El doctor se quitó la bolsa de encima y sobó sus ojos con los googles siendo despegados solo por un momento para luego volverselos a acomodar. Retiró su bata y sus guantes amarillos también y trajo una silla para colgar sus cosas en ella, con mucho cuidado Flug levantó el sombrero del mayor solo un centímetro para descubrir la frente de este, presionó su mano en ella y determinó que su temperatura no estaba alta, era más bien bastante fría. Se giró un poco para confirmar que nadie lo viese y ruborizado y avergonzado de sí mismo acarició la frente del demonio con un poco de miedo, simplemente no se contuvo y quería sentirlo mejor.
Aquella piel era curiosamente suave, pero de una textura un poco tersa, como la piel humana si fuera más fuerte y resistente. Los ojos del muchacho lo miraban muy dócilmente y con un pequeño suspiro satisfecho inclinó el sombrero de vuelta a su sitio.
Ya había descartado que su condición fuese fiebre y ahora le tocaba revisar sus pulsos cardiacos. Dio un respiro y nerviosamente acomodó la gabardina que tapaba el cuello del paciente y deslizó sus dedos hacia su cuello, aquella zona en su piel era mucho más suave que su frente e incluso podría decir que era un poco más, cálida .
Lo tocó con la yema de sus dedos, luego fue moviéndose lentamente hasta llegar a tener toda su mano descansando encima de la yugular del más grande, sintió unos latidos bastante normales, y en eso, sin pensarlo el doctor no pudo contener soltar otro suspiro... Tal vez era solo su imaginación, tal vez era su curiosidad de científico... pero había algo en aquella criatura que en verdad le gustaba y deseaba mucho conocer a profundidad... oh no, nonono .
El doctor sacudió su cabeza y trató de distraer sus pensamientos, pensó en lo más lógico. "Solo es infatuación" pensó, "solo me gustaría ser su amigo" dudó, retiró su mano del cuello del otro y se frotó su ahora ruborizado rostro.
Pensó que tal vez no estaba pensando bien y solo se encontraba cansado, volteó su mirada una vez más hacia su jefe. No importaba que tan insensible se haya mostrado todo el tiempo que llevaban trabajando, había descubierto que no todo era maldad y malas intenciones, compartían intereses en común y había muestras de delicadeza que aún le faltaba conocer.
Era una sensación que no lo dejaba en paz desde el día de ayer, le gustaba mucho conversarle, saber sus gustos, sus inseguridades, conocer cosas nuevas del demonio... y ahora este se encontraba frente a él, recostado en su laboratorio.
Oh no...no puede ser, no puedes enamorarte Flug, no de tu PROPIO jefe, ¡qué indecente! no importa lo carismático... elegante, culto e intrigante... y muy atractivo que pienses que es.
Flug se rió nerviosamente de sí mismo y encogiéndose de hombros se agachó a cubrir su rostro con su bolsa de papel, luego tomó las toallas calientes que le había traído su oso y acomodó una sobre la frente y ojos del demonio, y otra última en su cuello.
Necesitaba aclarar su mente luego de aquellos tremendos y confusos pensamientos, no esperaba que su primera infatuación amorosa o lo que fuese sea con un demonio tan peligroso... Peligrosamente fuerte, y guapo demonio .
-¡CAM-BOT! -Llamó con un tono afligido a su robot, y este rápidamente se le acercó.
-Ahm, modo vigilancia..vigila a Black Hat mientras voy un rato a mi cuarto, ¿si? Vuelvo pronto. -Así el doctor pudo dejar en buenas manos a su jefe y no tener que preocuparse por sus bots o alguna otra molestia que aparezca a despertarlo en ese momento.
Se puso su bata, acomodó sus guantes, tomó su caja y se retiró a su habitación. Cam-bot simplemente lo miró interrogante pero se quedó y grabó cada segundo como le habían ordenado.
Ya en su cuarto, Flug inspiró una gran bocanada de aire y se derrumbó en la puerta, botando todo el aire dentro de sus pulmones. Decidió revisar la nota dentro de la caja que llevaba y su mente se dedicó a calzar todas las piezas juntas; la flor con liston, caja, nota, el desmayo de su jefe.
Concluyó que lo que su paciente estaba sufriendo era una suerte de reacción alérgica al amor, a las muestras de afecto, o juzgando porque sabía que el villano no era alérgico a las flores en sí... tal vez lo era a las flores sembradas por un héroe.
Irónicamente, las formas de comprobar sus teorías eran cosas que estaba evadiendo siquiera imaginar al irse a su cuarto.
Un gruñido de derrota escapó sus labios y con esto se paró del suelo y dirigió su mirada a la pila de libros en su alcoba. Antes de volver al laboratorio decidió que sería mejor tener algo para despejar su mente y, además, no estaba nada mal recordar que al demonio le gustaban los relatos Lovecraftianos tanto como a él. Tal vez leérselos lo despertaría.
Decidió también llevar su colcha, sus frazadas y almohada.. y no, no con la intención de abrigarse a sí mismo.
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Teorías de Amores Villanos
RomanceCuando el dueño de la empresa más grande para villanos y su leal científico e inventor abren paso a la curiosidad, se dan cuenta que su compañía no es para nada desagradable. Dentro de la suerte del destino y una peculiar alergia, el ser de la oscur...