20 -Parte Uno-

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Primera parte. No se si quieren que la parte dos la narre Christopher ¿Ustedes díganme?
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Cuando desperté, me di cuenta de todo lo que pasaba; mis hijos no estaban. Christopher estaba en la misma habitación que yo y ahí me di cuenta que era la sala de la casa. Recordé lo que me platicó de Maite y me pare de inmediato.

—Christopher.— el volteo hacia mi y me sonrió triste.
— Los están buscando.— pensé que todo era mentira, pero no me lleve las manos al rostro y llore, mis hijos no estaban conmigo.
—¿Dime donde están?.— pregunte como suplica.
— Los vamos a encontrar.— dijo para tratar de calmarme.— Ya están cerradas las fronteras y se levanto una alerta ámbar en todo el país. No puede estar lejos.
—¿Y Alexander?
— Lo había dejado con mi mamá y se pudo evitar que también se lo llevara, están viajando para acá todos.

El tiempo pasaba lento para mi, mis ojos se habían secado de tanto llorar y cualquier llamada me daba esperanza pero también me las quitaba a no saber si era ellos o no. Su familia y la mía llegaron de en unas cuantas horas que a mi se me hicieron días, cuando Alexander entro mi mundo se volvió a venir a abajo, mis hijos y el tenían la misma edad pero el de perdida si estaba con su papá. Era poco parecido a Maite, solo en el cabello oscuro cuando llego abrazo a su papá mientras lloraba, Maite había aparecido en la casa de sus abuelos y como él no quiso irse con ella lo había golpeado, en su mejilla se notaban tres rasguños donde estaba todo rojo en su carita si eso le hizo a su propio hijo que no seria capas de hacerle a los que no eran de ella. Alexander se fue a la habitación de los niños con su abuela a descansar y me volví a quedar sola con Christopher.

—Dulce necesito contarte todo.— yo sólo dije que si con la cabeza, sabia que el estaba igual de mal que yo pero trataba de ser fuerte para que yo no me derrumbara.— Maite sabia que te quería, le había contado, ya que se había ganado mi confianza, ella iba a ser la madrina de la boda.— se río sarcásticamente.— Eso era lo que ella siempre me decía. Yo la quería como amiga pero no mas, cuando nos casamos sabes que mi vida fue un infierno y también para Alexander, el era un bebe y le negaba el alimento, incluso lo dejaba sucio del pañal por horas provocándole grabes infecciones estuvo apunto de morir. Ahí me di cuenta que la familia que trataba de llevar era mentira todo era insoportable, ella metía hombres a la casa y Alexander en ocasiones presentaba los actos, pero era pequeño así que con estudios psicológicos se logro borrar esos episodios en gran medida, pero el me pedía a su madre. Prácticamente desde los 2 años y medio de edad vivió conmigo hasta los 5 sin ver a Maite, la denuncia no procedió ya sabes como es la política y leyes aquí, aparte tenia todas las de perder ella era la madre y yo no, con un estudio de ADN ella me podía quitar a lo mas preciado que tenia y lo único que me mantenía en pie.— las lágrimas salían de su rostro sin querer y se las limpiaba con las manos, estaba enfrente de mi y quería yo limpiar las lágrimas pero no podía.— Así que no le negué que viera a Alex y ella cada fin de semana pasaba por el. El divorcio fue una tortura, ella no lo quiso firmar y seguido me amenazaba diciendo que se iba a matar, en varias ocasiones la encontré con frascos vacíos que supuestamente se había tomado y la tenia que llevar al medico, su escusa siempre fue esa hasta que descubrí que no eran nada letal mas que paracetamol, como su vida ya no me interesaba me amenazo con quitarme a Alexander en una ocasión que le llego el citatorío del juzgado por la custodia y el divorcio se llevo a Alex por varias semanas, no sabia donde estaban y como ella había llamado al juzgado para decir que había salido por trabajo y necesitaba atrasar el juicio no paso nada y ella no aparecía, los busque por mar y tierra hasta después de tres semanas. Alex estaba bien pero ella no, tenia golpes y dijo que yo le había hecho eso. Los jueces casi lo creen pero era mentira, ella me amenazó con un cuchillo afortunadamente venia la señora del aseo que ella presenció el ataque y me dieron la custodia y el divorcio hasta que supuestamente ella estaba curada, había ido a ayuda psicológica y estaba medicada, pensé que había cambiado por Alex hasta que tu regresaste.— me tomo las manos.— Hace poco descubrí que ella sabia que tu estabas embarazada e hizo lo posible para que no supiera yo eso y le funciono, ve todo lo que nos pasa.

Me sentí culpable por haber regresado, pero Christopher me hizo ver que la única culpable era Maite y su engaño. No le pude decir nada ni una palabra de aliento, yo estaba destruida solo lo pude abrazar ya que el vivió esta tortura de una manera más cruel. Nos abrazamos hasta que se escucho el teléfono sonar, los de la policía nos hicieron una seña para que Chris contestara. 

- Manten la llamada lo mayor posible.- nos dijo el chico del grupo de investigación.

- Hasta que contestas.- dijo ella, mi sangre me hervía.

— ¿Maite? ¿Devuelve los niños a Dulce?.- dijo Chris.

—Pero si están bien aquí. — dijo ella con calma.— Ya sabes lo que quiero y te puedo regresar a tus hijitos.

—Maite sabes que lo nuestro nunca funcionó. — dijo Christopher.

Maite se había llevado a los niños desde ayer y apenas hoy se había comunicado con nosotros, llevaba toda la noche sin dormir llorando por mis hijos. Después de realizar la denuncia la policía se había instalado en la sala con diferente equipo. Christopher seguía a mi lado dándome palabras de aliento. Maite había hablado pidiendo que Christopher se reuniera con ella y  proporcionar una avioneta para irse con él.

- Regresa a los niños.- dijo Christopher.- Esta bien ahí estaré.- El inspector a cargo del caso había planeado una emboscada, había la posibilidad que funcionara. Era lo único que podía hacer algo para traer a mis bebes de vuelta.- No quiero trampas, yo por ellos y nos iremos de aquí. Mas te vale que los niños estén bien.- amenazo Chris.

-¿Por qué no les dices por lo que son? tus hijos.- rió de manera sarcástica.- No te preocupes yo ya les conté quien eres y te odian.

- ¡No les digas nada!.- grito Chris.

- Adiós amorsito.- dijo antes de cortar la linea, yo mire al señor que monitoriaba la llamada me miro y sonrió.

- La tenemos.- dijo y me puse a llorar, era lo único que podía hacer; pero fueron lagrimas de felicidad mis hijos iban a regresar conmigo.

De inmediato se pusieron a trabajar, daban ordenes y gritaban por toda la casa, Christopher estaba con ellos a mi me prohibieron acercarme lo único que pude escuchar es que era peligroso donde se encontraban. Todos se empezaron a uniformar, era un total de 25-30 personas las que veía en mi casa cambiándose, tomando armas y poniéndose equipo antibalas. Vi a Christopher quitarse la camisa y sostener algo negro en la mano; mi sangre bombeo al instante y me acerque a el.

- ¿Que haces?.- pregunte a un paso de el, me miro y sus ojos confirmaban lo que pensaba.

- Debo ir, ella me quiere a mi.- mi vista se empaño.

- No...- susurre.- Por favor Chris no vayas.- le suplique.

- Mi amor.- me dijo sonriendo.- Te necesito tanto, pero mis hijos, nuestros hijos son mas importantes.- dijo con una leve sonrisa.

- Quédate por favor.- presentía algo horrible en el pecho, mi corazón se estrujaba de solo mirarlo.- El servicio los va a trae de vuelta ya están acomodados.

-Lo se y confió en que todo salga bien. Pero soy el plan b.- me tomo entre su pecho y sentí su corazón latir en la misma sintonia que la mía.- Regresare te lo prometo, regresaremos los tres con bien. Lo se.- me acariciaba el cabello y yo solo lloraba me alejo de su pecho para que lo mirara en sus ojos había miedo, sentía que esto era una despedida.- Cuando me vaya me debes jurar cuidar a Alexander como tu hijo, es un niño fenomenal y amoroso.- solo asentí.- Eres una estupenda madre.

- Vas a regresar.- dije, pero en ves de sonar como afirmación sonó como pregunta.

- Si, regresare. Me enamore de ti desde que me dijeron que tu ibas a ser Roberta, siempre te veía en la tele como Marcela y me preguntaba ¿Que hacia un ángel ahí?.- rió por lo bajo abrasándome.- Es lo que eres para mi, hice muchas estupideces y me daba miedo acercarme a ti. Tenia pensado el ultimo día de las vacaciones pedirte algo.- me separo y tomo algo de su bolsa.- Siempre supe que eras tu, siempre fuiste tu, recuerdo todo lo que vivimos cada una de ellas. Mi ángel de cabello rojo, mi Roberta, mi Dulce, mi realidad, lo eres todo para mi y te quería pedir que si te casabas conmigo.- me puso el anillo.- Este anillo es el símbolo de mi amor, por 10 años lo he cargado en mi cartera esperando el momento para dártelo.

-Si, quiero casarme contigo.- lo bese; era lo que mas deseaba en este mundo tenerlo para siempre conmigo. Pero mi corazón me decía que era una despedida.- Regresa con nuestros hijos, por favor.- lo volví a besar y se fue de mi lado.- Te amo.- dije a lo lejos cuando subió a ese auto, me miro y me dio una sonrisa triste.

REALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora