Oscuridad, aquella luz inexistente, algo imposible, una versión de ti mismo que antes no conocías, pero que sin embargo ahora necesitas, conoces, y odias, es como una maldición que te mantiene con vida.
El llevaba caminando solo, años, desde que todo esto comenzó, se había echó mas fuerte, pero aquellas imágenes casi tan malas como el pensaba ser, lo atormentaban, cada vez que veía su reflejo, el había averiguado muchas cosas sobre los "Devoradores" como los llamaba el, sabia como evadirlos, sabia como hacer que huyeran, sabia casi todo sobre ellos, menos la cura.
Había formado parte de muchos grupos de supervivientes, pero ninguno de ellos termino bien, en el pasado, cuando todo era normal. El era un simple estudiante de secundaria de malas notas y comportamiento un adecuado, tenía una hermana menor llamada Cathidye, y su madre se llamaba Susan, no tenia padre, ya que falleció cuando este no había aun nacido.
El era una persona mas. Un humano civilizado. Pero, que significa eso ahora. Se preguntaba continuamente, el tenia claro que el no era nada civilizado en cuanto a la vida anterior, e incluso ahora, el en su propia opinion, no merecía ser nombrado persona.
Esta vez vio a una joven que a simple vista era unos 5 años menor, luchar por salvar su vida y la de un sujeto al que no llego a ver.
Al principio se quedo observando, haciendo apuestas mentales contra si mismo entre si ellos sobrevivirían o no.
Después de 5 eternos minutos, para el extremadamente aburridos, sintió lastima, y decidió ayudar, se hacerco a ellos dando pasos fuertes, mas parecía patear el suelo, los zombies al oír ese sonido metálico, se alteraronas y empezaron a correr hacia este.
Los esquivo sin el mínimo esfuerzo, llegando hací a la camioneta, y arrancando de una patada a los "devoradores" que estaban en la ventanilla.
Poco tiempo después la camioneta arranco de manera estrepitosa, y este se sorprendió y soltó un comentario con tono sarcástico.
-Baya ¿Ni siquiera un gracias?- Dijo limpiándose una lágrima falsa con una media sonrisa.
Al instante vio una mochila salir volando por la ventana de la camioneta, y cayendo justo delante de el.
-¡O my god! Se me an desatado los zapatos...
Dio media vuelta. Y se quedó pensativo, no le gustaba aceptar "limosna" pese a odiarse a si mismo era el hombre mas egocéntrico y narcicista del mundo, o al menos en apariencias. Finalmente se decanto por coger la mochila, y camino sin rumbo nuevamente en busca de un lugar en el que hospedarse.
La vacuna ya estaba puesta, y el sargento despierto, y estable. Mia dormía sentada en una silla con la mitad de su cuerpo en la camilla del sargento. Hanji estaba en su despacho, cogiendo todos los archivos que tenían que ver con la cura. Estaba exhausta después de la celebración que tuvieron al comprobar la fiabilidad de la vacuna. De pronto empezó a oler a humo. Hanji adormilada se dio la vuelta y vio la vela de su otro escritorio tumbada en el suelo, prendiendo todo lo que tocaba, al principio ni se inmuto del peligro, pero cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde, el sueño y la inanición le pudieron haciendo que esta cayera desplomada al suelo.
Todo estaba en llamas. Mía ahun no despertaba, y Natasha la buscaba, cuando la encontró al lado del general hizo todo lo posible por despertarla, y exitosamente, le pidió ayuda para levantar al sargento.
Cuando lograron ir a un sitio seguro al galope de unos caballos del campamento que habían encontrado al borde de ser cocinados.
Cuando a la cabeza de Mía vino una única palabra.
-¡Hanji! ¡Tenemos que volver por ella!- Dijo al borde de la histeria.
-No.. Mía, seguramente Hanji ya ha escapado a un ligar seguro. No debemos volver.- Dijo Natasha con apenas un hilo de voz.
-¡No! ¡No! ¡No! ¡Hay que volver! ¡Hanji nos estara esperando!- Dijo Mía con lágrimas en los ojos y ya en la histeria.
-¡No iremos y punto!- Exclamo Natasha.
-¿Pero por q.-
-¡Ya basta! E-encontre el despacho de hanji en ruinas, no había ningún rastro de vida.-Intento decir Natasha interrumpiendo a Mía h haciendo una pausa para respirar.
-¡Pero Hanji podría haber salido antes!- Insistió Mía.
-Mia, escucha, como iba diciendo no había rastro de vida.-Respiro ondo rompiendo en llanto.- Encontré su cadáver abrazado a unos papeles quemados. Ella esta muerta Mía..-Dijo finalmente derrumbándose.
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El Inicio De Un Nuevo Fin
Mystery / ThrillerUn virus letal bautizado como "E.Z" arrasa la mitad de U.S.A y gran parte del mundo, en Denver, una ciudad tranquila, era el sitio en el que vivía una pequeña llamada Mía de la edad de 12 años, quién tuvo que pasar la perdida de sus padres de una ma...