Al acabar de comer, Suad se ofreció a enseñarles el castillo a los emperadores Mesopotámicos con el único fin de pasar más tiempo con su crush (persona que te gusta), pero sus padres le denegaron el permiso.
-No, Chione se lo enseñará.
-De acuerdo, padre. Dijo él con un tono que representaba cierta frustración.
Suad se pasó la tarde pensando en Abisai, y, por la noche, antes de la cena, sus deseos se hicieron realidad.
¿Que acompañe a Abisai a ver los jardines en esta noche? Será un honor para mí. Dijo él con tal tono de alegría que dejó estupefacto a su padre.
En los jardines, Suad mantuvo una animada conversación con Abisai, en la que se enteró de que compartían muchos gustos, como leer o escuchar música. Por la mente de ambos chavales estaba discurriendo la misma idea. ¿Tendré dicha o desgracia, me amará o no me amará?
-Mira esa estrella. Es preciosa, ¿verdad? -en su mente, quería decir, tan preciosa como tú- creemos que allí vive Hathor, diosa del amor.
-Si, es preciosa -dijo ella- tan preciosa como aquella de allí.
Estaban charlando, la chispa empezaba a surgir, pero en sus cabezas seguía la misma idea ¿Me amará o no. Debería preguntar? Todo iba bien, y cuando parecía que Hathor iba a hacer de las suyas...
-Veras, Abisai, te he conocido hoy, y quiero hacerte una pregunta
-Yo... también desearía preguntarte una cosa.
-¿De qué se trata?
-Tu primero, Suad
La chispa estaba cerca de prender la mecha, ya se vislumbraba el amor entre los dos
-No, tu primero
-De acuerdo. Veras, me preguntaba si querías que fuésemos...
Ella quería decir novios, pero, ¿y si él no compartía sus sentimientos? ¿y si quedaba en ridículo? La chispa estaba tan cerca de prender la mecha, pero, de repente, empezó a llover.
-...Si querías que fuésemos amigos
-Ah... D-de acuerdo
Así que, ahí se quedaron, observando las estrellas como amigos, a pesar de que ambos sintieran algo más fuerte que la amistad.
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Clasocade
RomanceEsta es la historia de dos jóvenes que harán locuras para que su amor prospere.