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Llegamos a eso de las 12 a la casa y automáticamente me encerré en el cuarto con llave, no quería que viniera a decirme perdón. Yo nunca le había dado razones para que me dijera eso.

Llore gran parte de la noche, ni siquiera me había cambiado de ropa y en algún momento de la noche el sueño me venció.

Unos golpes en la puerta me hacen despertar y sin ganas me levantó, miro el reloj y eran las 12:47 de la mañana ¿a poco había dormido tanto? Camino hacia la puerta en el espejo me observó los ojos rojos, los pómulos hinchados, los cachetes rojos y el cabello alborotado.

Maldición estoy pésima, los golpes se hacen mas insistentes y recuerdo lo que Christopher me dijo; automáticamente me siento mal al recordar.

— Vete Christopher, dejame sola.
— Abreme Dul...— se escucha del otro lado, pero su voz suena diferente.
—¡No! Vete.— pero sigue tocando con golpes bofos en la puerta, no pienso abrirle nunca y me voy a la cama nuevamente, me acuesto en posición fetal y así me queso mientras los golpes continúan por otro rato con palabras cortas y raras que dice Christopher.

Pero ahora algo me inquieta ¿porqué demonios estoy actuando así? Nunca me había puesto así por alguien, ni siquiera cuando Memo me trato de golpear y lo que hice fue terminar la relación sintiendo que me quitaba un peso de encima, pero la actitud de Chris me duele en lo mas profundo del alma, me lastima.

Otra vez el dolor provoca que vuelva a dormir; pero cuando me levanto de golpe mis tripas me gruñen y siento mucha hambre, me doy una ducha rápida y me pongo un short con una camisa de tirantes hoy no iremos a ningún lado porque no quiero tener a Chris cerca.

Bajo y todo esta en silencio, quizá el si salio y se olvido de mi aquí, de todos modos para que me molesto quizá ya esta tras de unas faldas. No importa me digo de todos modos, camino por atrás hacia la cocina y preparo unos sándwich de jamón con un gran vaso de jugo camino hacia la sala y encuentro lo peor que me puso pasar.

Christopher tirado en el suelo, dejo lo que traía en una mesita y corro hacia el.

—Chris, Chris...

El no reaccionaba, lo moví varias veces hasta que abrió los ojos y me sonrió, pero tenía los ojos rojos y apestaba a alcohol.

—¿Que hiciste?
—Dul...— dijo casi hipando, olía a alcohol demasiado, su ropa estaba sucia.

Como pude lo ayude a parar, solo se aferraba a mi y decía cosas sin sentido. Lo lleve hasta el sillón mas cercano, pero cuando lo iba a acomodar me atrapo entre sus brazos yo intentaba quitarlo de encima, pero parecía peso muerto.

—Chris sueltame.— le dije.
—Dul... Mi bonita Dulce.— dijo medio audible.
—Chris quitate.— le pedí, pero no lo hacia su mano subió a mi rostro y delineaba mis facciones.— Dejame salir.
—No, no, nou... Tu nunca.— un hipido lo interrumpio.— Nunca mas vas a salir con ese... Con eseee...
— ¿Con ese que?.— trate de saber que demonios le pasaba.
— Ese...— señala hacia la puerta.— Nomas quería... — me toca nuevamente la mejilla.— Quería tocarte... Y yo no.— hipo en mi cara y cerré los ojos por auto reflejo.— Tu no puedes salir con nadie... Nadie.— seguía delineando mi rostro y jugando con no cabello.— Tu solo mia, te necesito.— dijo a media palabra y me beso, ahí deje de ser yo, sus labios sobre los mios no reaccionaban hasta que deje de pensar, le devolví el beso permitiéndole entrar en mi boca, sus labios se sentían como la seda y su lengua me disfrutaba, nunca me había besado así mas que cuando fue el último concierto, pero este subió de tono cuando no pude reprimir un gemido de lo sensual que fue ese momento.

A partir de ese momento deje de pensar y me dedique a sentir como su cuerpo enlazaba a la perfección con el mio, como nuestros cuerpos vibraban siendo uno mismo.

Que tonta fui al pensar que ese nosotros iba a durar.

REALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora