- No puedo seguir así.
-Por Favor Leicy mírame, entre tu y yo pueden haber miles de inconvenientes pero siempre hemos sido a tu y yo nada más. Hemos podido salir adelante mi vida es gracias a ti.
- Lo siento no puedo seguir.
- Por favor dame otra...
Hoy más que ningún día, he amanecido muy de malas. Y la verdad es que no se el motivo, solo me molesta todo lo que hacen a mi alrededor. Y hoy mi alarma no sonó, ahora son las nueve y cinco y yo entraba a las ocho, genial tarde.
Me levante, y me fui a bañar, seguido de eso me lave los dientes, me puse mi bata y me fui a mi armario, escogí un vestido negro ya que era lo más sencillo y que necesitaba menos tiempo. El vestido es demasiado lindo, arriba es pegado al cuerpo con brillos y abajo es tipo campana, es sencillo pero lindo. Escogí unas sandalias negras. Me cepille el cabello, fui a saludar a mi madre y ya no estaba.
Recogío mi bolso y y mis llaves y salí. Al salir había una nota en el suelo, color blanca y roja " muchas gracias por tu amor y devoción, te lo devolveremos de igual forma" con amor la familia THL. Pense que era una broma igual que todos los ineptos que le mandaban mensajes a mi madre diciéndole suegra y estupideces.
-Hola princesa, tú dragón llego al rescate.- comento Marck cuando llego por mi.
-Gracias a Dios. Vamos a llegar más tarde Marck, apúrale. -comente yo un poco enojada.
-Bueno princesita gruñona. - respondió Marck antes de acelerar su auto.
Al llegar me baje lo más rápido que pude, la verdad estaba muy molesta. Al llegar mi casillero decía, por favor llegar al gimnasio att: tu admirador.
En el trayecto de mi casillero al gimnasio intento pensar en quien era mi "admirador" pues no sabía de nadie lo que lo fuera, casi llegando me topé a Elsa y a Ian, ella como siempre iba sonriendo, mientras que Ian se mostraba muy molesto por alguna situación al verme Ian cambio su mirada a confusión.
- A donde vas? La clase es en totalmente el otro extremo. -añadió Elsa sonriendo forzosamente.
-Recibí una nota que alguien llamado "mi admirador " me quería ver en el gimnasio.-añadí natural
-Fijo es otra broma de Marck, ya sabes cómo es el. -añadió Elsa otra vez con su sonrisa.
-No, yo venía con el.- añadí confundida por su actitud.
-Igualmente te vas a saltar una clase - añadió Ian con rostro con enojo pero a la vez confundido como yo.
-Y? Nunca fui de las ejemplares. Solo veré que quiere de mí. Y además se defenderme sola, así que adiós chicos sigan en sus peleas de pareja. -añadí enojada la verdad estaba un poco molesta con Elsa por por su maldita forma de sonreír forzada y con Ian por intentar manipularme, no soy una niña se cuidarme.
Seguí caminando, no logré escuchar lo que llegaron a decir, y la verdad no lo quería hacer estaba muy molesta. Y cómo dije estaba molesta con todo el ser que respirara. Seguí mi paso y al doblar a la derecha me topé con mi psicóloga.
La cual se me quedo observando muy raro, la verdad sabía que esa señora no me quería del todo y por eso tenía planeado este próximo año pedirle a el director que por favor me cambiara a la otra psicóloga, que por lo menos me saludaba. Me detuve al fijarme que decía un nombre extraño en su carnet, nunca le había puesto demasiada atención, solo asistía a su rutina, contestaba en monosílabos, me despedía y adiós. Era muy aburrido la verdad. Pero ella tapó su gafete y me sonrió de la forma más falsa que podría existir. Seguí mi camino ya que ahora mi enojo había aumentado con esa extraña actitud.
Seguí mi camino y me faltaba poco por llegar cuando escuché unas voces.
-Te dije que ella no se puede enterar o perderá su maldita confianza. -añadió una voz muy molesta- -Lo siento ma...-añadió una voz hablando muy bajito- - No me digas nada, sabías lo que habíamos hablado y qué haces? Alejarte de ella. Crees que no me ha costado nada todos estos malditos años. -añadió la primera voz un poco más molesta que la primera vez que la escuché- -Pero...-añadió en un susurro que casi no lo noto- - Lo se la quieres, pero no podemos jugárnosla o te olvidas que su familia es...
-Señorita nunca le han enseñado a no escuchar conversaciones que no le incumben.- añadió la maldita psicóloga
-Lo siento señorita. -añadí con una sonrisa más falsa que la que ella me mostró hace menos de 10 minutos
-Es de muy mala educación hacer estos actos y me parece que es una falta a la normativa de la institución... -añadió con una sonrisa de satisfacción
-Mire señorita Psicologa, me vale una mierda lo que sea que hice, y si le molesta espero mi reporte, estoy cansada de usted y sus malditas sonrisas falsas y palabras de repugnancia. La detesto tanto como usted a mi y la verdad usted más que nadie sabe que soy una persona simpática pero sabe que, me tiene hasta la mierda así que o me deja tranquila o enserio voy a terminar agrediéndola físicamente.
Seguí mi camino y enserio se que me pase un poco con las palabras pero no eran más que la verdad. Al llegar me encontré con Stefan, entonces el era "mi admirador".
- Si llegaste, te demoraste. Pensé que no vendrías.- añadió esperanzado
-Eem si, tuve inconvenientes- añadí confundida
- Solo quería decirte unas cosas- añadió sonriendo
-Mm claro qué pasó- añadí sonriendo tímidamente
- Es que tú me gustas desde hace muchísimo tiempo, y quiero que sepas que desde pequeños has sido la persona más linda que ha estado para siempre para mi. -se iba acercando poco a poco- y quiero que sepas que esto no es un error- y me besó.
No fue un beso mágico o por lo menos agradable, era sucio y su boca sabía raro. De verdad que si antes no me agradaba ahora lo repugno. Me separé bruscamente y -No, lo siento esto no lo quiero así- Su cara pasó de confusión a sorpresa y de sorpresa a enojo.
-Pues si tú no quieres, será a la fuerza. - y me sonrió de esa asquerosa forma que sonríen los acosadores de las películas.- y me volvió a besar sujetándome fuerte a él. De un momento a otro estaba en el suelo.
- Te dijo que no quiere invesil- y le pegó de tal forma que si estaba mejor de su nariz, volverá a recuperarse en 4 meses.- Estás bien, mírame, dime que si estás bien, no llores, mírame ahora estás bien. - añadió mirándome fijamente a los ojos-
Y sabía que lo estaba, de alguna extraña razón, lo sabía, ahora lo estaba.