- ¡Espera Kid! – había exclamado el detective por la sorpresa de verse en el aire - ¿A dónde vamos?
- Cuando me fui anoche de casa del profesor, cogí prestado un botón localizador - le explicó Kid - Aunque me registraron, no lo vieron porque lo llevaba escondido en mi boca. Sin que se dieran cuenta, se lo puse en la ropa a mi asistente. Gracias a tus gafas rastreadoras podremos encontrarle ahora, y detener a la número uno de la banda.
- Eso fue muy astuto – tuvo que reconocer Conan – Pero tu ala delta se mueve con la corriente, ¿cómo vamos a seguir una dirección concreta?
Kid no dijo nada y se limitó a dar al botón que activaba la hélice que poseía su planeador y con la que podrían dirigirse a donde quisieran. Conan sonrió al ver que el mago lo había planeado todo, y activando sus gafas, se dispuso a indicarle a Kid dónde se hallaba su amigo preso.
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Tras llevarse a Kaito, Jii se había quedado solo de nuevo, pero eso fue por poco tiempo ya que en seguida un par de hombres habían entrado en la habitación y tras quitarle los explosivos, procedieron a vendarle y amordazarle. Después le habían obligado a levantarse y a andar.
A continuación le habían subido a empujones a un coche. A su lado se había sentado aquella mujer, sabía que era ella ya que hasta su nariz llego su perfume. Estuvieron en el coche mucho tiempo, o al menos eso le pareció a Jii.
Cuando llegaron a su destino, prácticamente le sacaron de un tirón del vehículo y a rastras le condujeron al interior de un edificio. Aquel era un lugar abandonado ya que no se oía ningún otro sonido, salvo el de sus pasos.
Finalmente, oyó chirriar una puerta metálica al abrirse, le empujaron al interior de la habitación que había al otro lado de dicha puerta, cerraron la puerta de nuevo con un golpe seco tras él y el pobre Jii volvió a quedarse solo y tembloroso, preguntándose cuál sería su suerte.
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Kid ni siquiera miraba a Conan mientras éste último hablaba con Hattori por el móvil, dándole su posición para que se reuniera allí con ellos y trajera de paso a la policía. Se hallaba observando el lugar donde habían aterrizado. Estaban en la azotea de un antiguo banco que, a causa de algún tipo de quiebra económica, se hallaba cerrado.
- ¿Estás seguro que es aquí? – le preguntó para asegurarse a Conan. Dudaba que fuera el mismo sitio donde le habían retenido a él también.
- Si – Conan colgó a Hattori y volvió a activar sus gafas, en ellas se veía un punto rojo parpadeando – Tenemos que bajar algunos pisos…
Kid se acercó a la puerta que daba acceso al edificio y comprobó que no estaba cerrada. Una escalera apareció ante él, que descendía hacia la oscuridad. Conan se situó a su lado y
encendió su reloj-linterna, enfocando los escalones. Bajaron poco a poco, pendientes de cualquier ruido que indicase la presencia de alguien además de ellos.Se hallaban en el tercer piso, cuando encontraron una habitación que antes debía ser un despacho. Pero ahora la habían acondicionado como almacén. Kid entró y estuvo inspeccionando el lugar. Encontró bastantes cosas para hacer un buen show de magia. Conan le miraba con curiosidad ir de aquí para allá. El mago se giro y le miro con sonrisa pícara.
- ¿Qué opinas, Detective? ¿Quieres ser mi ayudante?
Los Ladrones se habian acomodado en una sala de conferencias en el segundo piso. La mujer paseaba por la estancia, consultando de seguido su teléfono. Empezaba a pensar que algo había salido mal en el robo, ya que a estas alturas debería tener noticias de sus hombres.
El sonido de un timbre de bicicleta se dejó oír de repente por los pasillos. Primero parecía que venía de los pasillos superiores, pero después empezó a oírse en los inferiores.
- Silver, Gold, ir al primer piso. Osmio, Iridio, al tercero - les ordeno la mujer a sus hombres.
El tercer piso parecía estar desierto. Los dos hombres iban preparados con sus armas, dispuestos a disparar contra cualquier cosa que se moviese. De repente, Conan apareció ante ellos, armado únicamente con una escoba. Al verles puso cara de susto y dando la vuelta salió corriendo.
Tras la sorpresa inicial, los Ladrones corrieron detrás de él, persiguiendole hasta llegar a una esquina donde el pasillo hacia una curva. En cuanto giraron, una lluvia de cartas que parecían salir de la nada cayó a sus pies, explotando y creando una nube de humo. Los hombres tosieron e intentaron retroceder, pero un balón proveniente del otro lado del humo apareció. Lanzado a gran velocidad, impacto contra el estómago de uno de ellos tirándole al suelo y dejándole sin conocimiento. El otro ladrón se dispuso a disparar hacia el lugar de donde parecía que había venido el balón, pero fue golpeado en la cabeza por una lata de pintura y cayó junto a su compañero.
- Debo admitir que este truco fue muy ingenioso - comentó Conan al pasar al lado de los dos hombres, y contemplar el techo donde habían sujetado algunos clips y a los que habían puesto gomas elásticas a modo de tirachinas.
Así Conan había lanzado las cartas que le había dejado Kid.
Mientras eso ocurría en el tercer piso, en el primero los otros dos ladrones buscaban al intruso. Una tela blanca ondeo a una distancia de ellos, y sin pensarlo se lanzaron a seguir a Kid. Éste les dejo perseguirle un trecho hasta llegar a una parte del pasillo cortada por unas obras que jamás se terminaron.
- Está vez no tendrás tanta suerte, mocoso - se burló el tipo llamado Silver, mientras se tocaba el arañazo que le hizo Kaito el día anterior - me voy a dar la satisfacción de matarte por fin.
Kid se volvió hacia ellos, manteniendo una gran sonrisa presuntuosa. Sin decir palabra, se agacho y al tocar el suelo con la mano, éste se prendió de pronto como si el fuego lo hubiera creado él. Había procurado mantener oculto el mechero que había usado.
El fuego se propagó rápidamente siguiendo una línea en el suelo y trazo un círculo que rodeó a los ladrones, dejándoles atrapados. Los dos hombres gritaron de terror.
- Si queréis vivir vais a tener que responderme a una pregunta - les instó Kid, no tenía mucho tiempo ya que una vez se consumiese el disolvente que había usado para encender el fuego, éste se apagaría solo- ¿Dónde está mi amigo?
- Je, en el segundo piso - le respondió con una sonrisa mordaz el tipo llamado Gold - en la cámara acorazada... No debe quedarle mucho aire.
Al oír aquello, Kid sintió que le ardía la sangre. Cogió un ladrillo de las obras y sin ningún miramiento se lo lanzó a la cara de una patada. El tipo cayó hacia atrás. Antes de que Silver pudiera reaccionar, Kid le disparo una carta anestesiante, poniéndole a dormir junto su colega.
- Me pregunto si el Detective se siente tan bien cuando lanza cosas de una patada contra sus adversarios... - pensó Kid para sí mismo mientras corría a buscar a Jii.
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Destinos Cruzados
FanficDurante el robo de una joya en el museo Suzuki, Conan intentará atrapar una vez más al escurridizo mago ladrón Kaito Kid. Pero alguien más quiere la joya. Una banda de ladrones que fue enviada a la cárcel por el primer Kaito Kid, el padre de Kaito K...