12 de Agosto, Ourense.
Me dolían las piernas, el cuerpo... y no precisamente de los conciertos o de ensayar.
Cuando abrí los ojos Cepeda no estaba a mi lado. Parpadee un par de veces durante unos largos segundos en un intento de despertarme y poder darme cuenta donde estaba. La habitación de Luis. Habíamos llegado ayer y no habíamos hecho mucho mas que estar en casa con sus padres hablando un poco de todo.
Entonces recordé que me había prometido que hoy iba a enseñarme sus lugares favoritos y que íbamos a ir a pasear por el campo para ver lugares bonitos.
Me levante poniéndome una camiseta básica de Luis que me llegaba hasta la mitad del muslo y luego me acerque para abrir la ventana y así se airease la habitación. Entonces le vi abajo fumando como si estuviera robando. Nos íbamos a casar y seguramente él se iba a ir del banquete para poder echarse un cigarro sin que le vieran sus padres. Era un caso aparte.
- Fiu fiu.
Le silbe desde arriba y entonces me miro, dedicándome una sonrisa. Luis era guapo, bastante guapo pero por las mañanas era otra cosa. No se si era yo pero el Luis mañanero era el mas guapo de todos. Le tire un beso y luego me aleje para poder salir finalmente de la habitación.
Me encontré con Encarna en la cocina que rápidamente me pregunto si quería un café el cual rechace amablemente.
- No me gusta mucho el café, soy mas de zumo, ¿hay zumo?
Me sentía un poco niña cuando rechazaba el café para pedir un zumo pero no iba a beberme algo que no me apetecía solo para poder ir luego mejor al baño.
Luis entro frotándose las manos como si de esa forma fuera a disimular el olor a tabaco que rápidamente me llego, arrugando la nariz en desaprobación. Me dio un beso de buenos días en la cabeza y fue a la nevera a tomar un poco de agua. Que bien se sabia que no tenia que besarme en la boca después de fumar.
- Luis me ha prometido enseñarme sitios bonitos hoy.
Estaba algo vergonzosa con mis suegros pero me hacia ilusión ver las tierras gallegas y quien mejor que mi novio para enseñármelas.
- Te llevara donde lleva a todas.
Hubo un silencio en la mesa y todos miramos a Luis padre. No tardo mucho en estallar en carcajadas quedándome mas relajada pero sobre todo Cepeda que parecía haberse quedado bastante tenso con aquel comentario.
- Era una broma hombre, no os pongáis tan serios.
Me reí prácticamente por obligación mientras me hacia un recogido en el pelo por hacer algo ya que había terminado de desayunar.
- Bueno no pasa nada si me lleva a sitios que ha estado con otras chicas, voy a ser la ultima que lleve.
Ahora mi risa si era de verdad. Había sacado el poco ego que tenia a flote y era divertido hacerlo en aquellos momentos.
- Te haremos un hueco permanente en la familia entonces. ¿Que día te viene mejor para navidades el veinticuatro o el treinta y uno?
Volví a reírme alegre de que pudiera tener aquella relación con mis suegros pero sobretodo agradecía que me hubieran aceptado tan bien.
- Luis me estas dando miedo.
Le habían dejado un deportivo para moverse aquellos días por Galicia y le gustaba pisar el acelerador demasiado. Se notaba lo mucho que disfrutaba con un coche nuevo.