Aquel grito tan sonoro y triste llamaba con la vaga esperanza de que alguien lo escuchase. Rivaille y el resto sintieron como un escalofrío recorría sus cansados y maltratados cuerpos.
Era una voz clara y reconocible para cualquiera, no era nada mas y nada menos que la voz de un niño...¿Qué debían hacer? Si salían seguramente este ya estaría muerto... Pero si no lo hacían, la culpa los perseguiría el resto de su existencia... Tan solo era un niño... Si vosotros hubierais pasado por todo lo que ellos an pasado... ¿Qué hubierais echo? Huvieraís ido arriesgando a perder a uno de los vuestro, ¡No! Mejor dicho, a otro de los vuestros. Aquel dilema los mantenía inquietos y a la vez inseguros. Los minutos pasaron y al fín, los gritos cesaron. Un desagradable escalofrio recorrió sus espaldas, dejando un peculiar y doloroso sentimiento de culpa.
-¿Creeis... Que haya muerto?- Pregunto Mike con la mirada en el suelo.
-Es lo mas probable.- Respondió Rivaille ante la atenta mirada de Mía y Natasha.
El silencio nuevamente inundo la habitación, y tras otros varios minutos, al fín, Mía decidió romperlo congiendo su arma, cargándola y dictando una frase.-Nadie mas que yo, saldrá de aquí.
Salió de la cabaña, y justo como Mía predijo, Natasha la siguió, Rivaille y Mike también quisieron, pero Natasha les recomendó que vigilaran que ninguna de esas cosas entraran en la cabaña. Mía se encontraba en el porche de la casa, observando la luna, ya era tarde, pero ni siquiera era capaz de imaginarse que hora. Sintió una mano tocarle el hombro en ademán consolador.
-¿Por que no puede elegir cada uno cuando morir?- Pregunto en un sombrío y leve tono de voz.
-Por que si cada uno lo eligiera, la magia de estar vivo se desvanecería.- Respondió Natasha en un tono sabio.
Mía se dió la vuelta y la miro a los ojos.
-Al menos deberíamos encontrar su cadáver...- Hizo una leve pausa. - Nadie merece morir sin ser enterrado como es debido...
Natasha asintió con la cabeza y ninguna dijo nada mas. El silencio que se creo no fue nada incomodo, de hecho, daba tiempo y paz paa poder buscar y pensar con mas calma.
Mientras Mía buscaba el cadáver por la zona de campo, -en la que seguramente jugaban niños o paseaban ancianos antes- Natasha buscaba por los alrededores de la cabaña. Cuando llego a la parte trasera de esta, se encontró con varias cosas viejas y antiguas; Una bicicleta oxidada, dinero en mal estado - y que aunque estuviera en buen estado no serviría- Unas latas de sopa de tomate que dudo en coger, un casete de los 80, una mesa con la parte superior manchada de sangre y un teléfono de esos que parecían ladrillos.
Algo pareció llamarle la atención, la sangre no parecía ser vieja, y su color indicaba que era bastante reciente, con un pedazo de su camiseta envolvió su dedo -no por asco, sino por precaución a que no estuviese infectada con la rabia, ya que la sangre podría pertenecer perfectamente a una rata con dicha enfermedad.- Y toco la sangre, para su sorpresa, esta aun se mantenía algo tibia, eso podría sicnificar dos cosas; a) Que el niño estuviera vivo pero herido y posiblemente mordido -Que es la menos probable - O... b) Que un zombie haya pasado por aquí y que posiblemente siga por aquí esperando para atacar en cualquier momento.
Natasha empuño su arma preparándose para cualquier cosa, y al guardo silencio absoluto para poder poner la máxima atención a cualquier sonido sospechoso.
Una respiración algo débil se empezó a escuchar, proveniente del Interior del sótano, Natasha se lo pensó unos instante y decidió entrar, dando pasos suaves y movimientos silenciosos.
Mía buscaba y buscaba, sin embargo no encontraba mas que zombies a los que volaba o aplastaba la cabeza, ya exausta, se contuvo de soltar un grito exasperado, y decidió morderse el labio inferior y masajearse la cien izquierda. Por un momento decidio rendirse, pero un disparo proveniente de la parte trasera de la casa la mantuvo alerta, camino con velocidad hasta de donde provenía aquel disparo, y no encontró nada ni a nadie, su corazón se acelero, y empezó a buscar a Natasha, pero la oscuridad hacia que su campo visual fuese lo mas inservible posible. A su lado vio varios objetos viejos, pero no se molesto en observar ninguno salvo uno que contenía sangre, la mesa, cogió un trozo de sus pantalones y lo envolvió en su dedo, al parecer Natasha y Mía tenían mas o menos la misma manera de pensar... Y al tocar la sangre deducido que era bastante reciente... Quizá una media hora o menos.
La madera crujió bajo sus pies, haciendo que diera un Respingo hacia atrás y pudiera ver una especie de puerta que conducía a un sótano, la misma que vió Natasha, cogió su arma, y abrió la especie de puerta de golpe, causando un estruendo -quiza ella y Natasha no se parecieran tanto...- Bajo a toda velocidad y apunto con su arma a una sombra que sostenía otra, no dijo nada, y se quedó en silencio esperando el ataque, para confirmar que era un zombie, la sombra se levanto dejando a la otra sentada, y se hacerco hasta mía apuntándola con algo que parecía un arma, cuando esta se hacercó mas, la luz de la luna que se colaba por una de las rendijas de la vieja madera, ilumino el rostro de Nathasa, el cual estaba cubierto de sangre.
-¡Mamá!- Dijo Mía aliviada.
Natasha bajo el arma dando un suspiro de alivio y noto como Mía la abrazaba correspondiendo la y apartándola un momento.
-Lo encontré.- Afirmo frunciendo el ceño preocupada.
-... Por tu cara no parece que sea nada bueno.
-No es malo, pero tampoco bueno del todo.
-¿Quieres decir que esta vivo?- Pregunto Mía elevando un poco la voz.
-Esta herido, no parece un mordisco, pero hay que tener cuidado...
-Sera mejor que lo llevemo arriba.
-Si, lo llevare yo en brazos, tu ya hiciste lo mas importante, encontrarlo.
-Bien. Gracias Mía.
Las dos subieron con el niño, y cuando llegaron a la entrada de la casa Natasha llamo para que abrieran, Mike abrió, mientras que rivaille buscaba algo para hacer de manta y colocarla en el suelo en modo de camilla. Natasha prendió las luces, cosa que no le sorprendió por que a las afueras en el tejado de la casa pudo ver un panel solar. Cuando la luz ilumino la habitación, todos se segaron unos segundos, y mientras unos buscaban material de emergencia, otros le limpiaban la sangre al niño, Mía se le quedo mirando, era un niño precioso, no tendría mas de 7 años, sus cabellos rubios tenian leves rizos en las puntas, su piel era clara y su rostro angelical hacían que se derritiera.
Cuando terminaron de limpiarle la sangre, Rivaille se presento con unas; vendas, gazas, agua oxigenada, alcohol, e hilo y aguja.
-Es lo único que pude encontrar.- Se disculpo Rivaille.
- Tranquilo... Servirá.- Agradeció Natasha.
Mía se alejo y se sentó al lado de Mike, que se encontraba mirando con extrema Atencion al crío.
-Es el primer mocoso con cara de mocoso que veo en mucho tiempo...- Comento.
-El parece mas una especie de ángel...- Dijo Mía suspirando y dejando caer sus manos a sus costados.
-¿Tu tenias hermanos?- Pregunto Mike.
-No... ¿Y tu?
-... Si... Era una mocosa mas o menos de tu edad... Algo menor y con una cara mas tierna que la tuya.
-¡Hey!- Se quejo Mía dándole un codazo suave en las costillas a Mike. Los dos se miraron a los ojos, y empezaron a reír.
Rivaille por otro lado, permanecía ayudando a Natasha, quien declaro que el niño no estaba infectado, y que tan solo tenia un leve corte y algo de fiebre.
-¿El crío mejorara pronto?- Pregunto Rivaille.
-Lo mas probable es que despierte mañana, necesitara una buena alimentación y un hambiente rutinario...- Respondió Natasha.
-¿Rutinario? Hace tiempo que no tenemos de eso ¿No?
Rivaille sonrió y Natasha asintió y se puso en pie.
-Sera mejor que durmamos.- Anunció Natasha. -Mañana tenemos que tener fuerzas para poder ocuparnos del niño... Y prepararnos para partir... Cuando baje al sótano y encontré al niño, ví que a su lado había un mapa, que no parecía normal... Y detrás de el tení escrituras extrañas... Solo se que tienen que ver con los zombies.
-...Bien, entonces durmamos.- Finalizo Mía. Por algún motivo, ninguno uso las habitaciones ni el sofá, todos durmieron en el suelo, aunque claro, quisa era para vigilar alniño o para estar preparados ante cualquier ataque...
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El Inicio De Un Nuevo Fin
Misterio / SuspensoUn virus letal bautizado como "E.Z" arrasa la mitad de U.S.A y gran parte del mundo, en Denver, una ciudad tranquila, era el sitio en el que vivía una pequeña llamada Mía de la edad de 12 años, quién tuvo que pasar la perdida de sus padres de una ma...