Sorpresas

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Aquella persona tenía urgencia de entrar a la habitación del omega, pero ninguno podía levantarse para poder abrir en ese momento.

—Narey ¿Esta todo bien allá?— Decía Zelaya esperando la respuesta de su hermano.

—¡S-si! ¡Estoy bien!— Dijo él omega entrecortado, pero esperando a que su hermana no le insistiera más.

—¿En serio tuvieron sexo en el hospital?— Dijo la beta bajando un poco su voz para que nadie de afuera la oyera, pero para que su hermano sí.

Él omega tuvo más vergüenza que antes al darse cuenta de que fue mala idea follar en un hospital, pero ya no podía hacer nada.

Pasaron algunos segundos más para que él omega y él alfa por fin se soltaran del nudo, Narey era el único que sentía vergüenza en ese momento mientras que él alfa se reía en voz baja, ambos se vistieron y él mayor fue a abrir la puerta.

—Así que ¿pronto seremos tíos también nosotros?— Decía Zelaya mientras cruzaba los brazos de forma intimidante.

—Creeme que les estoy haciendo un favor.— Respondió él alfa sarcásticamente mientras le daba paso a la mayor a la habitación de su hermano él cual en ese momento no quería ni verla de la vergüenza.

—Sinceramente, a mí no me importa si follaron o no, solamente vengo a decirles que Aria tenía algo importante que decirnos, que bueno que vine antes porque si no, se hubiera vuelto un lío demasiado grande.—

—Ahora si te agradezco que hayas venido.— Él omega se sintió más aliviado con la intervención de su hermana.

No paso mucho tiempo para que los demás llegaran a la habitación del omega, ninguno se dio cuenta de que habían tenido sexo y eso fue un alivio al menos para Narey, no sintió tanta vergüenza después.

Aria espero a que todos tomaran asiento y luego cerró la puerta, ella sabía cómo se pondrían sus hermanos por la noticia que les daría, pero no le importó, simplemente lo diría sin hacerse rodeos y así fue.

—Estoy embarazada.... El doctor calculó que apenas tengo 4 meses...—

En ese momento un silencio totalmente incómodo se apodero de la habitación, Aria estaba esperando a que sus hermanos dijeran algo, aunque no le importara demasiado, todos fijaron su mirada en Mika el cual también estaba en la habitación.

—Tienes exactamente 5 segundos para salir de este lugar, antes de que te castremos.— Dijo Damián mientras miraba a Mika amenazante, el otro alfa no se atrevió a huir, sabía que era su responsabilidad y por nada del mundo la abandonaría, era su familia y su sueño por fin se estaba cumpliendo.

—No hay nada de malo en lo que les acabo de decir, además, Adrián tiene 20 años y ya es madre, no hay gran diferencia en este asunto.—

—¡Tienes 20 años! ¡Para nosotros eres solo una niña! No puedo creer que ese bastardo se haya acostado contigo ¡simplemente no estabas lista!—

—Yo tengo 18 años y me he acostado con Misa, no exageren.— Dijo Narey apoyando a su hermana ya que sabía que esa había sido su decisión, además, cuando se trataba de su familia el se sentía feliz por eso, aunque esa noticia fuera una sorpresa para el también.

—De acuerdo, si sabes lo que haces está bien.— Damián abrazó a Aria, aunque la sobreprotegiera como un padre, la quería como su hermana, porque eso eran familia.

Zelaya se acercó a Aria, la miró fijamente y luego la abrazó fuertemente, se sentía feliz de saber que su hermana estaba creciendo y se daba cuenta de que no era para nada débil y de que su futuro sería muy favorable para ella, uno que si le convenía.

—Narey, no puedo tomar las cosas en serio cuando apestas a Misa.— Dijo Adrián mientras se reía por su comentario.

—Aria, no eres la única que va a quedar embarazada.— Dijo Misa con tono burlón, haciendo que todas las miradas se posaran sobre él, y unas no tan agradables como otras, definitivamente, tuvo que haberse quedado callado.

—Y ahí vamos.— Henos aquí, empezó otra discusión del porque Misa y Narey habían tenido sexo en el hospital, y porque había dejado que el alfa anudara en él, no era el mejor lugar donde podían discutir sus problemas familiares, pero, así eran ellos.

No bastó más que poco tiempo para que ambos omegas regresaran a casa, Damián y Adrián ahora tenían que cuidar de los pequeños, Lan y Han, pero la situación se encontraba estable de momento, por otro lado, Misa recibió una visita inesperada, como siempre, esa misma tarde.

La puerta resonó cuando alguien se presentó en la casa, Misa fue a abrir llevándose de nuevo otra gran sorpresa, era su hermano Ren, el cual se encontraba bastante agitado, a lo que lo dejó entrar rápidamente y lo llevó directamente a la sala.

—Misa... Hay algo que debes saber...— Dijo el mayor mientras miraba fijamente a su hermano menor, con bastantes nervios y sin estar totalmente seguro de lo que estaba a punto de decirle a su hermano, la persona a la cual prometió cuidar y que realmente, no había sido capaz por todas las tragedias que continuaban ocurriendo.

—¿Ahora que ha ocurrido?— Dijo este sintiendo como su corazón latía rápidamente de los nervios y el temor por lo que el otro le fuera a decir.

—Hay personas, buscándote, quieren asesinarte y no piensan detenerse hasta lograrlo, estoy enterado de todo gracias a que escuché cuando padre hablaba por teléfono y ordenaba tu ejecución y la de Narey... No nos queda mucho tiempo, a ninguno Misa, debes empezar a considerar escapar con tu pareja, irse a un lugar en donde no puedan encontrarte, no quiero que te ocurra lo mismo que le pasó a madre...—

Ese día trajo demasiadas sorpresas para todos, unas buenas y otras malas, pero, estas ponían de nuevo, la vida de todos en riesgo, Misa ya no sabía que más hacer, no le quedaba otra opción que confesarle a Narey uno de sus muchos secretos... Sobre el homicidio de su padre.

Hecho a la Perfección  [Omegaverse/BL] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora