prologo 1° parte

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El inicio de un nuevo fin.

La pequeña bautizada Mía, se encontraba en vela al lado de los putrefactos cadáveres de sus padres.
Su inocencia de niña de 12 años se había esfumado al matar a lo que alguna ves fue su madre y ver morir a su padre a manos de esta, pero aunque ella sabía que no fue su culpa  el dolor y el arrepentimiento la consumían por dentro y la demacraban por fuera.
Se encontraban en época de cuarentena por un virus que había arrasado la ciudad de denver y la mitad de U.S.A , Mía su padre y su madre, estaban encerrados en su casa para protegerse del virus, era la hora de comer, y cuando todos se sentaron en la mesa, la madre de Mía empezó a temblar, no podía sostener el cubierto correctamente, era como si se le hubiera olvidado, el padre de Mía se empezó a preocupar por el estado de su esposa, cuando intentó ayudarla esta le golpeo y empezó a lanzar gritos desgarradores para aquel público, Mía tenia miedo, el padre al ver el estado de terror en el que se encontraba su hija, intentó tranquilizarla esbozando una sonrisa como si nada pasase, el padre nuevamente intento controlar a su esposa, pero no podía, ella no paraba de lanzar golpes y pedir a gritos que se alejaran de ella.

-¡Cariño aléjate de mi! ¡Y llevate a Mía al otro extremo del país! ¡Allí estaréis seguros! -

El padre sabía que ya era muy tarde para su esposa, pero no la quería dejar, pero aun así lo hizo, por su hija, cogió de la mano a Mía y cuando iban a salir por la puerta Mía vió a su padre desplomarse en el suelo, al girar la vista vió a su "progenitora" mordiendo a su padre, desgarrándole la piel con las uñas, Mía se asusto mucho, y entonces recordó el arma que tenía su madre en la mesita al lado de su cama, pues su madre era de la FBI, cuando movió un musculo para poder girarse hacia la habitación de sus padres, lo que alguna vez fue la madre de Mía levanto la vista hacia su hija, y con una mirada feroz se abalanzo hacia ella, La suerte fue que Mía reacciono a tiempo, y corrió lo mas rápido que pudo hacía a la habitación de sus padres, al entrar tranco la puerta con una silla, y corrió hacía la mesita y busco el arma, era un calibre 41, una pistola bastante potente, pero Mía no lo sabía, la cogio y se metio debajo de la cama, podía oír los horrorosos gritos que emitía su "madre" , y los golpes que daba contra la puerta, algunas horas después dejo de oír ruidos, pensó que todo era seguro y salió, quito la silla ya casi rota que trancaban la puerta, y con sumo cuidado la abrió, el cuarto estaba oscuro, ya era de noche.

Ella caminaba con la pistola en la mano, su corazón estaba acelerado, al pisar un cristal roto se alteró, se quedo quieta durante unos segundos y pudo escuchar una respiración lenta y ronca, retrocedió unos pasos por donde había venido y algo se le abalanzó encima, su "madre," ella intentaba hacer fuerza para soltarse, pero era inútil esa cosa era mas fuerte que ella, en un movimiento rápido Mía coloco la mano temblorosa en la que tenía el calibre 41 apuntando hacia la cíen de su "madre" ella no quería hacerlo, y decidió morir con su "madre" y su padre, cuando iba a apartar el calibre 41 de la cien de su madre para resignarse y morir, esta que alguna vez fué mujer, emitió un grito tan inhumano y desgarrador que del susto la pobre niña apretó el gatillo volandole los sesos a su "madre" .

El cuerpo de esta calló inerte sobre la niña, y ella empezó a llorar y soltar gritos de tristeza, pues acababa de perder a sus seres mas queridos.. Sus progenitores.

A recordar esto, una ultima lágrima brotó y se deslizó por la sonrojada mejilla de Mía, preparo su mochila de acampada rosa y metió dentro un saco de dormir varias cajas de comida junto con un cuaderno ancho, varios bolígrafos y algunas cintas de vídeos e imágenes de cuando era mas pequeña.

Se quedó callada durante unos minutos, pensando.

-¡Cariño alejate de mi! ¡Y llevate a Mía al otro extremo del país! ¡Al estaréis seguros!-

Recordó las palabras de su madre, y entonces con el semblante frió y con su corazón roto, cogió el calibre 41 y salió de la casa con la mochila en la espalda.

No sentía miedo ni remordimiento, ya todos sus sentimientos habían muerto en el momento en el que lo perdió prácticamente todo.

Llevaba mas de dos horas caminando, ya eran casi las 02:45 de la madrugada, a lo lejos se veían unas montañas, ella pretendía llegar a ellas, era el único modo de salir de Denver, ella lo sabía por que días antes de que dieran el aviso de cuarentena, en la escuela le hicieron estudiar la hubicación y la historia de su ciudad.

Sonidos escalofriantes se escuchaban cerca de ella, no se podía distinguir si se trataba del peculiar susurro del viento, o si era de alguna de "esas" cosas, su pulso se aceleraba a cíen por hora , pero su semblante frió no se inmutaba, el sonido de varias pisadas la alertaron, apretó con fuerza el calibre 41 y empezó a andar con cautela, parecía ser una especialista de la armada pese a tener 12 años... Bueno, lo que se diría especialista para mas o menos alguien que en su vida entro o practico la militar, tropezó con una lata del camino cayéndose y provocando un sonido alto y seco, las pisadas se hacían mas intensas según ella se intentaba levantar, pocos segundos después, algo ataco a Mía haciendo que  la pobre sangrara del brazo, una bestia con el rostro irreconocible la había estado acechando desde hace un rato, camunflada en los susurros del viento, Mía intento soltarse y al hacer fuerza apretó el gatillo dos veces provocando que dos balas salieran al azar haciendo enfurecer mas a la bestia, ella luchaba por que no la mordiera, y cuando pensaba que lo iba a conseguir recibió un gran golpe en la cabeza dejándola inconsciente esperando su muerte.

El Inicio De Un Nuevo FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora