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La rutina era aburrida para muchos, para mí era una bendición. Poder observarla cada noche desde la recepción del estudio me daba paz. Sin embargo, la paz se desvanecía rápidamente cuando nuestros ojos se encontraban a la distancia mientras subía a un auto desconocido hacia un destino sin fin.


Sin mirar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora