No insistí el resto de la semana, no quería que me odiara en un intento de agradarle. Preferí dejarla con sus pensamientos y con pasos de bebé acercarme a ella, con cautela casi como un león hambriento frente a su presa.
La presa, entendí después, fui yo.
ꟷQue tengas un bello día, cielito.
Beso la mejilla de mi madre y con la mochila cargada al hombro me retiro de casa, pensando en mi próximo paso para acortar la enorme distancia que separaba su corazón del mío.
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Sin mirar atrás
Teen FictionThiago conoce pocas cosas sobre el amor, pero está seguro que es lo mejor que puede sucederle a un ser vivo, sin embargo nunca imaginó que enamorarse podía ser sinónimo de destrucción, que podía llevarlo a lo alto a la vez que enterrarlo bajo tonela...