Tenía a su víctima atada por los pies y los brazos a una de las sillas de la suit, con la cara medio destrozada por los puñetazos que había recibido.
Había conseguido colarse sin problemas, burlando la seguridad de los nuevos hombres de Mark, de los cuales Hwall se había encargado al otro lado de la puerta. Jun les había dado acceso a todas las cámaras de seguridad y Taeyong había peleado con los pocos hombres de su padre que quedaban, revelándose ante los otros.
Le había perdonado la vida a Evan, el cual se arrastró hasta sus pies, suplicándole que tuviera piedad. Lo miró tan patético que le permitió escapar lejos, no le quería volver a ver la cara y menos darle la oportunidad de volver como miembro del clan.
Así, Mark era el único que quedaba en la sala junto a él, medio demacrado.
Tuvo la tentación de matarlo de una vez, pero le quería hacer sufrir todo lo que le había hecho a él, así que se limitó a dispararle en una pierna y verle desangrarse.
- Esa va de parte de Ryujin, que ha muerto por tu culpa, escoria.
El otro comenzó a reírse maníacamente con los ojos desorbitados, sorprendiendo al chico que empuñaba la pistola.
- ¿Te piensas que no sé que está viva? Oh, vamos, Jungkook, creía que serías más listo.
- Te has vuelto puto loco, Marcus. Y voy a acabar con tu miserable vida ahora mismo.
Se acercó cabreado para colocarle el arma sobre la cabeza, lo cual le pareció más que gracioso al otro, que no paraba de reír como si no le importara.
- De hecho, me da más miedo ella que tú ahora. Deberías de estar apuntándola en vez de a mí porque te lo va a quitar todo, ¡TODO!
- ¿A qué te refieres?- Le dijo Jungkook confundido por sus palabras, apretando más la pistola contra su frente.
- Lo que oyes. ¿Te ha dicho ella quién es en realidad? ¿Sabes algo más de su vida a parte de tirártela cuando puedes?
Jungkook le dio un golpe con la culata en la mandíbula a Mark, haciéndole escupir sangre mezclada con saliva, que se le acumulaba por reírse.
- ¡Habla claro de una puta vez!
- Te daré una pista. ¿Tienes alguna idea de lo que representa a nuestro clan? El símbolo.
Jungkook estaba más que harto de sus cambios de temperamento y sus jueguecitos para tratar de retrasar su inevitable muerte.
- Sí, un dios dragón rojo y, como no te calles de una maldita vez, puede que repita el ritual de iniciación en tu cara.
- En el fondo eres tan sádico como tu padre lo era.- Aquella comparación alteró sus nervios, propinándole un puñetazo en el ojo.- ¡Joder, hijo de puta! Oh vamos, Jungkook, deja de jugar sucio y piensa un poco en la mitología japonesa.
- ¡Que hables claro de una puta vez o te vuelo la cabeza, Mark! ¿Qué tiene que ver ella con el dragón?
- La tenemos todos tatuada en la espalda... yo tardé en darme cuenta, fui un estúpido.- Dijo medio ido Mark, mirando al fondo de la estancia.
Un silencio se hizo presente en la sala, dándole el tiempo que necesitaba para darse cuenta de todo lo que había detrás de su cicatriz.
- Ryujin... el dragon rojo es... Ryujin, dios del agua...- Se cayó él de rodillas, en estado de shook, sin dar credibilidad a sus propias palabras, que no quería escuchar. Por fin había conectado los puntos para entender a lo que se refería.
- ¡Bingo!- Se volvió a reír el otro, como si acabaran de descifrar un acertijo.- Dilo, Jungkook. ¡Di qué significa!
Quería verle hecho pedazos. Y lo había conseguido. Había destruido a todos los Jeon que quedaban.
- Ella es...- Negaba con la cabeza.- No.
- Su padre lo fue antes que el tuyo, antes de que el tuyo lo matara. Ryujin es líder por sangre de todo el clan. ¿No te lo había dicho tu novia?
- ¡Cállate!
Perdiendo el control se abalanzó contra Mark y le empezó a pegar a golpes hasta dejarlo medio muerto. El otro le gritaba por encima de la sangre que borboteaba de su boca, atragantándolo.
- Tú me vas a destruir pero ella te va a destruir a ti. Te hará pedazos hasta que no quede nada, te destronará y no serás nadie, ¡todo tu poder es de Ryujin ahora!
No paró hasta darse cuenta de que se había callado y no podía distinguir quién era entre los golpes y la sangre de su cara. Hwall entró corriendo para sacarlo de allí, cuando las sirenas de policía se hicieron cada vez más nítidas en sus oídos.
Lo arrastró fuera mientras él pataleaba y se negaba, queriendo volver para acabar con su vida. Todo a su alrededor se volvió en silencio, incluso sus propios gritos por encima de su saliva y la sangre salpicada en su boca. La rabia le corrompía, arrastrándose por el suelo, y no le dejaba pensar con claridad.
Consiguieron huir a tiempo junto a Jun y Taeyong, que había recibido un profundo corte en el costado, se encontraban en los asientos de detrás de su deportivo.
Jungkook se quedó hundido todo el camino, pensando en qué diría o haría cuando viera a Ryujin a la cara después de tanto tiempo. ¿Sabía ella que el clan y todo su dinero por herencia eran suyos? Le preocupó que, después de todo por lo que había pasado, tuviera que elegir un estilo de vida que odiaba.
Unas gotas de lluvia rodaron por el cristal de la ventanilla, acompañando el sentimiento del chico como si fuera la noche perfecta para arruinar la vida de la persona de la que estaba enamorado. Se hizo pedazos al recordar que no era la primera vez que la hería y, desgraciadamente para ambos, supo que no sería la última.
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Oigo tu corazón || Jungkook
Fiksi PenggemarÉl creía que era lo peor para ella, un monstruo que no podía mantener calmados a los demonios que lo perseguían en su cabeza. Lo que no sabía, es que ella sería un lobo disfrazado con piel de cordero para él. **Esta historia está registrada en Save...