REALIDAD

6

Maldito Christopher una y mil veces maldito, el sabia que no había mas cuartos libres por eso me timo para irme con el.

Acepte quedarme porque no quería regresar al DF y realmente la casa cera hermosa, contaba con varias habitaciones pero nada más la principal abierta, un baño en nuestra habitación con una gran bañera, también había un gran balcón con una especie de hamaca  y en la parte de abajo estaba un pequeño estudio, junto con una zona de bar, la sala y comedor juntos con entrada directa a la cocina. Cuando salí al patio me di cuenta que estaba rodeado de grandes arboles para la intimidad de quien habitaba ahí. Pero lo que mas me gusto fue la alberca, una gran alberca mitad techada mitad al aire libre con un pequeño tobogán y un bar en medio de la alberca. Pensar que en aquella época que esa casa llegaría ser mía, no me lo imaginaba ni de broma.

La casa era hermosa, simple y sencillamente hermosa, no era muy grande pero el patio era hermoso y sobre todo privado. Desde que la vi me enamoró, como había dicho Chris demás cuartos estaban cerrados y por lo que se veía estaban siendo remodelados. Ya mi coraje contra Chris se había desvanecido, simplemente no podía estar mucho tiempo enojada con el aunque lo demostrara.

En lo que yo exploraba la casa Christopher se había metido a bañar y estaba maravillada, después de unos veinte minutos regrese al cuarto y no había rastro de el por ningún lado, así que prepare mi ropa y me metí a bañar. Ya lista con una ropa algo fresca, no me había arreglado tanto porque no sabia que íbamos hacer. Baje y el delicioso aroma del tocino lleno mis fosas nasales, camine hacia el aroma y ahí encontré a un Christopher sin camisa demaciado sexi cocinando, no pude dejar de observar sus pectorales, mi miraba bajaba desde las clavículas cada vez mas, su cuerpo estaba bien trabajado, demasiado diría yo. Trague saliva cuando divise una pequeña porción de bello antes de llegar a la v marcada en su pecho bajo.

— ¡Hey!.— grito Chris sacándole de mi sueño húmedo con su cuerpo, rápidamente reaccione y subí la mirada.— ¿Qué miras?
— Huele delicioso.— dije algo sonrojada y acalorada.
— Aja.— dijo mientras seguía exprimiendo unas naranjas.— Sientate, ya esta el desayuno.

Yo solo asentí y tome lugar en la barra, un plato con huevos con jamón varias rebanadas de tocino y un bol de fruta aparecieron delante de mi. Tome un birote (el birote es conocido en GDL como un pan hecho al horno muy tradicional) y comencé a comer, sin prestarle atención a Chris ya que sentía que seguía sonrojada.

— ¿Dul?.— alce la mirada de mi plato y lo mire.— ¿Sigues enojada por haberte casi secuestrado?.— pregunto mientras se rascaba la cabeza, negué.
— No.— me baje de mi banco y me acerque a el.
— Yo no quería hacerlo así, pero es que...— no lo deje terminar porque lo abrace.
— Hay Chris, sabes que a contigo no me puedo enojar.— el me estrecho entre sus brazos y me alzó.
— Hay ya hasta había pensado en regresar.
—Ni lo digas en broma.— me dejo hasta el banco donde estaba sentada y el se sentó enfrente de mi en la barra, con un par  jugos.

Seguimos desayunado la deliciosa comida que había preparado y platicando de cosas banales. Cuando terminamos de desayunar fuimos hacia la pequeña sala y jugamos con el xbox a unas peleas, cuando le había ganado a Christopher ya me había aburrido.

—Chlisss.— dije con voz de bebe, el volteo y me sonrió.
—Ajam... Dul.
—¿Qué vamos hacer hoy?
—Conquistar el mundo.— dijo mientras pasaba su brazo por mi hombro. Ambos reímos.
—Ya en verdad.
—Vamos a ir a un pueblito.— dijo sonriendo.— Es pequeño y nadie nos reconocerá.
—Deja irme a cambiar.— dije tratando de ponerme de pie.
—Cual cambiar, así estar perfecta.

Me obligo a subir al auto, ya que yo no quería ir así vestida con un simple vestido de tirantes y unos vans.