Hecho a la Perfección [Omegaverse/BL] [EDITANDO]

Amigos

Llegamos a casa después de la escuela y como siempre, Adrián tratando de que Damián se fijara en él, antes había intentado algo que no le salió tan bien, aunque le haya dolido de sobremanera, no se rindió.

FLASHBACK

—Bien... Damián está en la cocina, no lo arruines, recuerda lo que debes hacer.—Zelaya trataba de darle apoyo a Adrián, sabía que el por ser omega, era terco, no le quedaba de otra que soportarlo.

—Tienes suerte de que te ayudemos...— Aria, era de esas personas que siempre aclaraba el "por qué" de las cosas, más en situaciones donde requerían de su apoyo.

—Les debo una, muchas gracias por apoyarme, de nuevo.— Adrián les regaló una última sonrisa antes de retirarse de la habitación decidido pero inseguro.

Se acercó a donde Damián estaba, nervioso, pero aún esperanzado de cierta forma, sabía que podía conseguir una oportunidad o al menos algún indicio que le dijeran que también le atraía, pero también sabía claramente que él podía rechazarlo en cualquier momento.

—Hola Damián...— Pronunció Adrián con su voz temblorosa por el miedo y por los nervios que lo consumían por dentro.

—Adrián ¿Necesitabas algo pequeño?— Le respondió Damián sutilmente sin dejar de hacer lo que hacía en aquel momento.

—Quería pedirte un consejo...— Adrián empezaba a dudar cada vez más de lo que hacía, no sabía si era buena idea, mentirle de esa forma.

—Claro, dime.— Le respondió Damián con cierta curiosidad y confusión, Adrián jamás se había acercado para pedirle consejo, esta situación era nueva para él.

—Estoy saliendo con Kenneth...— Exactamente, esa fue la gota que terminó de derramar el vaso, desde un principio, fue mala idea.

Al oír esas palabras, Damián se volteó rápidamente para encontrarse frente a frente con el omega, su mirada era amenazante en aquel momento.

—Así que, Kenneth. ¿Qué problemas tienes con él?— Dijo de una manera totalmente desinteresada, o eso quería aparentar.

—Solo quería preguntarte que le podía regalar para nuestro aniversario...— Si Adrián seguía hablando del tema, probablemente Damián, hubiera hecho algo peor.

Damián apretó sus puños y se volteó para no demostrarle su enojo, él no sabía que emociones lo dominaban en ese momento, pero el odio y los celos estaban confirmados.

—No sé sus gustos y no me importa saberlos, pídele consejo a Narey, mejor.— Dijo con disgustado ante el consejo que Adrián le había pedido, pero no tanto por eso.

Lágrimas comenzaron a brotar por las mejillas de Adrián, lo que menos quería el, estaba sucediendo, se dio cuenta que no debió de haber hecho eso en primer lugar, no le quedaría otra oportunidad para arreglar las cosas y posiblemente, ya lo había perdido.

—Gracias de igual forma.— Fue lo último que dijo antes de salir de la cocina corriendo directamente a los brazos de sus hermanas mientras lloraba si consuelo alguno.

—Lo eche a perder, soy un tonto, acabo de perderlo...— Decía Adrián mientras escondía su rostro en el pecho de su hermana mayor.

—Tranquilo, él no te merece.— Fue lo único que dijo Zelaya al respecto, no le daría esperanzas que pudieran resultar vanas.

FIN DEL FLASHBACK

Desde ese entonces no dejó de intentar ponerlo celoso. En fin, al menos Adrián encontró a un alfa para él, por otro lado, yo no estaba interesado en eso, pero me interesaba más darle las gracias a Misa, el chico que me salvó, pero no sabía si lo volvería a ver.

La semana se pasó rápido y ya se había llegado el día Viernes, mi primera semana en el departamento de Omegas fue algo dura, pero tuve el apoyo de mis hermanos y de Sorena, los tres eran amigos ahora, desde el incidente, no vi a Misa de nuevo durante toda la semana y no podía ir a buscarlo o me metería en problemas así que mejor hable con mi hermana.

—Zelaya, el chico, que me salvó aquel día ¿de dónde lo conoces?— Le pregunte de manera directa, aunque con inseguridad, para ella debió ser una pregunta bastante extraña.

—Misa Suzumiya, un modelo mundial, está en mi salón, es de esa clase de chicos tranquilos, el no utiliza la fuerza, es buena persona.— Esas palabras me hicieron sentir más confianza en el inclusive no teniéndolo cerca o conociéndolo de mucho tiempo.

—¿Sabes dónde lo puedo encontrar?— Dije por último antes de que cualquier otra pregunta se pudiera formular.

Zelaya me miró con confusión y sorpresa, no era normal viniendo de mí, preguntas de este tipo, ella sabía que yo no tenía interés por algún chico, o eso creyó.

—¿Encontrarlo? ¿Para qué?— Con eso, mi hermana ya empezaba a desconfiar de mí, si ella sabía que yo no debía buscar problemas, porque buscaría a un alfa entonces.

—Simplemente quiero agradecerle, por haberme ayudado.— Podía ver la duda en su rostro, ella no estaba del todo convencida y lo sabía, pero de igual forma, me ayudó.

—Búscalo en la biblioteca, la que queda cerca de aquí, siempre se mantiene ahí, el considera ese lugar como un sitio de paz y tranquilidad.—

Ya sabía dónde encontrarlo así que, me dirigí hacia allá para ver si tenía suerte de encontrarlo ahí pero antes, le pedí a Sorena que fuera conmigo, no quería parecer un acosador y no quería que el sospechara algo de lo que yo hacía, por suerte, ella aceptó ir conmigo.

Fuimos a la biblioteca, aún no era de noche así que teníamos tiempo, al llegar, buscamos un par de libros y nos sentamos en una mesa cerca de las ventanas, no había visto a Misa en ninguna parte de la biblioteca durante mi recorrido desde que llegué, pensé que esto había sido en vano.

—Entonces Narey... ¿A qué venimos en realidad? Acaso... ¿Estás buscando a alguien? No me digas que... ¿El chico de la vez pasada? ¿Él te gusta?— Me preguntó Sorena directamente, ella claramente sabía que yo no venía a este tipo de lugares, no me gustaba salir, y era por eso que ella sospechaba algo más detrás de esto y sin duda, era buena en eso.

—Claro que no me gusta... Solamente quería agradecerle por haberme salvado, eso es todo.— Esa última pregunta había causado que yo me sonrojara, era algo que no me esperaba y que no quería que ella pensara.

Nunca había llegado a considerar si me parecía lindo o si me podía llegar a gustar, pero debía aceptarlo, desde un principio me había parecido atractivo, no quería llegar a enamorarme tan pronto de alguien que apenas había conocido, solamente esperaba poder ser su amigo, y de cierta forma, lo miraba con admiración, incluso como un héroe, en verdad le estaba agradecido.