26 de Agosto, Almería.
- Luis, por dios, ¿no tuviste suficiente anoche?
- No, quiero más.
Anoche empezó su cumpleaños de la mejor forma posible. Mientras nuestros compañeros estaban abajo en una fiesta con karaoke nosotros estábamos en la habitación echando nada mas y nada menos que tres polvos. Estaba rota, me dolían hasta las pestañas.
Nunca quisimos dejar a nuestros compañeros solos, tampoco a Javi, pero se nos fue un poco de las manos cuando nos calentamos de broma. Terminamos calientes de verdad y por mucho que quisimos no pensábamos en otra cosa que en llegar a la habitación.
- Para.
Le avise al comprobar que no tenia planes de detenerse con su mano. Me encontraba de lado en la cama haciendo presión con mis piernas para que se mantuvieran cerradas y una pegada a la otra. Luis intentaba meter las manos por mis muslos pero sin mucho éxito. Le escuche quejarse en mi hombro, haciéndome reír.
- Encima que te vas y me dejas solito en mi cumpleaños.
- ¡No, Luis! Dijiste que no te importaba y que lo entendías ahora no puedes decirme eso...
Me di la vuelta para quedar frente a él y eso lo aprovecho. Finalmente pudo meter su mano entre mis muslos apretándome este un poco haciendo que cerrase los ojos.
- No me importa, tampoco es tan especial mi cumpleaños ya he cumplido muchos. Si eso otro día celebramos.
No comprendía como me podía hablar tan tranquilo mientras acariciaba la parte interna de mis muslos subiendo cada vez mas la mano.
- Voy a ser bueno, creo que ayer fue demasiado para ti.
Murmuraba en mis labios dejando besos sobre estos. A pesar de decir esas palabras su mano seguía sin separarse de mis muslos, como si pensara quedarse así todo el día pero por mucho que nos gustaría a ambos, teníamos que irnos.
- Voy a pedir una silla de ruedas a recepción que me lleve al bus.
- Eres una exagerada Aitana por favor.
La risa de Luis inundo la habitación y yo me quede allí mirándole embobada hasta que dejo de hacerlo. No podía estar mas perdida por aquel hombre.
- ¿Exagerada? Pero si yo creo que hasta te inventaste posturas Luis.
Ahora ambos eramos los que nos estábamos riendo como posesos en la cama.
- Feliz cumpleaños, amor.
- Oins pero si me ha dicho amor.
Le di un golpe en el brazo agarrando mi maleta con una mano. Me tenia que ir ya o perdería el vuelo.
- No salgas tarde Luis que Roi me ha dicho que tiene algo que hacer en Madrid.
Dije intentando no sonar muy cantosa y rezando interiormente porque Roi no dijera nada para darle a entender lo que estábamos preparando. Sabia que Luis no era de los que celebra su cumpleaños y quizás que no le hiciera ilusión cumplir años por culpa de los haters tocaba mi fibra sensible.
