Momento

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Mi corazón comenzó a latir muy fuerte al oír el último timbre del día, las clases ya habían finalizado, estaba mas nervioso que antes, fui al baño para poder pensar en todo lo que iba a poder pasar, me lave la cara y salí decidido a no arruinarlo, mis hermanas, Adrián y Sorena me acompañaron a la salida, al llegar Misa ya estaba esperándome, me vio y me saludo desde lejos mientras se acercaba.

—¡Bueno Narey te deseo suerte!— Dijo Sorena sonriendo.

—¡Te repito otra vez, no lo arruines!— Dijo Zelaya preocupada.

¡Suerte!— Dijeron Adrián y Aria al mismo tiempo, me arme de valor y al voltearme Misa ya estaba enfrente mío.

—¿Estás listo Narey?— preguntó él sonriendo muy amablemente.

—S-sí.— era notorio mi nerviosismo, mis mejillas se hallaban totalmente rojizas y mi cuerpo temblando levemente.

—Vamos entonces.— respondió finalmente mientras daba vuelta para dirigirse a la salida.

—Adiós chicos.— fue lo último que dije a mi familia antes de proseguir a acompañar al mayor, ellos se despidieron desde lejos mientras que yo solo caminaba atrás de Misa con la cabeza hacía abajo pensando en qué pasaría, estaba tan perdido en mis pensamientos que no sentí cuando se colocó a mi lado.

—Y.. ¿cómo te fue hoy?— fue lo primero que preguntó al tenerme a su lado, de forma sutil.

—Oh, hasta el momento todo bien, nada me ha parecido tan complicado... ¿y a ti?— respondí sin verlo directamente a los ojos, sabiendo de mi evidente sonrojo.

—No podría quejarme, todo esta demasiado neutro.— Soltó un suspiro mientras elevaba su cabeza mirando directamente al cielo.

—Cualquier cosa que pase, de seguro podrá mejorar.— respondí volteando mi cabeza para poder verle levemente.

—Sabes, tu hermana siempre me ha platicado de ti, es algo divertido.— una risa salió de sus labios ante lo que había dicho.

—¿De mí?— ya era bastante incómodo el saber que Zelaya le hablara de mi en diversas ocasiones, ni siquiera tenía idea de que podía estarle diciendo, la pena era demasiada.

—Si, siempre dice que quiere que seas bueno en el futuro y que hay muchas cosas de ti por las cuales ella se enorgullece.— sus palabras sonaba calmadas, se sentía conmovido, nunca pensé que mi hermana le contaría a sus amigos de mí, era algo raro pero a la vez hermoso.

Luego de un rato de caminar y platicar me di cuenta de que Misa y yo teníamos muchas cosas en común, él tiene un hermano mayor de 19 años que casi no mira pero que siempre lo recuerda en su memoria. Al pasar los minutos llegamos a una cafetería cerca del instituto, al entrar nos sentamos en una mesa de las orillas.

—Esta cafetería es muy especial para mí por eso te traje aquí, las bebidas son únicas.—

—Nunca había venido a este lugar, si tu dices que son ricas las probaré.— le regalé una sonrisa mientras ambos nos dirigíamos al mostrador, había logrado calmarme un poco, ya no sentía tanto nerviosismo como antes si no que la paz empezaba a inundarme.

Luego de pedir nuestras bebidas esperamos un rato, el me había recomendado un batido de chocolate que al verlo en la carta de postres me dieron ganas de saborearlo, al rato llegó el mesero trayendo nuestros postres.

—Esperó te guste.— mencionó muy alegremente, al probar el batido quede fascinado, estaba demasiado delicioso, tenía todo lo que me gustaba, desde la galleta hasta el chocolate, me había encantado, al ver el rostro de Misa pude notar de que estaba feliz al ver que me había gustado mucho el batido.

—¿Y bien?— preguntó con emoción en sus palabras, este tipo de actividades estaban fascinándolo, parecía un niño yendo de viaje por primera vez. —¿Que te pareció?

—¡Esta delicioso!— solté una pequeña risa ante su emoción y seguí bebiendo el batido para poder demostrarle aquella satisfacción que sentía.

—Que me alegró, aún tengo más cosas planeadas por hacer.— correspondió mi risa con la suya, su sonrisa tan única y dulce, desde ese momento confirme mis dudas sobre si él me gustaba y así era. Luego de beber los batidos nos retiramos, el pagó la cuenta de la cafetería ya que dijo que este día yo me tenía que divertir, al salir de ahí nos mantuvimos platicando y riendo un rato durante el camino hasta que llegamos a un parque, al entrar ahí el sendero se llenaba de un jardín con todo tipo de flores, se miraba tan hermoso.

—Solía visitar este jardín cuando era niño, siempre caminaba entre las flores cuando el viento las soplaba— mencionó mientras observaba su alrededor recordando aquellos momentos.

—Yo solía ir al bosque a jugar, siempre me gusto la naturaleza, recuerdo que en ese bosque había un lago en el cual siempre nadaba, fue hace tanto tiempo .— respondí acompañado de un suspiro mientras miraba lo iluminado que estaba el cielo.

—¿Te gustaría ir a ese bosque?— Al escuchar esas palabras mi corazón se alegró demasiado, tenía años de no ir a ese lugar y estaba feliz de que el fuera el que me acompañara a ese lugar.

—¡Sí!— Dije sonriendo en grande, Misa me sonrió y comenzamos a correr camino al bosque que no estaba lejos del parque, al llegar pude observar que nada había cambiado, estaba en mi lugar favorito con mi persona favorita desde ahora...


Hecho a la Perfección  [Omegaverse/BL] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora