Juntos

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POV Ian

Tire todo, sus fotografías, su cuaderno, sus apuntes, todo. Ella volteó a verme sorprendida y la bese. La bese sintiendo sus dueles y cálidos labios, al poco tiempo me correspondió. La amaba, y por ese siempre hecho, tenia que protegerla con mi vida.

-Necesito hablar contigo -dije apenas terminamos el beso.

-¿Que pasa?- preguntó mirándome.

-Mi padre, el ha regresado. Necesitamos... escondernos -respondí bajando la voz

-Escondernos? -preguntó nuevamente

-Si.- respondí mirando cómo su rostro se contraía y el enojo venía a ella.

-Escondernos? Escondernos de que?, de tu padre, no hemos hecho absolutamente nada. Todo lo hemos echo bien, porque mierda tendríamos que escondernos, dime. -grito levantándose  y seguramente dirigiéndose a su habitación. Ya que escuché una puerta ser cerrada.

Mierda, mierda, mierda. Ahora si estaba en problemas, aunque era cierto, ¿de que nos escondíamos? No habíamos hecho nada malo. Pero claro, recuerda Ian, deja de ser tan estúpido, es la Señorita Starck la que está en peligro, tu novia está corriendo el riego de que...

No no no, tan siquiera lo pienses, nadie lo sabrá, ni siquiera ella. Le enseñaré a pelear y defenderse, pero nunca la alejaré de mi. Ese  monstruo, esa persona sin humanidad, mi padre no la tocara.

-Leicy, abre la puerta. -dije tocando suavemente la puerta de su habitación. Seguido de eso se escucharon pasos y abrió la habitación.

-Linda porque lloras. -por su intensa mirada supe que ya la había cagado.

-Porque crees? Mi novio quiere esconder nuestra relación. ¿Que piensas tú?  Que quiere tener miles de chicas, porque claro eso no le sobran. O se quiere deshacer de mi. Las opciones me parecen viables. -respondió mirándome seria, yo me senté justo enfrente a ella.

-Lo que me parece es que él te quiere proteger, a cómo de lugar - toque su cabello- y lo de las chicas, porque no le dices que me  pase unas, mi novia me odia. - dije en broma.

-De seguro la hiciste llorar -sonrío- Eso es de estúpidos -respondió cerrando los ojos ante mi caricia.

-Ohh Claro, por eso te daré un beso y borraré esas lágrimas. Pero no le digas a mi novia. -rió y yo bese sus ojos y su pequeña nariz, deje miles de besos en sus pequeñas y rosadas mejillas.

-Ian -la mire- somos una pareja, no tenemos que escondernos, no hemos echo nada malo. Quieres protegerme, y eso me encanta, pero así no lo harás. Estás consiente de que si tu padre se llega a dar cuenta que lo escondimos, será peor. Solo quiero afrontarlos como personas capaces de hacerlo.

-Linda, sabes que le hizo mi padre a la primera novia de Roy. -respondí mirando hacia la nada-  una tarde,  estábamos todos menos Roy en la mesa. Nuestra casa con la presencia de mi padre es un silencio total. En un momento, se escuchó una puerta cerrarse y risas. -me tomo la mano-

«Roy entro al comedor con una sonrisa. "Su primera novia" la chica miro con temor a mi madre, pues ella pensaba que lo serio sería con ella. -sonreí recordando su rostro al ver a mi madre- mi madre solo asintió y le regaló una pequeña sonrisa. "Les presento a mi nueva novia" dijo Roy alegremente. Recuerdo que Melissa me hizo una seña que volteara a ver a papá. »

« Y así lo hice, cuando esa chica vio el rostro de mi padre y su maniática sonrisa, su rostro cambió, palideció, no sonreía. Mi padre la miro toda nuestra cena. Elsa entretuvo a mamá y a papá cuando Roy quiso sacarla de ahí cuanto antes. Al día siguiente, Roy llego devastado. Al verme, me pego tan duro que mi muñeca se quebró, pensé que había hecho algo malo. Algo en la empresa de mi padre, con el, con su novia. Pensé que le había gustado a la chica, solo deje que me golpeara.»

«Al ver a mi madre, Roy lloró, lloró como nunca lo había echo y como nunca lo volverá hacer, mi madre nos hizo señas de que nos fuéramos, pero yo me quede detrás de la puerta escuchando cómo Roy le contaba cuantas veces había abusado de ella, cuantas veces la había golpeado, cuantas veces ella gritaba el nombre de Roy y el no podía ayudarla. Mi padre la mato, justo enfrente de mi hermano y su boca salió un "tus novias deben ser personas fuertes, las frágiles deben de morir"»

Voltee a ver a Leicy, y ella me miraba, sabía que esos preciosos ojos no deberían de sufrir, sus labios no debían sollozar. Ella no debía de sufrir, y de eso me encargaría yo.

-Se que eres una persona fuerte mi niña -la miré- y se que no importa cuantas trabas nos pongan, tú podrías seguir solo por estar junto a mi; y no lo dudes yo también lo haría -le toque la mejilla- pero siempre hay que tener ventaja. Por eso, tienes que aprender a defenderte. Y yo te enseñaré, si? -Si mirada estaba llena de dudas, pero cómo siempre mostró una angelical sonrisa y asintió. Y es que si yo llegaba a perder a esta niña, mi humanidad se iba con ella. Tal y como pasó con Roy.

Ella me abrazo y yo la alce, su sonrisa estaba ahí, sus manos en mi pecho y sus ojos completamente cerrados. Y es que no podía dejar de ser feliz. Pues la amaba, la amaba infinitamente. Por eso la protegería. Por eso la añoraba, por eso no dejaría que un estúpido como mi padre la tocara.

La amaba como nunca pensé que llegaría ha amar a alguien. La amo como nunca en mi vida pensé que podría salir de mi. Y sabía que ella me amaba de la misma forma o más, pues en ella había demasiada bondad y amor para todo el mundo, por lo que ella podía amarme más a mi.

La miré y no pude evitar sonreír, pues La Niña que me había robado el corazón a mis 10 años, estaba justo ahora en mis  brazos. Junto a mi. Juntos.

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"La miré y no pude evitar sonreír, pues La Niña que me había robado el corazón a mis 10 años estaba justo ahora en mis brazos

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"La miré y no pude evitar sonreír, pues La Niña que me había robado el corazón a mis 10 años estaba justo ahora en mis brazos."

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