12.

747 93 11
                                        

Los ojos de todos los presentes en la cafetería de la universidad se clavan sobre su persona con asombro, interés y otros tantos con burla, así que aquello empuja a Sung Kyu a salir del lugar con la vergüenza brotándole por los poros.
     Nunca se imaginó que Woo Hyun lo apenara tanto frente a todos esos chicos, aunque, más que molestarle, las sinceras palabras que le ha dedicado le hacen cargar un poco más de peso en sus hombros. Sin remedio, el discurso le hace pensar en todo lo que ha pasado desde que conoció a Woo Hyun, y en lo mal que también ha actuado porque, Sung Kyu siempre se ha considerado un joven maduro, sin embargo, sus pasadas acciones, para nada son el reflejo de una persona sensata.
     Después de pasar un par de horas escondido en la biblioteca de la escuela con el objetivo de no ver a Woo Hyun porque no sabe cómo actuar si sus miradas se cruzan; con algo de seguridad, Sung Kyu regresa al aula, aunque se da cuenta de que su compañero de habitación no está entre los demás estudiantes y aquello le incomoda, poniéndole también en alerta. No sabe cómo sentirse al respecto, pero sí sabe que quiere seguir siendo su amigo, porque está seguro que sería infeliz si lo que hay entre los dos se termina.

     Cuando se acaba el horario escolar, Kim se apresura a llegar a casa de los hermanos Lee con la firme intención de poner las cosas en claro con Woo Hyun; pero, al entrar en la habitación, un extraño presentimiento le inunda el pecho.
     Las cosas de Nam ya no están, el guardarropa está vacío y la estorbosa maleta del chico no está bajo su cama. Sung Kyu no sabe qué pensar; no sabe cómo actuar. Por un momento se reprende mentalmente por haber provocado tantos malos entendidos, y también quiere darse unas cuantas bofetadas porque todo ha sido su culpa.
Woo Hyun se ha ido, y él es el único responsable. Jamás se imaginó lo que provocarían sus inmaduras acciones.
     Suspira y aprieta los ojos, intentando impedir que un par de lágrimas escapen de ellos. La culpa le carcome, se siente como un idiota; como alguien que no merece volverse a enamorar nunca más porque lo único que hará será echarlo a perder.
     Ahoga un sollozo y se da la vuelta para salir del cuarto mientras mantiene la mirada gacha. Desea caminar un rato y deshacerse de todos esos pensamientos que le hacen sentir tan miserable, aunque lo que debe hacer en realidad, es ir en busca de Woo Hyun, porque Sung Kyu sabe que él fue valiente y que tiene qué corresponderle de la misma forma.
     Decidido, camina unos metros hacia las escaleras, y de pronto la puerta de otra habitación se abre. Sung Kyu levanta la vista, y de inmediato sus ojos se clavan en los de Woo Hyun, quien ha salido de esa habitación y lo mira, extrañado.
     —Woo Hyun —balbucea—, creí que tú...
     Nam entreabre los labios para dar paso a sus palabras, pero éstas nunca salen de su boca puesto que Kim se le echa encima para apretarlo en un fuerte abrazo. Woo Hyun está sorprendido y nervioso, no creyó que Sung Kyu volvería a hablarle.
     —¿Qué pasa? ¿Por qué dejaste la habitación? —cuestiona Sung Kyu un tanto exaltado y aún con el muchacho entre sus brazos.
     —No quiero seguir incomodándote —logra decir, tomando de las manos a Kim para alejarlo un poco—. Después de lo que pasó, supuse que ya no querías seguir viéndome. Y no tengo otro lugar a dónde ir, así que, le pedí a Sung Jong que me permitiera quedarme en el ático. Lo último que deseo es volver a lastimarte, y no puedo cambiar nada de lo que te hice pero, debes saber que todo lo que te dije antes es cierto. Eso es lo que realmente siento. Nunca quise hacerte daño, Sung Kyu. De verdad lo lamento mucho.
     —Yo también lo siento, Woo Hyun, actué como un adolescente inmaduro y no tengo ninguna excusa. Debí hablar contigo en lugar de hacerte esas feas bromas. Todo se salió de control. Este lío ha sido más culpa mía que tuya y no es justo que dejes la habitación, yo quiero que sigamos siendo... amigos. Quiero empezar de nuevo, como si nos acabáramos de conocer. No quiero que te alejes de mi vida, Woo Hyun. Eso me lastima más que todo lo que ha pasado.
     —¿En serio quieres que sigamos siendo amigos? Porque nada me haría más feliz que seguir conservando tu amistad.
     —Sí, Woo Hyun; seamos los mejores amigos.
     Y una enorme sonrisa se dibuja en el apuesto rostro de Nam antes de exterder el brazo para darle la mano a Sung Kyu, quien la sujeta con emoción mientras sus finos labios se curvan también con alegría.
     —¿Serías tan amable de ayudarme a llevar mis cosas de regreso a la habitación?
     —Por supuesto que sí.

Dos meses después...

     —¿Están seguros de que esto funciona para ustedes? —pregunta Sung Jong mientras todos están reunidos en la mesa, degustando la cena.
     —¿A qué te refieres? —inquiere Sung Kyu de regreso.
     —¡A esto! A que sólo sean amigos sabiendo lo que sienten el uno por el otro.
     Woo Hyun lo escucha con atención y casi se atraganta con el trozo de carne que hay en su boca, no obstante, se mantiene callado ante la bochornosa conversación.
     —Sung Jong, no te metas en la vida amorosa de los demás —reclama Sung Yeol cuando nota la incomodidad que se ha instalado entre ellos.
     —Pero, Yeol, yo solamente quiero ayudar.
     —¡No importan tus intensiones! Ellos ya son adultos y saben lo que hacen.
     Las mejillas de Sung Jong se inflan y se levanta de la silla, llevándose su plato hasta la sala de estar. Los otros chicos guardan silencio por un momento más y luego Sung Kyu carraspea al terminar sus alimentos.
     —Gracias por la comida —dice Kim, levantándose de la silla para caminar escaleras arriba.
     Sung Yeol suspira y los ojos de Woo Hyun se posan en él.
     —¿Quieres decirme algo, Sung Yeol?
     —No.
     —¡Oh, vamos! Te conozco muy bien.
     Inesperadamente, la mirada del mayor de los Lee se hace más dura, algo que de verdad sorprende a su amigo. Woo Hyun no recuerda haber visto antes los ojos de Sung Yeol llenos de tanta determinación.
     —Yo soy bi, Woo Hyun, ya lo sabes; y el hecho de que Sung Kyu y tú sean sólo amigos me da cierta ventaja, porque no hay nada que me impida invitarlo a salir. A menos que me digas que no debo porque de verdad estás interesado en él de una forma romántica.
     La mandíbula de Nam por poco se desencaja con las palabras de Sung Yeol. Es la primera vez que su amigo le habla de esa forma tan seria, que no puede evitar que un escalofrío le recorra la espalda.
     Woo Hyun comienza a pensar en lo que le ha dicho, y nada parece tener sentido, pero, es aún más desconcertante (y algo estúpido), creer que puede ser amigo de Sung Kyu sin que los sentimientos de ambos salgan heridos de nuevo. Lo ha pensado, pero se niega a aceptarlo; sin embargo, está completamente seguro que no desea ver a Sung Kyu al lado de otro chico que no sea él.
     —No te estoy presionando para que me des una respuesta ahora —prosigue Sung Yeol sosteniéndole la mirada—, pero te aseguro que no soy el único que está interesado en él, y la cuestión aquí es: ¿harás algo al respecto, o me dejarás el camino libre?

Una Habitación | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora