Capitulo 5

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Las miradas de Natasha y mía se cruzaron, ninguna sabia con certeza como reaccionar cuando el sargento rivaille despertara, con impaciencia, Mía caminaba de aquí para allá con los ojos rojos e inchados de tanto llorar, sin embargo Natasha seguía sin apartar sus ojos del rostro de Mía, Natasha sabía que para Mía, Hanji era como una madre, al igual que ella misma.

Las horas seguían pasando, y aquel joven de baja estatura seguía sin despertar. Derrepente el murmullo repentino de las hojas de un árbol las puso alerta, pues aquel murmullo no era común, de echo ni si quiera se sabia con certeza si era de las hojas.

Derrepente unos pasos metálicos sonaban cada vez mas cerca, mientras la luna iluminaba aquel camino de arboles por el que una sombra empezó a asomarse.

-¿Quien eres?¿Y que haces aquí?- Interrogo Natasha poniéndose en pie y sacando la unica arma que logro salvar de aquella catástrofe de fuego. Era una preciosa espada de mas de 700 años de antigüedad, y que según contaba la difunta Hanji, estaba echa del acero mas resistente y afilado del mundo, por no hablar de su empuñadura de oro y plata.

Aquella sombra misteriosa poco a poco fue saliendo de su escondite tras de un árbol, dejándose iluminar así por la luz tenue de la luna.

-...- Natasha no supo que decir, y Mía tan solo observaba curiosa, aquel sujeto le sonaba de algo.

La sombra que dejo de ser sombra se convirtió en la figura del cuerpo de un hombre físicamente perfecto, claro que encapuchado, apenas se lograba ver sus ojos, pero aquel cuerpo no debía de pertenecer a una persona de belleza "abstracta".

El hombre dio varios pasos hacia adelante hasta posarse en frente de Rivaille, este al verlo en perfecto estado se sorprendió, pues el mismo había visto como aquel sujeto había sido mordido por varios de "ellos".

Mía se coloco delante de Rivaille, y Natasha seguida del acto de Mía, empuño con fuerza la espada y la apunto hacia al poco visible cuello de aquel hombre.

-Mi madre te hizo unas preguntas..¡Responde!- Ordeno Mía refiriéndose como madre a Natasha.

Natasha al oír como Mía se arreferia a su persona, Musito una sonrisa disimulada, pues ese no era el momento mas adecuado para sonreír.

-Si, responde si no quieres morir.- Añadió Natasha.

Aquel hombre de zapatos de plata, continuo con su silencio hasta que pasaron varios minutos, cuando decidió por fin romper aquel silencio tan poco incomodo.

-Como desees... Matame, no tengo ninguna razón para seguir aquí... Pero... Supongo que tu amigo si... ¿Verdad?- Dijo señalando con su mirada a Rivaille.- Bien... Ya si deseas matarme, te pido que te apresures. En el infierno me esperan.- Añadió.

Natasha no pudo tener paciencia, y cuando estaba a punto de decapitar a aquel hombre...

-¡Alto!- Grito Mía, quien por fin había recordado quien era aquel sujeto. -Te perdonamos la vida, pero solo por que tu no ayudaste a salvar la nuestra no hace mucho.... Gracias.-Dijo Mía con el rostro aun algo fúnebre.

Aquel hombre al escuchar la palabra "gracias" no pudo evitar contraerse le el estomago, llevaba tiempo sin ser reconocido como alguien merecedor de un "gracias". Por lo que decidió hablar.

-Mi nombre es Mike, Mike Dicketson.- Se presentó.

Natasha se encontraba confusa. -¿Como que les ayudo a salvar sus vidas?- Pensó en alto.

-Cuando rivaille fue mordido, aquel hombre nos ayudo cuando mas lo necesitábamos, logro hacer que los zombies se alejaran de la camioneta, dejándonos hasi el paso libre para continuar.-Contesto Mía a la pregunta accidental de Natasha.

El Inicio De Un Nuevo FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora