Un antes y después.
27 de julio, 2017. El comienzo de todo.
Antes de hablar de este magnífico día, en donde un chico afortunado conoce a una persona maravillosa, quisiera dar una descripción previa de lo que su vida fue antes de la presencia de esta mujer.
Monotonía, indiferencia, falta de esperanza, desesperación, soledad.
Esas eran las emociones que él sentía conforme los días pasaban, varias personas se cruzaron en su camino, mas no tuvieron el valor suficiente de quedarse y entrar a su hogar descuidado.
Había demasiado estrés en su cabeza, muchos sentimientos encontrados y en sus pensamientos rondaban preguntas como: ¿Llegará alguien? ¿Podré amar otra vez? ¿Qué se siente el estar enamorado?
Vaya, él veía a sus amigos/as enamorarse y estar felizmente con su pareja, pero nunca notaba un cambio en su vida, sentía que sucedía algo con él por la única razón de que nadie daba lo suficiente como para quedarse y conocerle a profundidad. Y cuánto lo agradece actualmente.
Rondaba con pasos lentos por el lugar, su corazón se había enfriado tanto que sentía perder su toque especial de a poco.
Los días se convierten en meses y cuando la esperanza había desaparecido, alguien tocó su puerta.
Un 27 de julio del 2017, él entra en aburrimiento excesivo y ganas de conocer personas para pasar la noche con ellas. Así es como se encuentra con esa preciosidad de ojos azules, divagando por la noche con mucha sencillez y elegancia.
Capturó su atención rápidamente. Tomó los huevos necesarios y le dirigió la palabra, ella humildemente respondió. La plática surgió al instante, ella era una chica que se ganaba el interés desde el primer momento, sus palabras brotaban de su ser con mucha inteligencia y gracia. "Uf, qué mujer." Ese era el pensamiento que abarcó la mente del chico.
La charla continuó amenamente, pero, por desgracia, el chico no podía brindar mucho de su tiempo para andar por esos lares, así que su ausencia se hizo presente. Pocas veces habló con la chica que robó su cariño desde la primera noche. Pasó el tiempo y ella le escribía de vez en cuando, recordándole que aún existía y cuánto le extrañaba. Eso sorprendió al chico, pues no cualquier persona dice esas cosas a un "desconocido" y, de alguna forma, tal acción robó parte de su corazón.
Tenían una amistad muy peculiar y rara, poco a poco se dieron cuenta de lo pequeño que el mundo es, resultó que tenían un amigo en común. Gran ayuda.
Los meses siguieron su camino hasta que, finalmente, él se dignó a aparecer y dedicarle más tiempo a las charlas interminables con la chica. Todo era maravilloso, él no se aburría con ella y cada vez se cautivaba más con su personalidad rebelde e interesante.
Pero, ¡sorpresa! El corazón de la chica estaba ocupado, no tendría sentido intentar algo. Las maldiciones salieron a montones de su boca. Venga, no podía tener tanta mala suerte.
Se rindió fácil, él no quería dañar su amistad.
El tiempo pasaba y las madrugadas se hicieron presentes, con ella comenzó a hacer cosas que con nadie más hacía, su noche era el momento preferido porque sabía que la tendría solo para él.
No se necesitó mucho tiempo para que los sentimientos salieran a flote, una noche ellos dos se confesaron su amor. Uno muy prohibido. Él tenía miedo, miedo de lo que podría pasar. Por fin sintió nervios con alguien, y ahí es cuando se dio cuenta de lo mucho que ella le encantaba y lo vulnerable que su corazón estaba ante su presencia.
Y, como siempre, las cosas no pudieron ser fáciles. La tormenta se avecinó. Pasaron por varias situaciones para nada agradables, tanto ella como él sufrieron pero eso ayudó a fortalecer su relación de confianza, amor y comunicación. El destino quería prepararlos para lo que se venía.
