III: Color, olor.

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Jimin no se terminaba de acostumbrar al color de su nueva ropa.

Terminó por decidir que el rojo no le quedaba bien. El nuevo cabello castaño lo hacía verse desaliñado y el saco era varias veces más grande que su talla. Tuvo que ajustar los pantalones antes de llegar a la ciudad porque la ropa antigua de Namjoon era, simplemente, gigante.

Él estaba acostumbrado a vestirse de negro, con los pantalones ajustados y las camisas delgadas. Bajo los túneles hacía demasiado calor, así que cuando no vestía el uniforme militar, andaba ligero. El negro era el color distintivo de los Omega en Ashkr, haciendo el paralelo al color blanco obligatorio de los Omega en La Ciudad, aunque no era necesario que lo llevaran siempre encima.

Jimin lo hacía porque no tenía de otra. Él debía portarse como un soldado ejemplar y seguir al pie de la letra tanto las instrucciones escritas, como las que no se decían.

Al menos el negro le sentaba bien.

Dobló en la calle a su derecha y agradeció dejar de ver los aparadores con cristales. El cabello teñido tampoco lo convencía, pero era igual de necesario que la ropa.

Los Omega se distinguían por el color claro de sus cabellos hacía mucho tiempo. Jimin pertenecía a un linaje común, el rubio era en conjunto con el anaranjado, uno de los colores más usuales entre la especie, aunque existían excepciones en las filas de La Resistencia. Rubios y pelinaranjos, violetas pastel, verdes menta e incluso azules tan claros que limitaban con el color blanco.

Conservaban estos colores en sus formas de lobo, por lo que eran fácilmente identificables si a alguien le fallaba el olfato y no podía reconocer a un Omega por su olor. El pelaje era muy duro en Alfas y Betas, siendo casi imposible de teñir en comparación al de los Omega, el cual era mucho más lacio y dócil. Aún así, había tenido que pasar una hora completa con la tintura en la cabeza para que el color se pegara a su cabello.

Mientras buscaba con la mirada el edificio de color azul entre las calles concurridas de olores fuertes y amargos, recordó al chico de cabello blanco que le había proporcionado la información que lo tenía allí, en La Ciudad.

Estaba buscando información acerca de un tal Min Yoongi.

Era la pareja Omega de Jeon Jungkook, a quien Jimin jamás había visto en persona pero conocía su rostro por las incontables veces que éste era proyectado en las reuniones de misiones. La única pareja pública de todos los Alfa en la Lista Negra. Los demás habían permanecido como un misterio durante años.

Hasta que dieron con Jun, por accidente. El chico no parecía en nada arrepentido de haber soltado toda la información de su familia y conocidos. De hecho, lucía entusiasmado. Quería recuperar a su hermano mayor, Yoongi, lo más rápido posible y no creía que La Resistencia fuera un enemigo. Se había quedado un largo tiempo viendo su reflejo cuando le pasaron su nueva ropa, sonriendo.

Es raro —Le había dicho Seokjin apenas Jimin salió de la sala de interrogatorios, con la camiseta manchada por la sangre del Alfa— Pero el chico que trajiste quiere cooperar con nosotros.

¿Así, tal cual? —Alzó una ceja, desconcertado. Normalmente, los rehenes Omega se resistían un poco, acondicionados por el sistema social Alfa. Creían que La Resistencia era un lugar horrible donde te entrenaban para asesinar y lavaban cerebros. Bueno... Quizás no estaban tan equivocados con la última parte.

Así, tal cual —Ambos Omegas avanzaron hacia el cuarto de baño, donde Jimin se quitó la camiseta y se lavó los brazos. La mirada de Seokjin se fijó un momento en la espalda marcada del rubio, especialmente en la horrible cicatriz con forma de dientes bajo sus costillas— Se llama Min JunGi. Tiene diez años, es hijo de un hombre Alfa y una mujer Omega. Tiene un hermano Omega.

Detestable |KOOKMIN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora