6.

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     —Deberías ir al hospital para que te revisen —menciona Woo Hyun, intranquilo.
     —No será necesario, ya estoy mejor.
     —Me parece que está algo inflamado.
     Woo Hyun se acerca de nuevo a Sung Kyu y mira su tobillo; quiere tocarlo, pero su compañero de cuarto se lo impide cuando sujeta su muñeca.
     —Te digo que ya estoy mejor, gracias por preocuparte.
     Nam no está muy convencido, no obstante, asiente a las palabras de su amigo, después de todo, Sung Kyu le parece un chico inteligente y maduro, así que no cree que Kim esté mintiendo.
     Y en realidad Sung Kyu no le miente a Woo Hyun, es sólo que la situación del tropezón se le salió de las manos y llegaron hasta esas circunstancias. Nam está de verdad preocupado por él y no encuentra la manera de 'quitárselo de encima', y no precisamente porque le molesten sus atenciones, sino porque, no entiende la forma tan extraña con la que su corazón palpita cuando Woo Hyun está cerca. Tal vez sólo es la culpa que siente por la venganza que ha ejercido en su contra.
     —De acuerdo, si dices que estás bien, entonces lo creeré.
     —Gracias.
     Sung Kyu le sonríe a su compañero de habitaciòn y éste le corresponde.
     —Iré por una botella de agua, ¿quieres algo?
     —No, gracias.
     Nam asiente, antes de salir de la habitación.
     Sung Kyu suspira y siente que sus hombros liberan algo de peso. Se acomoda en la cama y toma su pierna, revisa su propio tobillo y, cuando lo toca, siente una leve molestia. No ha sido algo grave, pero tiene que tener más cuidado en adelante, no quiere terminar lastimado de verdad sólo por unos cuántos desquites.
     Entonces piensa en Woo Hyun y en lo amable que fue al ayudarlo a llegar hasta su habitación. Por eso piensa que todas las situaciones que ha propiciado en la escuela, deben terminar. A Sung Kyu le parece que ya ha sido suficiente y se dice a sí mismo que dejará de lado sus juegos de escarmiento.
     El día siguiente será un nuevo comienzo para su amigo Woo Hyun y para él, porque está dispuesto a ceder, como un verdadero amigo lo haría.

     En la escuela, a la hora del almuerzo, Woo Hyun va a la máquina expendedora por unas golosinas y, mientras toma la bolsa de la ranura, escucha a varios chicos hablar sobre una fabulosa fiesta; la primera gran fiesta del semestre. Nam se les aproxima demasiado interesado, pensando que tal vez puede conseguir una invitación para Sung Kyu y él. Ya es tiempo de que ambos empiecen a divertirse.
     —¿En dónde dicen que será? —pregunta casualmente, llamando la atención de todos.
     Los chicos lo observan extrañados y luego comparten varias confundidas miradas entre sí.
     —En casa de Jackson, pero...
     —Pero, ¿qué?
     —Pues, tú sabes... sólo es para los que nos gustan las chicas.
     Woo Hyun frunce el ceño sin entender a lo que se refieren.
     —Sólo nos divertiremos viendo a las chicas desnudarse, y no creo que a ti te...
     —¡Woo Hyun! —lo llama de pronto Sung Kyu, haciéndolo desviar la atención hacia su amigo—, ¿qué haces?
     —Yo, pues... estaba preguntándole a los chicos sobre la fiesta que...
     Nam gira el rostro de nuevo y la pequeña reunión a la que llegó ya está dispersa. Los chicos se han ido y Woo Hyun sigue sin entender a lo que se referían.
     —Olvídalo, tal vez la fiesta no será tan buena.
     Sung Kyu lo ve caminar hasta la mesa que están ocupando y de pronto sus nervios parecen calmarse. No está seguro de lo que sucede, aunque, tiene que ser más cauteloso con lo que se puede enterar Woo Hyun de su infantil forma de actuar. Es mejor que vaya deshaciendo los rumores que él mismo ha dispersado antes de que Nam los descubra y quiera asesinarlo por eso.
     Sung Kyu sabe muy bien que se pasó de la raya y que tiene que hacer algo para arreglarlo, pues, mientras más rápido lo haga, será mucho mejor.


     —Tengo cosas qué hacer en la biblioteca, no podré ir a casa contigo —comenta Sung Kyu cuando las clases terminan, Woo Hyun toma su mochila y se la cuelga en un hombro.
     —Está bien, te veo después.
     Sung Kyu asiente y, cuando salen del aula, toman rumbos diferentes.
     Nam camina a la parada del transporte público y, sin esperarlo, Sung Yeol detiene su auto frente a él.
     Normalmente, Lee lleva a varias chicas a sus casas después de la escuela, pero, ese día está solo y decide llevar a Woo Hyun.
     —¿Y Sung Kyu? —pregunta Sung Yeol mientras el otro se pone el cinturón.
     —Tuvo que ir a la biblioteca.
     —Creí que ya no eran amigos.
     —¿Sung Kyu y yo? ¡¿Pero qué dices?! Si casi somos mejores amigos.
     Woo Hyun suelta la risa y Sung Yeol levanta una ceja.
     —¿En serio? Me sorprendes. Después de los rumores que ha dicho sobre ti, pensaba que estarías muy enfadado.
     Woo Hyun entrecierra los ojos y Sung Yeol lo mira extrañado.
     —¿De qué demonios estás hablando?
     Y Sung Yeol abre los ojos con sorpresa.
     —¿No lo sabes?
     —¿Saber qué?
     —Ay, Woo Hyun, sabía que eras idiota, pero esto ya es el colmo.
     —¡Al grano, poste con ojos!
Lee suspira y gira medio cuerpo cuando se detiene en un semáforo.
     —Sung Kyu les ha dicho a todas las chicas de la escuela que eres gay y que ustedes dos son novios.
     Woo Hyun parpadea mientras procesa las palabras, después abre los ojos tanto como puede y su mandíbula cae por la sorpresa.
     Sung Yeol tiene razón: es un idiota.
     Entonces, todas las raras escenas a su alrededor con Sung Kyu por fin tienen una explicación. Desde que empezaron las clases, todo ha resultado demasiado extraño. Ahora sabe por qué las chicas huyen de él como si tuviera una enfermedad venérea. ¡Todos aquellos chicos creen que es gay!, pero, por otro lado, está seguro que su mala suerte con las muchachas no es porque haya perdido su atractivo o su encanto, así que siente que su hombría aún está intacta.
     —¡¿Qué demonios acabas de decir?!
     Sung Yeol rueda los ojos; en ocasiones su amigo no termina de procesar bien la información que recibe.
     —Fue divertido ver cómo te rechazaban.
     —¿Por qué lo hizo? ¡¿Por qué dijo todo eso?!
     —Eres demasiado despistado.
     —Ese maldito...
     —¿Recuerdas el cuaderno rojo que tenías en la preparatoria con todos los números de las chicas con las que habías salido?
     —Estúpido Sung Kyu, ahora sí lo mataré y aventaré su cadáver al río Han.
     —¿Cómo se llama la chica que te dejó plantado en la heladería?
     —Bueno, no lo mataré, pero sí me voy a vengar de él.
     Sung Yeol continúa con la 'interesante' plática, aunque Woo Hyun ya no le presta atención, pues sólo piensa en lo que ha hecho Sung Kyu y en que eso no se lo va a perdonar.
     No es como si lo conociera desde hace mucho o que le duela su 'traición', sin embargo, no está dispuesto a dejar que Kim se salga con la suya. Dos pueden jugar el mismo juego, y si Sung Kyu piensa que se puede burlar de Nam Woo Hyun, está muy equivocado.

Una Habitación | WooGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora