XIII El comienzo de una nueva era

4 1 0
                                    

- Niñata estúpida. Solo podrás utilizar el poder divino si cumples unos requisitos.
- ¿Qué requisitos?
-Te crees que te los voy a decir.
- Tener un corazón de oro, un alma de plata y un cerebro de cristal...
- ¿¡COMO!? Es imposible que ya estés vivo de nuevo.
Abisai no podía creer lo que estaba viendo. Ella tenía en sus manos el Clasocade, pero eso le daba igual, porque ahora estaba con una persona. Esa persona, no era nada menos que su amado Suad.
-¡Suad! -Gritó ella-
-Abisai, yo también estoy encantado de verte, pero dejemos el reencuentro para luego. Ahora hay que acabar con Daus.
-¿Cómo sabes su nombre?
-He visto a Abasi en mi camino al más allá. Me ha explicado todo, y me ha devuelto la vida que Daus me quitó.
-Vaya vaya, que reencuentro tan tierno. En fin, supongo que me alegro por vosotros. Poco durará vuestra alegría. Voy a acabar con vosotros dos ahora mismo.
-No sí yo puedo impedirlo.
-¡Abasi! ¿Cómo has...?
Te recuerdo que, al igual que tu, heredé la habilidad de teletranspotarme. El resto de elegidos de Ra están rompiendo todos los cristales mágicos que te dan tus poderes. Ahora... ¡Barrus Prote!
Al instante, ante el trío de la luz apareció una barrera rosada.
-Pfff. ¿Piensas que esa barrera detendrá mis ataques?
Daus lanzó su ataque más potente, y, para su sorpresa, la barrera repelió el ataque.
-¡No es posible! ¡En circunstancias normales habría hecho añicos esa barrera! A no ser que...
-Exacto -intervino Abasi- en circunstancias normales, habrías hecho añicos mi barrera mágica. Sin embargo, los otros elegidos ya han destruido seis de los siete cristales mágicos que te otorgan tus poderes. En cuanto destruyan el cristal que queda, Abisai y Suad asestaran el golpe de gracia en la grieta de tu pecho, y así desaparecerás para siempre.
-¿Nosotros? -Dijeron Abi y Suad a la vez.- Pero di no sabemos cómo se hace.
-Yo os guiare. Decid a la vez Claso Ope
- ¡Claso Ope!
Ante ellos apareció un círculo de luz
-Muy bien, ahora entrad en el círculo.
-Maldición -pensó Daus- Tengo que utilizar todo mi poder para acabar con ellos. Ya lo tengo.
Daus creó alrededor de ella un círculo de oscuridad, y empezó a conjurar una bola de energía.
-Ya han acabado con los siete cristales. Es el momento chicos. Decid Cade Fine Lusto
-¡Cade Fine Lusto!
En ese mismo instante, un rayo de luz salió del Clasocade, mientras que un rayo de oscuridad salía de la esfera de energía de Daus. Los dos rayos de energía libraron una encarnizada batalla, y cuando el rayo de energía oscura estaba a punto de alcanzar a los chicos...
-Adiós, Daus.
Al pronunciar estas palabras, el Clasocade liberó su verdadera energía, acabando así con Daus para siempre.

***

-¿Que ha pasado? ¿Dónde estoy?
-Al fin despiertas, dormilona.
Abisai reconoció esa voz al instante, y se lanzó a sus brazos.
-¡Suad!
-Ya ha pasado todo, Abi. Llevas cinco días en la enfermería. La guerra entre nuestros países ya ha terminado, y nuestros padres han aprobado nuestra relación. Todo se ha terminado.
-Te quieto Suad.
-Y yo a ti, Abisai.

Todo acabó bien. Suad y Abi hicieron pública su relación, y aquella batalla que libraron contra Daus marcó el inicio de una nueva era.

ClasocadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora