Conan había subido corriendo hasta el último piso del Hotel Haido y de un empujón abrió la puerta que conducía a la azotea. No vio a nadie allí. Quizás se había equivocado en su deducción.
La brisa de la noche le dio en el rostro mientras se acercaba a la barandilla y contemplaba la ciudad dormida. Que estúpido se sentía. A esas horas Kid estaría ya muy lejos.
- Hola niño - le sobresaltó una voz, rápidamente se volvió y vio a Kid detrás suyo con su típica sonrisa presuntuosa - ¿Qué haces en un lugar como éste?
Como la anterior vez que se habían encontrado allí, Conan no le había oído llegar. Contempló como el mago se acercaba silenciosamente a donde él estaba y poco a poco una sonrisa apareció en sus labios.
- ¿Sabes que la primera vez que te vi, pensé que llevabas un disfraz de mal gusto? - le dijo a Kid - Aún lo creo.
Con una carcajada, Kid se coloco frente a él y durante un rato no se dijeron nada, solo se observaron mutuamente.
- Me sorprendiste hoy - rompió el silencio Conan - Tus deducciones ayudaron a detener a una criminal que había eludido a la policía durante muchos años. Pero la información que usaste no nos la dijo Hattori... ¿De dónde la sacaste?
- Tú tienes tus fuentes, yo tengo las mías. ¿Que importa cuáles fueran si llevaron a la verdad? ¿No es lo que buscas siempre?
- Tienes razón, tal vez sea mejor dejar algunas cosas como están. ¿Tu cómplice...?
- Si, mi colega esta a salvo. Aprovechando el caos de la policía registrando el lugar, se camuflo como un agente y escapó. Supongo que mantendrás tu promesa...
- Si. No usaré nada de lo que he averiguado sobre ti en este caso para arrestarte o revelar tu identidad. Pero desde este momento, tú y yo volvemos a ser rivales. De modo que la próxima vez que nos veamos iré a por ti.
- Pues entonces... - Kid se situó sobre el bordillo de la terraza y abrió su ala delta - Hasta que volvamos a vernos, Gran Detective. Y gracias por salvarme la vida.
- ¡Kid! - le llamó Conan antes de que saltará, sentía que necesitaba aclararle algo que había quedado pendiente entre ellos después del día del mágico paseo aéreo. El ladrón le miró curioso - Yo... también sé soñar...
Kid le dedicó un saludo con su sombrero a Conan y se alejo volando. Éste le siguió con la mirada hasta que se perdió en la noche.
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Aoko estaba feliz. Kaito estaba disfrutando de la fiesta de cumpleaños que ella le había organizado. El chico se hallaba riéndo y haciendo trucos de magia para sus compañeros de clase y amigos y Aoko sentía que su corazón se liberaba de la angustia vivida los últimos días.
Jii mostraba algunos moratones y heridas, pero había dicho que eran resultado de la explosión de gas que había sufrido su local. Aoko le había preguntado sobre qué haría ahora y él la había respondido que contaba con unos ahorros para los arreglos, y que de hecho llegaría a ser un lugar mucho mejor de lo que era después de la reforma. No había nada por lo que preocuparse.
Kaito se había ofrecido para ayudarle en lo que hiciera falta. Eso era lo que más le gustaba a la chica de su amigo de la infancia, como se preocupaba por la felicidad de quienes le rodeaban.
- Feliz cumpleaños... Kaito - murmuró Aoko mientras sus mejillas se volvían rojas al mirar al mago.
- Ey, ¿habéis oído las últimas noticias? - comentó en voz alta Keiko, su compañera de clase - Se va a sacar a subasta en Nueva York una obra de Van Gogh que se creía desaparecida en Japón... Los Girasoles.
¿Fin? Continuará en la película 19...
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Destinos Cruzados
FanfictionDurante el robo de una joya en el museo Suzuki, Conan intentará atrapar una vez más al escurridizo mago ladrón Kaito Kid. Pero alguien más quiere la joya. Una banda de ladrones que fue enviada a la cárcel por el primer Kaito Kid, el padre de Kaito K...