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Caminé con las manos en los bolsillos, la noche era cálida en contraste con el resto de las anteriores donde difícilmente se podía salir sin abrigo. Sentí que el cielo era un fiel reflejo de cómo se encontraba mi ánimo.

Con eso en mente, acorté la distancia entre el salón y la esquina donde cada noche esperaba a su próximo cliente con la vista ida y el corazón doliendo.

ꟷBuenas noches.

Sus ojos se alzaron al cielo, rogando por paciencia, supuse.

ꟷHola, Thiago.

Sentí mi corazón expandirse y amenazar con escapar de mi pecho. Había recordado mi nombre y no había placer más grande que ver un mínimo de interés en sus ojos.

ꟷ¿Cómo te encuentras esta noche?

ꟷAburrida.

Finalmente dirigió sus ojos en mi dirección y el alma se me partió en un millón de pedazos al ver su nariz colorada cual tomate, y un residuo de lo que era su perdición en un costado.

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Hola, lectores.

No he escrito notas de autor en los anteriores capítulos por miedo a que les molestara visualmente, sin embargo siento que no me conecto con ustedes si no lo hago razón por la cuál empezaré a hacerlo.

Espero que les esté gustando la historia y dado que tengo tiempo libre hasta que empiecen los exámenes en la universidad, estaré actualizando más seguido.

Que tengan un bello día y sean muy felices.

Sin mirar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora