3.

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En la cocina, Sung Kyu no deja de admirar las habilidades culinarias de Woo Hyun, siendo la primera vez que una cosa tan trivial como hacer el desayuno se convierte en algo demasiado interesante.
     —No mentías cuando dijiste que sabías cocinar —menciona Kim, mirando con suma atención cómo su compañero de habitación corta algunas verduras.
     Sí. Se ve tan fácil cuando Woo Hyun lo hace.
     —Mi familia tiene un restaurante. Mi madre me enseñó.
     Sung Kyu forma una 'o' con sus labios y el otro muchacho ríe ante su gesto.
    —Entonces, ¿estamos de acuerdo en que tú cocinarás mis alimentos?
     —Mientras me pagues, no hay problema.
     Kim sonríe y luego se estira sobre la encimera para robarse un pedazo de zanahoria.
     —Ya tengo hambre —se excusa, antes de empezar a masticarla.
     —Toma —Woo Hyun le mete un trozo de la carne que acaba de cocer en la boca.
     Y los ojos de Sung Kyu se abren más. La carne está deliciosa. Le enseña sus pulgares a su compañero de cuarto en señal de aprobación y éste le regala una simpática sonrisa.
     —Perdón por interrumpir —dice alguien más, haciendo que Kim se atragante.
     —¡Sung Yeol! —exclama Nam, dejando la sartén y corriendo hasta el muchacho para apretarlo en un abrazo.
     —¡Oye, oye, oye!, acabo de planchar esta camisa —se queja Lee.
     El joven de pequeños ojos toma un vaso de agua mientras los observa.
     —¿Me perdí de algo? —menciona Kim, frunciendo el ceño.
     —Sung Kyu, él es Sung Yeol. Es un viejo amigo de la preparatoria.
     —Sí. Éramos amigos, antes de que me abandonara para irse a estudiar a otro país —menciona Sung Yeol, dramatizando—. ¿Sabes cómo me sentí? ¿Acaso sabes lo que sufrí por tu partida?
     Sung Kyu lo mira y cree que el muchacho se echará a llorar en cualquier momento. Un nudo se forma en su garganta y comienza a sentir lastima por el él.
     —Sung Yeol, ya te pedí disculpas muchas veces.
     —No. Eso no es suficiente. Tendrás que hacer mucho más para que te perdone —dice Lee, limpiándose una lágrima imaginaria—. ¿Tienes dinero que me prestes?
     —No.
     —Puff, ¿entonces para qué eres mi amigo?
     Entonces Sung Yeol extiende una mano hacia Woo Hyun y éste saca de su bolsillo las llaves del auto. Lee lo mira con los ojos entrecerrados y el joven le sonríe.
     —Llené el tanque.
     De pronto, Sung Yeol cambia su expresión y le aprieta una mejilla a Woo Hyun.
     —Que gusto verte otra vez, amigo —dice, palmeándole la espalda—. Nos vemos después.
     Sung Yeol gira sobre sus talones y camina a la puerta principal para salir de la casa. Y Sung Kyu enarca una ceja; aquello ha sido tan extraño.
     —Bueno, ¿qué tal si comemos? —dice Woo Hyun, acercándose de nuevo a la estufa para servir los platos.
     —Tu amigo es muy raro.
     —Sólo un poco.
     Woo Hyun se encoje de hombros antes de tomar sus palillos.

     —Mañana empiezan las clases —menciona Kim, terminando de sacar la ropa de su maleta. Woo Hyun asiente y luego se ríe al ver los pantalones que ha sacado Sung Kyu.
     —Deberías tirar esa ropa tan pasada de moda —se burla sin dejar de apuntar la prenda.
     —¡Cállate! ¿Tú qué sabes de moda?
     —Sé más que tú. ¡Mira! Esto es lo que los chicos como nosotros deben usar. —Y Nam le enseña unos vaqueros rasgados.
     —¡¿Eso?! Parece que un perro te atacó, se comió tus pantalones y luego los escupió.
     —¡No seas envidioso! Te puedo obsequiar unos. No se te verán tan fabulosos como a mí, pero...
     —No, gracias —lo interrumpe—. Prefiero andar desnudo.
     Nam suelta una carcajada y después toma una percha para poner la prenda, colgándola en el clóset.
     Hace lo mismo con casi toda su ropa y después escucha a Sung Kyu quejarse. Kim se para a su lado y lo empuja con el hombro.
     —¡No puedes usar todo el espacio! ¿Dónde voy a poner mi ropa?
     —En la cómoda.
     —¿Qué?
     —Yo tengo más ropa que tú.
     —¡Ese no es el punto! Ya tienes la cama, ¿y ahora vas a quitarme el clóset?
     —No te quité la cama, te la gané justamente.
     Sung Kyu frunce el ceño y descuelga varias prendas de Woo Hyun.
     —¡Oye!
     —El clóset será mío.
     —¡Dame eso!
     Y los muchachos empiezan a forcejear. Sung Kyu aprieta con fuerza la ropa y Woo Hyun no encuentra cómo quitársela, así que ambos terminan en el suelo, con Sung Kyu sobre su espalda y Woo Hyun sentado encima de sus piernas tirando de sus camisas.
     —¡Suéltalas!
     —¡Di que el clóset es mío!
     —¡No!
     Los muchachos continúan peleando y de pronto la puerta de la habitación se abre. Sung Jong sonríe con picardía cuando los descubre en aquella posición.
     —¿Quieren que regrese más tarde?
     Entonces Nam se pone de pie de inmediato, olvidando la pelea por un segundo. Sung Kyu se sienta en el suelo y sus mejillas se pintan de rosa.
     —¿Qué pasa, Sung Jong? —inquiere Woo Hyun.
     —Iré a comprar la otra cama, ¿quieren acompañarme?
     —¡Por supuesto! —dice Sung Kyu, levantándose de un salto.

En la tienda departamental, Sung Kyu y Woo Hyun se sorprenden al ver tantos muebles juntos. El almacén es enorme.
     —Vaya, hay mucho de dónde escoger —dice JKim antes de caminar a la sección de colchones.
     —¿Y tú a qué viniste? —pregunta Woo Hyun a Sung Yeol.
     El joven se subió al auto de Sung Jong sin preguntar a dónde iban.
     —Tal vez compre algo que me guste. ¡Mira esa lámpara!
     El rubio rueda los ojos antes de seguir a Sung Kyu.
     —Ésta se ve bien —dice Kim, apoyando su mano en ella.
     —Pues, a mí me gusta ésta —menciona Nam, acostándose en la de al lado mientras estira los brazos. Finge un bostezo y cierra los ojos por unos segundos.
     —¿Se puede saber qué haces? —cuestiona Sung Kyu con el ceño fruncido.
     —Escogiendo una cama —dice Woo Hyun con desenfado.
     —Tú ya tienes una cama. Yo soy quien va a escogerla, es para mí.
     —¿Y por qué la cama nueva tiene que ser tuya? —reclama Nam, poniéndose de pie.
     —¿No escuchaste? ¡Porque tú ya tienes una!
     —¡Eso que importa! ¡Sung Jong! —grita Woo Hyun antes de dirigirse hacia el nombrado—. ¿Para quién es la cama?
     —No sé.
     —¡Sung Jong!
     —Woo Hyun, resuélvelo tú, yo sólo estoy aquí para pagarla —dice, dándose la vuelta—. Además, es divertido verlos pelear —masculla por lo bajo, sonriendo para sí mismo.
     —Yo tengo una idea —dice Sung Yeol, apareciendo de pronto tras la espalda de Woo Hyun.
     —¿Y cuál es? —pregunta Sung Kyu, interesado.

...

     —¡¿Ahora ya estás satisfecho?! —reclama Sung Kyu, demasiado irritado.
     —Algo —dice Woo Hyun antes de dejarse caer en su cama mientras emboza una divertida sonrisa.
     Al final, ha sido Sung Yeol el que se ha quedado con la cama nueva, mientras que la que usaba ha terminado en la habitación que comparten Woo Hyun y Sung Kyu. El joven de ojos pequeños no ha tenido más remedio que aceptarla.
     —Todavía tenemos que discutir lo del clóset —murmura Woo Hyun recibiendo un golpe en la cara con la almohada de Sung Kyu.

Una Habitación | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora