubiera aceptado.
     —Sí. Debí advertirte que soy el mejor en el piedra, papel o tijera —menciona Nam mientras se levantaba de nuevo de la cama.
     Sung Kyu deja escapar una clase de gruñido antes de tomar un par de prendas de su maleta para encerrarse en el baño segundos después.
     El rubio lo mira de reojo antes de sonreír y después camina hacia su equipaje con la intención de sacar sus pertenencias; sin embargo, no puede hacerlo porque Sung Jong llama de pronto a la puerta y grita desde el otro lado que la cena está lista.

Una Habitación | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora