Capítulo 2. "Risa macabra".

1.4K 56 8
                                    

—Timothy, ¿estás bien hijo?—sentía que alguien daba golpecitos a mi rostro rápidamente. Una voz conocida se hacía cada vez más cercana, sonaba como la de mi padre. Pero él había sido asesinado por una adolescente lunática y posiblemente yo también. ¿Estaba muerto?

—¡Timothy despierta! ¿Qué diablos haces tirado en el suelo? Si querías tomar una siesta pudiste haberte recostado en el sofá, ¡Vamos muchacho, se nos hace tarde para el almuerzo!

Aquel definitivamente era papá, y yo definitivamente no estaba muerto. Eso quería decir que...

—¿Papá? ¿¡Estás vivo!?—Grité con una boba sonrisa en el rostro.

—Bueno, lo estaba esta mañana así que posiblemente lo estoy ahora también, vamos Tim, levántate. —Papá me ayudó a levantarme del suelo y en unos momentos estabamos almorzando. Mi padre no tenía más de 46 años, pero su cabello era tan blanco como la nieve; sus ojos celestes siempre le habían encantado a mamá. Ella decía que era como un ángel... Sus ojos eran lo único que había heredado de él, todos los demás rasgos los había sacado de mamá. Ese cabello tan negro como la noche, las pestañas relativamente largas y la nariz respingada. Desde que mamá murió, papá fue lo único que me quedó en este mundo. Y aunque posiblemente esa chica loca me había gastado una broma, el miedo de perderlo se había apoderado de mi de una forma dramática. Esa chica...

—Papá, hay una chica que ví hoy que...—Papá se puso de pie y levantó su mano derecha en señal de "alto".

—Una chica, pensé que nunca llegaría este momento Timothy, me alegra saber que tu sexualidad...—Esta vez fui yo el que dio la señal de alto y también me levanté del asiento.

—No, osea si. Pero ese no es el tema, creo que está algo chiflada y hoy estaba en...—"Alto", era difícil tener una conversación con papá, porque jamás me dejaba terminar las frases. Me pregunto si con sus pacientes era de la misma forma...

—Sabes que puedes hablar de chicas conmigo campeón, te daré todos los consejos de como conquistar—me guiñó el ojo—Pero ahora no es el momento porque tengo mucho trabajo, muchas personas desesperadas a las que ayudar y...—Tocaron de pronto la puerta—Esa debe ser Sammy. ¡Adelante!—la puerta se abrió y me paré en seco. Entró la misma chica que hace unos minutos había "asesinado" a mi padre con un cuchillo. Pero ya no traía el camisón manchado ni los pies descalzos, estaba vestida con unos tejanos oscuros, un polerón gris largo hasta aproximadamente las rodillas, el cual no dejaba a la vista sus manos y unas converse negras algo sucias. Su cabello seguía algo despeinado y sus pecas ahora se notaban un poco más que antes. Al verme, en su rostro se formó una media sonrisa algo malévola. No sabía exactamente que sentir en ese momento, ¿desconcierto? ¿rabia por hacerme pasar ese susto? ¿miedo a que lo hiciera realmente?

¿Qué tipo de chica te hace creer que asesinó a tu padre, luego huye y vuelve como si nada? Definitivamente eso es algo que no haría alguien común y corriente.

—Timothy, es hora que te vayas. Te estás retrasando para tomar el autobús—Miré mi reloj, era la 1:37 de la tarde, el autobús había pasado hace 7 minutos y no tenía ganas de caminar.

—Ya perdí el autobús—papá suspiró. —Tendrás que tomar el de las 5:30, por ahora puedes quedarte en la sala de espera o recorrer los patios; si alguien te dice algo dile que eres un paciente, así no tendrás problemas. Ah si, posiblemente hoy no llegue a cenar, así que puedes comer y dormir, no me esperes despierto. Ahora largo de aquí. Sammy, ¿puedes cerrar la puerta?

"Sammy" cerró lentamente la puerta delante de ella mientras me dirigía una última mirada, ¿a caso nunca quitaba esa macabra sonrisa de su rostro? Era bastante intimidante, se supone que somos los chicos los que debemos intimidar a las chicas, no ellas a nosotros...

ANESTESIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora