Capítulo 16. "Inquietud".

352 26 4
                                    

—Bravo, bravo, bravo, un acto perfecto, para un final feliz devastador—dijo en tono burlesco. —Tal vez deberías practicar más tus dotes de seducción, ¿no crees?—rió irónicamente.

—No estoy segura si esto es en verdad lo que quiero.

—¿Disculpa?

—No estoy segura, tal vez seguir  no sea tan buena idea después de todo... quizá deberíamos abandonar.

—Al parecer te has golpeado la cabeza, vete ahora, hablaremos cuando hayas recuperado la cordura—habló la voz con un tono firme—No puedo creer que estés diciendo semejante estupidez. ¿Desde cuando que te preocupa tanto esto? Siempre ha sido así, no veo que puede ser diferente ahora.

—Tu no entiendes.

— Tienes razón, no entiendo. ¿Qué demonios te sucede? Desde este maldito ingenuo que tú... oh no. No, no, no. No me digas que...

—No es lo que tú crees. Ni siquiera puedo sentir...

—¡Claro que sí! ¡Todo tiene sentido! Algo debe haber pasado con... Aquel muchacho...

—¡Claro que no! ¿Estás demente? ¡Quién crees que soy! 

—Se quien eres, te conozco más de lo que crees, no vayas a decepcionarme, tengo mi confianza puesta en ti, no la pierdas.

—No te decepcionaré, lo prometo.

—Espero que cumplas tus promesas cariño, porque de lo contrario...ya sabes que pasará. No creo que quieras terminar de esa manera, ¿O si?

Hubo un silencio.

—No.

—Entonces ponte en marcha, ¡Ahora!

Todo quedó en silencio,  las voces se apagaron y un mal presentimiento seguido de una punzada en el corazón inquietó a Timothy aquella noche.


 

ANESTESIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora